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martes, 15 de diciembre de 2015

Radiografía de una democracia en coma

Fotos de archivo Movimiento 15M. Plaza Mayor de Burgos

Por Basilio el Bagauda


Poco más de 4 años han pasado desde ese 15M sorprendente, embriagador, liberador, que parecía propio de una alucinación colectiva, de un desatado tsunami que iba a arrasar con todo hasta los cimientos y que iba a desterrar para siempre todas las contradicciones que ponían en evidencia una democracia en descomposición.

En esos días prerrevolucionarios de vino y rosas, de rabia y represión, las élites políticas se asustaban, pues el miedo había cambiado de bando y una gran mayoría de españoles y españolas salieron sin miedo a las calles a gritar lo que sólo se atrevían a decir de puertas adentro.

Este fenómeno político se siguió dentro y fuera de nuestras fronteras y, entre otras cosas, lo que más llamó la atención fue que l@s jóvenes fueran de nuevo l@s protagonistas de la acción política y que se hiciera una impugnación total a un sistema político organizado en torno a los dos partidos liberales, socialdemócratas y conservadores, a los cuales se les hace culpables de los daños infligidos a las clases trabajadoras. De ahí ese simple y memorable “¡¡PSOE, PP, la misma mierda es!!

Lo paradójico de este nuevo escenario político es que los conservadores se hicieron con una amplia victoria en las elecciones autonómicas y municipales que luego culminaron en las generales, haciéndose con el poder político más omnímodo que ningún partido ha conseguido tener durante la segunda restauración borbónica.

Sobre este resultado producido en medio de una reacción política popular nada conservadora poco aún se ha estudiado, aunque hay evidentes causas como la pérdida de buena parte de la confianza de las bases del PSOE, la fuga de votos de las desideologizadas clases medias hacia el PP y unas organizaciones políticas a la izquierda del PSOE a las que les pilló a contrapié este acontecimiento, por diversas razones.

Cuatro años después de una demolición programada de derechos sociales, civiles y económicos, con el “conforme” de organizaciones supranacionales antidemocráticas y la tutela permanente de Bruselas, nos encontramos de nuevo ante unas elecciones generales.

Mucho han cambiado las cosas, es inopinable, pero lo cierto es que las élites hispanas han conseguido de manera milagrosa reforzar su poder mientras el sistema, del cual son arquitectas, sigue descomponiéndose. De ahí que la situación sea trágica, angustiosa, terrorífica. Es por ello que tenemos el deber cívico de denunciar, incluso aunque no nos convenga o no se acomode a intereses tan intangibles como que un partido por el que simpaticemos saque ventajas, todas las indecencias que dañan las reglas del juego que hemos aceptado o nos imponen.

Bajo estas premisas, es indignante lo que está ocurriendo en esta campaña electoral con los debates electorales protagonizados por representantes de los partidos en liza donde se censura la aparición tanto de Alberto Garzón, líder de “Unidad Popular-Izquierda Unida”, como de Andrés Herzog, de UPyD, ambos partidos con grupo parlamentario en esta última legislatura. Al parecer la explicación que se da es la del resultado en las encuestas, como si estas sirvieran para dar o quitar la voz a alguien y despreciar de manera indecente a los cientos de miles de votantes que estas organizaciones políticas tuvieron y podrían tener.

Esto es censura y manipulación de la peor especie aunque, a mi juicio, lo peor del asunto es que ningún afortunado invitado a los diferentes “banquetes” haya levantado la voz contra este indescriptible ataque a una democracia gravemente enferma, ni siquiera un gesto de nobleza por parte de las llamadas fuerzas emergentes.

Y qué decir de las maravillosas modificaciones en la Ley electoral protagonizadas por el gobierno de Zapatero y apoyadas por Pedro Sánchez, con el apoyo siempre inestimable del PP y de CIU: el famoso voto rogado y los requisitos para la creación de agrupaciones electorales.

El voto rogado consiste en que l@s español@s expatriad@s, ahora mismo un gran número de jóvenes, deben  solicitar previamente el derecho de voto antes de unas elecciones. Esto no parecería un problema demasiado grande si no fuera porque l@s residentes temporales, la gran mayoría entre l@s emigrantes que han salido en los últimos años del país, tienen sólo 7 días concretos para realizar una serie de trámites administrativos de manera presencial en las oficinas consulares que, por supuesto, no están precisamente en todas las ciudades. En definitiva, una verdadera gymkhana diseñada para desalentar a los votantes y reducir el electorado en el exterior. Tal es así el perverso desaguisado, que “Eldiario.es” informaba el 29 de noviembre “que sólo un 6 % de los españoles residentes en el extranjero tendrá la oportunidad de votar en las elecciones generales del 20D. ¡Y estamos hablando de más de un millón y medio de elector@s!




En cuanto al segundo asunto, también por obra y gracia de l@s demócratas, pues otro tanto: al legislador no se le ocurrió mayor pendejada que convertir esta posibilidad en otra divertida gymkhana en la que, entre otras cosas, había que pasar las firmas recogidas ante notario previo pago de las debidas tasas y aranceles.

Otras cosillas que afectan literalmente a la calidad de nuestra democracia son la función de los medios de comunicación y la financiación de los partidos que influye, guste o no, en su proyección mediática y en su capacidad de colocar su relato de manera transversal en todos los ámbitos de nuestra vida.

No hace falta explicar demasiado cómo anda el panorama periodístico español con todas las cabeceras de periódicos en papel volcadas en un espectro que va desde el centro-derecha de “El País” hasta la extrema derecha de “La Razón”. En cuanto a las radios generalistas tenemos otro tanto, con la excepción de “La Ser” que busca en sus espacios políticos a todas las voces de las diferentes opciones para buscar una especie de pluralidad que sin embargo se le niega a la izquierda en el resto de emisoras. Por último, qué decir de las televisiones, en las que no voy a entrar por no extenderme en su permanente adoctrinamiento neoliberal, todas ellas inclinadas, exceptuando La Sexta, hacia la derecha, cubriendo también las opciones nacionalcatólicas y ultramontanas.


El paisaje es evidente y aún más demoledor cuando comprobamos que la mayor parte de los grandes medios de masas son propiedad de bancos y grandes fondos financieros que evidentemente utilizan éstos como instrumentos para la persecución de sus intereses privados. Y esto no lo digo yo, basta con leer las declaraciones del veterano periodista Miguel Ángel Aguilar en el “The New York Times” por las que fue despedido de “El País”. Entre otras cosas afirmaba que “Los periódicos están en manos de sus acreedores y también en las del Gobierno, que ha convencido a los acreedores que los periódicos deben mantenerse vivos en lugar de asfixiarlos bajo sus deudas.

También sería interesante recordar, para terminar con este tema, el despido fulminante de Pedro J. Ramírez en El Mundo por su investigación de la financiación ilegal del PP; la desaparición por supuestos problemas financieros del diario Público; las frecuentes y conocidas llamadas de Soraya Sáenz de Santamaría a los medios de comunicación para presionarles; las amenazas del Ministro de Hacienda del uso de la Agencia Tributaria para “apretar” a periodistas poco amables con el gobierno; la censura previa o la represión directa, recordemos la portada de El Jueves, hacia cualquier información negativa sobre la monarquía; y , en última instancia, la financiación directa y oculta del Partido Popular al medio digital de extrema derecha “Libertad Digital”.

Y sí, como no, la dichosa financiación y toda la mancha sucia que deja el dinero allá por donde se arrastra. No hará falta explicar lo que ello implica: si tienes más dinero que los demás contrincantes tendrás muchas más apariciones mediáticas, producirás más publicidad, comprarás los mejores espacios y te ubicarás en las zonas más visibles, contratarás a más personas que te lo agradecerán eternamente, montarás fundaciones, extenderás con más facilidad tu proyecto ideológico e incluso, como ya hemos comprobado, te dará para comprar voluntades y extender tus tentáculos creando relaciones de poder.

Y si además detrás de esta financiación está la banca el resultado es francamente desastroso para el resto del país, pues la banca no da nada a cambio de nada. Afortunadamente una formación política, PODEMOS, ha sabido arriesgarse y confiar en los microcréditos que multitud de gente aporta, lo que asegura una independencia de las decisiones que tomen sus representantes respecto al principal enemigo de la democracia y sostenedor del sistema.

Pero claro si esas ventajas las consigues fuera de las reglas del juego que le das al resto, estás acabando directamente con la igualdad de condiciones y, por tanto, con la lucha legítima dentro y fuera de las instituciones: si antes fueron los Filesa del PSOE, la Banca Catalana de CIU o el caso “Naseiro" del PP, ahora volvemos a encontrarnos con la misma flagrante realidad en forma del 3 %, de los ERE de Andalucía y de la Gürtell. Los mismos partidos empeñados en convertir la democracia en una gran farsa, con la connivencia de los tribunales.

Seis años desde el inicio de la instrucción de la trama Gürtell, cinco años de los ERE fraudulentos de Andalucía, seis años del caso Noos con la monarquía en medio de la trama de corrupción, tres años de operación pokemon y un fiscal suicidado de por medio, con Blesa, Rato, Bárcenas, Pujol y dos presidentes de Andalucía jugando al trile, unas fiscalías dedicadas a torpedear cualquier investigación de corrupción que afecte al partido en el gobierno y convirtiéndose en defensores de las elites imputadas, y un pacto entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy para paralizar el inicio de estos juicios hasta después de las elecciones que afectarían a los dos principales partidos en sus resultados electorales.

Todo ello conforma un marco político que invita a la deserción, aunque quizás sea lo que busquen. Sólo espero que los observadores internacionales que han dado el visto bueno a innumerables elecciones en Venezuela y que limpiarán la mancha de la sospecha tras ganar los que deseaban, se pasen por aquí para que cuenten todos los votos, porque yo de la canalla que maneja los hilos no me fío “ni un pelo”.

Ah, y que nuestro particular Hombre Sabio, Felipe González Márquez, deje ya de defender a los pobres presos políticos venezolanos porque tiene curre en casa de sobra si es que los sindicalistas condenados, los anarquistas sin habeas corpus y un tal Alfon se lo permiten: qué mejor defensa que la de alguien que conoció a las mil maravillas cómo pasarse los derechos humanos por el arco de triunfo que todo buen general se dedica a sí mismo.

¿Y aún hay alguien que no crea que los liberales son ahora mismo los mayores enemigos de la democracia y de la libertad?




1 comentario:

  1. Te falta en tu excelente artículo el clero. Esa "bendita" mafia de hechiceros que viven a costa del ciudadano al cual idiotizan cuando no violan a sus hijos.

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