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domingo, 16 de marzo de 2014

Radio Televisión Castilla y León: Infeliz cumpleaños



Por Burgosdijital

Radio Televisión de Castilla y León, el ente privado de Méndez Pozo y Jose Luis Ulibarri,  no despierta el más mínimo interés entre los ciudadanos de esta tierra.  Tras cinco año de emisiones (están "celebrando" el quinto aniversario) y a pesar de los más de 20 millones de euros anuales en subvenciones, TVCYL y La 8, las dos cadenas de televisión del ente, no dejan de perder espectadores frente al resto de las cadenas. Según el informe de Barlovento en su análisis televisivo de 2013, Televisión Castilla y León  y la 8 ocupaban la decimoquinta y vigesimosexta posición respectivamente con 1,5 % y un 0,6% de cuota de pantalla.  Magra cosecha que explica el escaso alarde que se hace de estos datos.

Gráfico de la cuota de pantalla en Castilla y León en 2013.  Las cadenas de Castilla y León son CYLTV y La 8


Ambas cadenas no sólo están detrás de las llamadas cadenas generalistas como La 1, Antena 3, o Telecinco, ni siquiera de las privadas de nuevo cuño como Cuatro, o La Sexta. Las subvencionadas cadenas TVCYL y La 8 son relegadas cada vez por más canales de la TDT. Incluso son adelalantadas por otras cadenas de la ultraderecha mediática como 13TV o la moribunda Intereconomía.  En definitiva, se puede decir que el supuesto servicio público por el que las cadenas de Méndez Pozo y Ulibarri son subvencionadas carece de eso ... público.  Ambas cadenas son casi irrelevantes, y las previsiones son aún peores. Según el mismo análisis sólo el año pasado TVCYL perdió un 6,3% de share y La 8 más de 25%. 

En plena crisis y efervescencia de recortes en educación y sanidad. La ciudadanía de Castilla y León ha desembolsado más de 100 millones de euros en subvenciones a una tele que nadie ve:  22 millones de euros de 2009 a 2012 y 18 millones de euros en 2013. Las televisiones de Castilla y León nos cuestan más caras que  RTVE.  Así cada castellanoleonés ha pagado 6,20 euros por persona y año en 2013 para mantener al ente público sin publicidad, y 7,07 euros por persona y año en subvenciones a las desgraciadas cadenas de Méndez Pozo y Ulibarri, y eso sin contar con las nada despreciables subvenciones camufladas de propaganda institucional. Durante mucho tiempo se criticó que RTVE tuviera una doble financiación pública y privada, sin embargo no parece que el gobierno del PP de Herrera encuentre contradicción alguna en subvencionar con dinero público estas cadenas privadas.  Aunque hay que decir que la vista de los resultados ni siquiera así,  con el dinero de los castellanoleoneses es capaz de ser competitiva.

Las catastróficos resultados de CYLTV y La 8 deberían llevar al gobierno de Castilla y León a reconsiderar unas subvenciones millonarias, sobre todo en un contexto de recortes sociales. Si una televisión privada no es vista, no cumple con el servicio público y por lo tanto no debería ser financiada con dinero público.  Las ridículas cifras de cuota de pantalla son la mejor enmienda a la totalidad de la ciudadanía de Castilla y León a la política de subvenciones del gobierno de Herrera.   Así debería ser si la autoproclamada RTVCYL también conocida como Teleméndez en Burgos si sirviera para lo que se dice que fue creada.  

El objetivo de TVCYL no es hacer comunidad o región, ni ocuparse de dar una información que otras cadenas no dan.  TVCYL es una forma de pagar con dinero público a los grupos mediáticos que la componen para que estos a través no sólo de la televisión, que nadie ve, sino principalmente a través de periódicos y radios, le canten las bienaventuranzas a los gobiernos del PP, y en especial a Juan Vicente Herrera.  

Si los gobiernos del PP se suceden elección tras elección cuando la sensación de fracaso no ha dejado de crecer, es por la dictadura mediática que existe en la región.  De este modo se puede entender que se mantenga y se paguen 100 millones de euros por  una televisión invisible al tiempo que se aniquilan servicios médicos en el medio rural, por falta de demanda. Si el PP aún se postula como favorito para ganar las elecciones en Castilla y León es porque los medios controlados por los dueños de la RTVCYL siguen contando cuentos de hadas mientras Castilla y León se muere. Fenece por la corrupción galopante alimentada a lo largo de más de 25 años de mayorías absolutas y promovida por silencios cómplices de los medios¿Cómo se va a tratar la imputación en el caso Gürtel al ex-vicepresidente de Castilla y León Jesús Merino cuando una de sus dueños, Ulibarri, también está implicado?  ¿Cómo se va a tratar el sobrecoste del 100% del Hospital de Burgos en la televisión del uno de los mayor beneficiado por dicho sobrecoste? ¿Cómo se va a explicar en la TVCYL y en los medios de comunicación afines el latrocinio cometido con las cajas de ahorros de Castilla y León si quienes más han contribuido a hundirlas son los que dan y los que reciben dichas subvenciones?

En ningún sitio del estado, ni siquiera en Valencia o Andalucía, la corrupción ha sido tan tolerada como en Castilla y León.   Casos en los que se mezcla la corrupción moral y la política en un clima de total impunidad como:  "Gürtel" "La ciudad del Medio Ambiente de Soria", "La ciudad del golf" en Ávila, el Hospital privado de Burgos, o los cuatro aeropuertos fantasma y también subvencionados por la Junta de Castilla y León no han levantado la polvareda de indignación que merecían.  No se que no haya habido dimisiones, es que no ha habido ni debate.  Todo gracias a la Omertá.  A la ley del silencio de un sistema mediático pétreo y con tintes mafiosos.

La ciudadanía es obligada a pagar a unos medios de comunicación por silencios cómplices con el PP.  De este modo RTVCYL es un parásito de Castilla y León, y es a su vez un instrumento para que la clase corrupta y también parásita puedan seguir extrayendo la sangre de una tierra exhausta.   Sólo así se entiende la existencia  RTVCYL.  Sólo así se entiende que la gente no vea ni los informativos ni los programas de las cadenas que dicen contar lo que pasa al lado de casa:  Huelen a cuento y a cuentas.  

*Datos en PDF. 
barlovento comunicación