Seguimos en Burgosdijital.net

Seguimos en Burgosdijital.net
Nos hemos trasladado a Burgosdijital.net
Mostrando entradas con la etiqueta 19J. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 19J. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de junio de 2011

19J

El domingo 19J a las 20.00 h desde la Plaza Mayor de Burgos, transcurrido un mes desde la primera demostración de indignación colectiva, tomamos la calle de nuevo.
La acampada se levanta y las asambleas formadas en la Plazas y Barrios preparan su andar a largo plazo. PARTICIPA !!!!

jueves, 16 de junio de 2011

Universidad Pública, Kinshasa, 14 de abril de 2131. Amani Mamadou, Catedrático de Historia de las Periferias:

Alumnos y alumnas, atención, la lección de hoy versará de cómo colapsó Europa Occidental en el primer cuarto del siglo XXI.

Euro, antigua moneda europea, principios del s.XXI
Bien, la lección pasada la dejamos a mitad de siglo XX, donde parece que los europeos habían terminado una terrible guerra, ya saben, Hitler, el nazismo y los afanes de las potencias occidentales de entonces por colonizar el resto del planeta, incluida nuestra gloriosa nación. Voy a resumir porque tenemos que abordar otras cuestiones más importantes sobre el modelo de desarrollo africano. Bien, parece que los líderes políticos europeos, así como las élites económicas aprendieron las duras enseñanzas de una guerra total y de los desequilibrios económicos que la provocaron y se diseñaron soluciones que evitaran para siempre estas circunstancias. Ciertamente, los planteamientos, en muchos sentidos fueron pioneros para el resto del planeta, sin embargo como analizaremos posteriormente, fueron incapaces de sostener los ideales que habían sembrado para facilitar la convivencia entre todos los europeos.

Como sabrán ustedes, gracias a la reconstrucción postbélica, al conocido Plan Marshall y a algunas propuestas políticas de síntesis como en ese momento abanderaron los partidos socialdemócratas, los europeos fueron capaces de convencer a sus élites económicas –los más ricos- de que las medidas destinadas a fomentar la igualdad social y el reparto de bienes a través de políticas impositivas generaban sociedades más equilibradas, pacíficas y sobre todo cohesionadas. El sistema político de democracia representativa gestionaba y canalizaba de forma más adecuada los conflictos sociales que siguió habiendo. De este modo apostaron porque los ciudadanos europeos accedieran a bienes sociales inimaginados anteriormente y sobre todo envidiados por el resto de los habitantes del globo, como la educación o la sanidad, bienes universales y gratuitos, e incluso un sistema de pensiones solidario por el que se sostenía colectivamente a los miembros más débiles de la sociedad: ancianos, viudas, huérfanos, desempleados, discapacitados, etc, y está analizado de sobra como también se generó algún abuso, que jamás puso en riesgo el sistema. Sí ya sé que no abordamos la cuestión de la Europa oriental bajo régimen comunista, pero como digo, ese aspecto lo repasan ustedes en sus casas.


Ya he mencionado que la corriente política que procuró un sistema de protección social amplio y que logró un largo periodo de paz social fue la socialdemocracia, síntesis hegeliana entre el socialismo en puridad y el liberalismo. Efectivamente el crecimiento económico de las décadas de los cincuenta y sesenta contribuyó decisivamente y permitió construir un Estado Social de Derecho en cada nación de Europa Occidental, aunque algunas no llegaron al final de la fiesta como España o Portugal. Al mismo tiempo los líderes políticos más visionarios pergeñaron la idea de una Europa unida, en lo político y en lo económico. Había que aunar estas dos condiciones para estimular ambas fuerzas.


No fue un camino de rosas claro está, pero los resultados fueron espectaculares y se percibía, como ya he mencionado, a Europa como un faro en muchos países del mundo, aunque también, como contrapartida, los europeos sostenían su crecimiento en políticas neocoloniales que aplicaban con dolor en países como el nuestro, lo cual introducía alguna contradicción en un sistema que pretendía aupar la libertad y la igualdad de los ciudadanos en idéntico podium.

Los desequilibrios comenzaron, entre otras cosas, con la crisis del petróleo del año 1973, que ya han repasado en la asignatura de Historia Económica. En resumen, fruto del crecimiento de las décadas pasadas y del proceso conocido como “acumulación del capital”, las instituciones financieras se encontraron con una buena cantidad de dinero que invirtieron en países como el nuestro, provocando el fenómeno conocido como crisis de la deuda. En aquellos tiempos los inversores, todos afincados en EEUU o Europa, sólo querían recuperar su dinero, sabemos, verdad, el dolor que eso significó para nuestros pueblos durante décadas ominosas. Por otra parte las élites europeas, empezaron a olvidarse de los inseguros años treinta, había pasado el tiempo y se habían producido un par de cambios generacionales, y comenzaron a sentirse incómodas con lo que denominaban altas tasas impositivas, con las que contribuían a la riqueza común. Sabían que si ellas solas planteaban estas cuestiones tendrían las de perder, porque en Europa se había consolidado una amplia clase media que dependía de los recursos aportados por el Estado. Así que plantearon su estrategia a largo plazo y fueron minando lentamente los principios de cohesión social que sostenían los Estados de Bienestar Europeos. El triunfo individual fue una de las ideas-fuerza que fueron permeando en las acomodas sociedades occidentales, la competitividad, la ineficacia estatal, la ganancia económica como motor de crecimiento y otras perlas producidas en los laboratorios ideológicos de sus poderosas instituciones: universidades, think-tanks, centros de negocios, que obviamente mantenían económicamente ricos empresarios. La Escuela Económica de Chicago, es uno de los ejemplos más clásicos. Así fue como las élites económicas protagonizaron lo que Christopher Lasch, denominó en 1994 la traición de las élites a la democracia.

En definitiva lograron que sus ideas penetraran en la medrosa clase media occidental e incluso en buena parte de su conformada clase obrera e iniciaron el asalto al poder político a través de sus peones, sobre todo en el mundo anglosajón, como Margaret Thatcher, y en EEUU, Reagan. Esto ocurría en la década de los ochenta. Entre la pinza económica y la pinza política, manejando gobiernos e instituciones mundiales creadas para amoldar el mundo, recuerden ustedes las ya desaparecidas, por fin: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio, por mencionar solo las tristemente más célebres. En su ideario no sólo acapararon a los políticos denominados de derechas a través de la ideología “neoliberal”, si no que sedujeron, convenciendo de que era él único camino posible a los desorientados socialdemócratas, que arrellanados en sus sillones de poder, hacia tiempo que habían perdido la iniciativa y el olfato político. Desde luego ayudó mucho la concesión de puestos de mando en la economía mundial a socialistas europeos de reconocido prestigio (Schroder, Felipe González, Strauss Kahn, Bettino Craxi, Tony Blair, etc), esto fue conocido como la vil traición socialdemócrata.

La estrategia de enriquecimiento sin límites para los más ricos del planeta, ya controlando las instituciones públicas, se culminó con la liberalización sin trabas de los movimientos de capitales mundiales, con las continuas rebajas impositivas, la eliminación del impuesto de sucesiones, con la creación de paraísos fiscales, amenizado todo ello con la creación de continuas burbujas financieras, fruto del crecimiento sin límites del capital financiero. Aunque las burbujas explotasen sucesivamente (crisis asiática, efecto tequila, burbuja telecom…) nada se cuestionó mientras los problemas estallaban en países de la periferia de entonces: Tailandia, México, Argentina…

Sin embargo, todo pareció cambiar a finales del 2007 e inicios del 2008, cuando la burbuja inmobiliaria estalló en la cara del sistema financiero en el corazón del mismo: Wall Street, haciendo tambalear a todo el planeta. Al principio, daba la sensación que las políticas neoliberales se derretirían como un azucarillo, sin embargo, la penetración ideológica del neoliberalismo jugaría una mala pasada a los ciudadanos occidentales, sobre todo a los europeos. Y sobre todo, los ciudadanos asistieron con horror como sus instituciones políticas estaban flagrantemente tomadas por agentes del neoliberalismo que tenían clara la agenda de actuación.

En una Europa desorientada, frágil, desacostumbrada a las crisis de entidad, prendió una crisis de la deuda como treinta años antes había ocurrido en los países en vías de desarrollo, en terminología de la época. Las élites políticas y económicas, amalgamadas por los mismos intereses impusieron su ideario y su agenda de actuación, a pesar del desempleo galopante, y del sufrimiento humano que esto suponía, colocaron como objetivo prioritario la reducción del déficit, por ello lo primero para los poderosos/as era recortar el gasto, con independencia de lo que padecieran los ciudadanos. Con amargura los europeos probaron la medicina que sus élites habían aplicado a otros pueblos con anterioridad.

La Agenda de la alianza entre los poderes económicos y los políticos, muy permeables entre ellos, como ya hemos analizado, tuvo muchas denominaciones, algunas de ellas fueron: Pacto de Estabilidad y posteriormente se renovó nombrándolo Pacto por el Euro, en un intento de que la ciudadanía se uniese a ellos en el símbolo de la moneda común.

Hay que añadir que durante aquellas décadas en Europa se había gestado una estructura política que hurtaba la propia opinión de los ciudadanos fenómeno que se conoció como “el robo de la democracia”, lo que impedía manifestaciones diferenciadas a la ortodoxia impuesta por los partidos mayoritarios, liberales o socialdemócratas. Siempre que se quería imponer algo se aludía a “Europa así lo manda”. La resistencia en las instituciones políticas fue prácticamente residual. Las instituciones europeas se caracterizaban, como hemos dicho, por un flagrante déficit democrático, no obstante lo que rayó la falta de representatividad y legitimidad pública fueron los representantes de los Bancos Nacionales, en especial del Banco Central Europeo, auténticos responsables en consentir la burbuja inmobiliaria, y en rescatar entidades financieras que había actuado con irresponsabilidad manifiesta. Se negaba a los ciudadanos la posibilidad de elegir a los representantes de estas instituciones.

Pero para comprender lo que realmente llevó a un territorio como el europeo con un rico pasado y un interesante desarrollo institucional a la ruina que aún es hoy día, tenemos que esforzarnos por desmenuzar lo que significó el tremendo desliz del Pacto del Euro, en síntesis, las élites cometían de nuevo un error antiguo, valoraban sólo sus intereses de clase rompiendo finalmente el contrato social con el pueblo europeo. En este sentido, propugnaban por abordar los problemas responsabilizando a toda la ciudadanía del desastre cometido, haciendo recaer sobre ellos cruel y descaradamente los costes de sus propios beneficios. Se sentían imbatibles y propusieron, entre otras medidas, la ampliación de los impuestos indirectos, como el IVA, la reducción de los directos (IRPF, cuotas de la seguridad social), las rebajas salariales, la eliminación de los sindicatos para que no obstaculicen las negociaciones individuales de las relaciones laborales, la ampliación de la edad de jubilación, la rebaja de las pensiones, la precarización de los sistemas públicos de salud o educación. La idea que impulsaban era que el sistema no se sostenía y que era necesario fomentar la competitividad a costa de recortar paso a paso el Estado de Bienestar y los derechos de los ciudadanos. Como contrapunto, no abordaron de forma seria los paraísos fiscales, los sistemas especiales de tributación de las grandes fortunas, los emolumentos de los corporativos de las grandes corporaciones y sus insultantes jubilaciones, las subvenciones públicas a las grandes empresas, el reforzamiento de los derechos sociales y de ciudadanía…

Sí, ¡ah! Perdón, ¿comentaba usted algo?, que no he hablado de la posición de los medios de comunicación, efectivamente, una de las estrategias de dominación de las propias élites desde el principio, consistió en apoderarse de los medios de comunicación, todos con accionariado privado o en manos de políticos pesebreros, así que básicamente repetían las directrices del amo. La ausencia de voces críticas fue una de las características que encaminaron a Europa hacia su decadencia.

Los efectos del Pacto por el Euro, ya los conocen ustedes, si han viajado al norte del Estrecho de Gibraltar, pero no me resisto a pormenorizar alguno de ellos. El empobrecimiento de los europeos fue notorio y rápido, se rompió la cohesión social y se manifestaron las desigualdades con toda su crudeza, fue necesario poner orden y una de las primeras víctimas fue la libertad de movimientos, se gestaron sociedades represivas y de control, a medida que las desigualdades crecían y las élites deseaban exprimir de forma más eficaz a sus ciudadanos. Muchas de las grandes fortunas establecieron sus negocios e incluso sus cadenas de producción en lugares que les ofrecían mayor estabilidad, ampliando los efectos del empobrecimiento acelerado, en pocas décadas Europa pasó a ser un lugar de vida precaria, de gobiernos inestables y frágiles sostenidos por el miedo y el control social, se convirtió en una periferia mundial que nada aportaba mas que emigrantes huyendo de sus tristes ciudades llenas de favelas y de niños con vientres hinchados……….STOP,STOP,STOP,STOP,STOP,STOP ……

            LA HISTORIA LA CONSTRUIMOS CON LA ACCIÓN DIARIA Y CON ELECCIONES COTIDIANAS. ESTAMOS A TIEMPO DE PROTAGONIZAR NUESTRO FUTURO. TENEMOS UNA TRADICIÓN DE IGUALDAD, DE DISTRIBUCIÓN DE LAS RIQUEZAS, DE SOLIDARIDAD, NO DEJEMOS EN MANOS DE LOS MÁS EGOISTAS LA DESTRUCCIÓN DE NUESTRO FUTURO Y EL DE NUESTROS HIJOS. JUNTOS Y CON RESPONSABILIDAD PODEMOS RECUPERAR AÚN LAS RIENDAS DE EUROPA, QUE ESTA FÁBULA NO SE HAGA REALIDAD, NI POR ASOMO. ACUDE A LA MANIFESTACIÓN EUROPEA CONTRA EL PACTO POR EL EURO EL 19 DE JUNIO EN BURGOS.



            ¡Y no te olvides de los miembros del 15-M, detenidos en los últimos días!