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sábado, 7 de febrero de 2015

Austeridad de Género


Por Eduardo Nabal

El domingo me fui solo a intentan celebrar el triunfo de Syriza por las calles heladas de Burgos. Pero no sé si había algo,  si lo había yo no lo vi. En cualquier caso si dijera que al día siguiente cuando me enteré de que no había una sola mujer y que su presidente pide opiniones científicas pero no escucha directamente las demandas del colectivo LGTB me quedé helado mentiría. No me pillaba de nuevas. 
Recuerdo muchas experiencias en ese sentido y no solo mías. Siendo escuchados con condescendencia en colectivos de artistas, comités antisida, grupos de hombres feministas y, por supuesto, partidos políticos y sindicatos de uno y otro bando. Decir que esto es dar armas a la derecha es pueril. Las armas ya las tenían.  Algo así pasó con Rusia y el silencio de la izquierda Europea, enamorada de Venezuela y olvidando las ofensas materiales y simbólicas aquí  y ahora. La derecha y la socialdemocracia nunca garantizarán los derechos básicos de las mujeres ni del colectivo LGTB, especialmente en sus capas más vulnerables económicamente. Todavía algunos dirán que me presento como víctima pero no es el caso y menos en el árido Burgos, donde sin gente LGTBI no hemos figurado en casi ninguna agenda de los partidos o grupos de izquierdas, o hemos figurado lo justo. Ya no cuela.  O sea que Grecia y su cultura  machista no nos quedan tan lejos como pensamos. 
Bien es cierto que con cosas tan esperanzadoras como Aleas-IU o el gran grupo LGTB que apoya a Podemos no es extrapolable. Ellos y ellas siguen en la brecha contra el neoliberalismo patriarcal.  Pero se desarrollan sobre todo en grandes urbes o espacios académicos protegidos de la homofobia que aguanta la panadera o el obrero en cadena.  En ese sentido  las izquierdas deben llegar a un pequeño consenso, romper con mitos fálicos y ancestros curiles y llenar de plumas sus demandas para que no se queden en un hueco, un punto, un área o lo que es peor en un montón de señores encorbatados, muy bien formados y, de momento, dispuestos a plantar la cara al austericidio de la Troika, pero sin las mujeres. Sigue ocurriendo en los grupos de izquierdas en el estado español con la austeridad de género, ese silencioso dress-code del macho revolucionario que va a lo fundamental y “se deja de mariconadas”. No hace tanto que la gente LGTB era todavía expulsada de los partidos comunistas (como cuenta Kike Poveda en su documental “Tiras de mi piel”) o que las mujeres decían en los sindicatos las expresiones más machistas o agachaban la cabeza  para ser aceptadas como militantes en activo y en primera fila. Por supuesto esto ha ido cambiando. Ninguna fuerza política está exenta de eso, ahí tenemos a las damiselas del PP arropando a Gallardón o rezando por la supervivencia de la especie, al Pedro Sánchez  cubriendo justito el expediente pero volviéndose a presentar como ídolo de unas minorías a las que olvida con oportunismo electoralista chirriante. Esto nos sitúa en un terreno de protesta y paradoja. 

El PSOE ha legislado para quitarse de encima las preocupaciones, sutilezas y dolores de cabeza. Rezad y casaos, callaos y buen comportamiento. IU ha creado un área innovadora pero, a pesar de la fuerza de sus integrantes, uno se teme que su fuerza no sea igual en unos casos  y en otros. Pues yo me salto la disciplina de partido y digo que esto da vergüenza propia y ajena  pero es un esquema clásico que las izquierdas no parecen dispuestas a cambiar cosas en ese sentido, con tantas cosas que hacer,  con las elecciones a la vuelta de la esquina, paciencia nos piden .  Con su concepción decimonónica del trabajo productivo y, lo que es peor aún, su desprecio a cualquier propuesta LGTB. Ya llegará chicos y chicas que no estais a la cabeza. . Como dices Lucas Platero “Todavía no es el momento” ¿Qué nos piden? Creen que las ofensas del austericidio no se multiplican en el caso de inmigrantes, mujeres, personas discapacitadas  o Transmaribollo. Hay algo que no ha cambiado lo suficiente. La mentalidad Tsipras  no difiere, en algunas cosas,  de las de los cristianos de base y  en algunas cuestiones, ya huele.    Las mujeres griegas no tienen representación gubernamental aunque son ellas las que apoyaron la apuesta de Grecia contra la Troika y las que la celebraron. No es, en absoluto,  lo mismo aquí , con mayor integración política,  pero no estamos libres de coletazos stalinistas y mentalmente provincianos. Parecen pedirnos silenciosamente que antes de formar parte de sus filas hagamos ejercicios de austeridad de género, demos nuestro pedigree revolucionario y militemos el doble. Ni machorras “odia hombres”  ni mariquitas dando saltos, ni atacar a los santos de la revolución del siglo pasado  ni cuestionar las jerarquías que han nacido bajo esquemas militaristas sin reciclar. Pues no señor, aunque algunos piensen que doy armas a la derecha (algo fácilmente rebatible) uno ha notado avances en los jóvenes LGTB de izquierdas (particularmente en IU o Podemos) pero muy pocos en los que no lo son. Es decir que sigue vigente aquello de que si “Tod@s, todXS Y Tod*s, somos algo inmigrantes como lo era Lucrecia, Todas, todas y TODAS llevamos tacones como los llevaba Sonia”. Me hubiera gustado saber que pensaba esa loca revolucionaria  de izquierdas de Pedro Lemebel de semejante panorama. Desde las aceras de Chile y con su pluma afilada. Como te echamos de menos.

8 comentarios:

  1. Aunque tu análisis me parezca acertado en buena medida, especialmente en lo que resulta más duro e hiriente, no entiendo por qué recurrentemente mezclas las frustraciones personales con los argumentos. Todos nos frustramos cuando entendemos que habría que salir a las calles por algún motivo y nada está organizado... pero puedes organizarlo tú, o proponerlo a más gente, en lugar de lamentarte y culpar al resto. Cúlpales cuando te digan que no, y no sólo porque en una fecha concreta los demás no hacen lo que a ti te parece que debería hacerse. Es como mezclar a Venezuela con la homofobia en Rusia. ¿Qué tendrá que ver? Que en 2013 se celebrara un encuentro solidario con la revolución bolivariana no tiene nada que ver con denunciar, o no, la homofobia en Rusia. Podrías haberlo propuesto, y todavía puedes proponer un montón de cosas a los colectivos. Procura ser constructivo.

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  2. Anda tio/a vete a misa

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  3. Hola con mi artículo quería expresar que en izquierdas varias y cuestiones de género no he nacido ayer aunque si en Burgos. El patriarcado bolivariano se ha olvidado de las políticas igualitarias en favor del enchufismo, algo de eso saben algunos en Burgos Arte. Dio la casualidad mientras que unos velaban el cadaver de Hugo Chavez polis y nazis rusos mataban a gente LGTB y lo grababan. Nadie se dio por enterado. La revolución fue en el 17 y la de Stonewall en 1969. Vamos que no hay prisa. En partidos y sindicatos entiendo sus prioridades, no entiendo que desliguen la lucha antipatriacarcal de la lucha contra el capitalismo. Es un absurdo. Pero vamos en Burgos somos la vispera de San Pedro y que nadie me diga que no he hecho nada el 28 porque me muero de la risa. Que artistas, falsos universitarios enchufados y otros elementos me tomen el pelo vale. Pero la gente concienciada debe darse cuenta de que el austericidio va para todas y que la homofobia no entiende de ideologías. Muchas ya estan haciendo cosas aqui. Por Dios que me quieran hacer responsable de que aqui no haya movimiento LGTB, con perdon, da risa a cualquiera con dos dedos de frente. Propuestas no he podido hacer mas. Pero miren uno se cansa de gente que no escucha mas que cuando le conviene. Besos.

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  4. Mezclas y te metes con mil cosas y personas que no tienen nada que ver entre sí. En fin. A despotricar que es gratis.

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  5. ¿De que os defendeis? ¿De vuestra desidia? ¿De que dos incompetentes esten cobrando por no hacer nada en el Aula de Cine de la UBU? ¿De que las izquierdas burgalesas sean machistas y homofobas porque nadie se va a dar cuenta? No discutir con idiotas.

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    1. Homófobas y machistas es mucho generalizar con respecto a las izquierdas burgalesas, me parece a mí. No conozco a nadie que se diga de izquierdas que hable o actúe en términos homófobos.

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