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viernes, 19 de febrero de 2016

Varoufakis: El Plan B del Reformismo para democratizar la UE



OPINIÓN

Por Tomás Martínez (IZAR)


La izquierda alternativa europea sale de esta primera embestida de crisis capitalista con la gallina de los huevos de oro griega por los suelos. 
Tras el estrepitoso fracaso de la experiencia de Syriza y la gestión de salvamuebles en las instituciones hoy del Bloco de Esquerda en Portugal y Podemos en el estado español, la alternativa amplia contra austeridad ha necesitado de un nuevo impulso de renovación urgente de la confianza en los parlamentos para incidir en la agenda de la troika.

Tras el descenso a los infiernos del exministro de finanzas griego por su inflexibilidad e  irreverencia en el trato a las instituciones europeas durante la negociación, pero sobre todo al alejarse de Tsipras a medida que se disponía a aceptar el tercer memorándum griego tras el referéndum de julio, Giannis Varoufakis se ha puesto a la cabeza de un proyecto paneuropeo “para reconstruir la esperanza democrática en Europa”.

La nueva organización, que será una red de organizaciones filiales en diferentes países del sur de Europa golpeados por las dentelladas de la austeridad,  lleva el nombre de DIEM 25, Movimiento Democracia en Europa 25, y en palabras del propio profesor y economista, se trata de buscar una tercera vía entre “quienes quieren volver al capullo del estado-nación y los que aceptan las políticas autoritarias de unos instituciones profundamente antidemocráticas” para evitar el naufragio del proyecto europeo.

La apuesta del popular economista busca llevar a cabo lo que según él no quiso hacer el gobierno griego, del que habla como si no hubiera formado parte. Si el primer gobierno de Syriza tenía un plan A con el que renegociar la austeridad en Grecia y de ahí abrir así una vía para el sur de Europa, la propuesta de Varoufakis es la de una asamblea constituyente que lleve a cabo una refundación real de la UE desde adentro superando la tecnocracia, que habría sido el obstáculo para medidas audaces.

La fórmula de Varoufakis no ha sorprendido en Grecia, en donde el proyecto apenas es conocido y Unidad Popular (LaE), la fuerza escindida de Syriza tras el rescate, no tiene vínculos directos con él, pues siempre se supo que su protagonismo no se había apagado. A la que considera capitulación del primer ministro heleno, al que no deja de atacar con dureza, se suma el hecho de que la estructura jerárquica de Syriza acalló toda voz disidente.
Conviene recordar aquí que Giannis Varoufakis se incorporó a la formación política de Tsipras a mediados de 2014 para redactar – pero sobre todo modular – las propuestas económicas de Syriza, el llamado “programa de Salónica”, en donde planteó los siguientes puntos: ninguna decisión del futuro gobierno podría cuestionar los tratados europeos vigentes, la reestructuración o moratoria de la deuda defendida en 2012 no cabría en la actual UE y la negociación con la troika se haría sin líneas rojas.

Fue mucho más explícito en campaña electoral de enero de 2015, con el programa cerrado, al afirmar que “un gobierno de Syriza seguiría pagando la deuda aunque de forma escalonada, con la flexibilidad del mercado laboral y sin revocar en una primera legislatura las reformas de PASOK-ND”. Curiosamente se da la paradoja que Giannis Varoufakis, como afirma en su libro “El Minotauro global”, nunca se ha considerado marxista como sí casi todos los actuales ministros de Tsipras.


La que lo acompaña es Zoe Konstantopoulou, expresidenta del parlamento, que estuvo presente en las jornadas de presentación del Plan B, embajadora junto a formaciones políticas de izquierda del continente y la firma de intelectuales y eurodiputados del Grupo de la Izquierda Unitaria. El manifiesto presentado hace un par de semanas parte de un golpe de estado financiero ejecutado al gobierno griego y se centra en lo antidemocrático de una UE obediente al mundo financiero.

El mensaje es de amplio espectro y superficial: es urgente la búsqueda de una vía alternativa al neoliberalismo que devuelva la esperanza a las fuerzas que se oponen a la austeridad y recupere la justicia social y los servicios públicos desmantelados por la deudocracia. Hay una crítica a la voracidad del sistema financiero y su desregulación, a la tecnocracia y tratados europeos, y a la privatización de bienes y derechos comunes. El manifiesto confía en la transparencia y en desmontar los acuerdos desde dentro.

Hay una pasmosa interpelación a lo urgente que es imponer democracia en la UE, como si la agresividad de la crisis económica, las políticas capitalistas ejercidas y la instituciones que las ejecutan se hubieran desbocado con el chantaje de la troika en julio de 2015 y no respondieran a la defensa de unos intereses de clase e imperialistas bien definidos desde su génesis. Se confía en la posibilidad de una “arquitectura correcta” limpiando la incompetente tecnocracia que anida en las instituciones.
El origen del problema, el vértice del torbellino económico en el que las clases trabajadoras europeas se encuentran naufragando, está increíblemente diagnosticado por los promotores del Movimiento Democracia en Europa 25 y las organizaciones políticas que lo sostienen, en una despolitización de las decisiones europeas, actualmente en manos de burócratas, tomadas al margen de procesos democráticos, y que podrían corregirse con un proceso constituyente europeo. Tal cual.

Este marco programático permite aglutinar las firmas de Beatriz Talegón, exdirigente de la JJSS, eurodiputados verdes, del Bloco portugués, la Alianza Rojiverde danesa, Die Linke y la dirección de IU, quienes no han tenido inconveniente de co-gobernar con el social-liberalismo, hasta Susan George, Ada Colau, Juan Torres, sectores de Podemos que incluyen a los economistas Alberto Montero, Nacho Álvarez y Bibiana Medialdea y Anticapitalistas, cargos de las CUP e intelectuales como Noam Chomsky.

Un manifiesto tal podría haberse redactado hace 2 años y es similar al de apoyo a que Syriza no se doblegara de hace unos 6 meses. Sólo puede explicarse este texto por el clamoroso y estratégico silencio que guarda sobre ejes nítidamente anticapitalistas, para una alternativa radical al modelo económico y de construcción europea. No hay siquiera una mención a reestructurar la deuda, manifiestamente insuficiente para romper con la austeridad, ni cuestiona en esencia el euro, ejes de la crisis capitalista, ni plantea  nacionalizaciones de banca y expropiaciones.

Es más que evidente que la ausencia de una interpelación a las clases trabajadoras europeas y a su movilización sostenida para derribar las políticas de la troika dirigen el proyecto hacia un nuevo y conocido brochazo de barniz de la izquierda reformista, que intenta resituarse en Europa a golpe electoral. No hay una apuesta por la construcción de una huelga general europea desde abajo, ni una crítica a las políticas imperialistas de la UE en Oriente Medio y el Magreb.

Si en el diagnóstico no hay una profundización de la irreformable estructura de la UE y del propio capitalismo, en las tareas el Plan B de Giannis Varoufakis y Podemos-IU resulta una completa decepción incluso para aquellos sectores más avanzados con los que hacer política desde el reformismo, pues sólo se plantean soluciones en una órbita institucional y desde arriba, como los mismos foros han sido programados: las citas en Berlín y Madrid para este mes de Febrero agrupan a expertos y destilan elitismo.

Parchear el fracaso del primer “gobierno de izquierdas” en la UE enmarcándolo como denuncia del chantaje implícito del propio capitalismo para acabar proponiendo las recetas de antes supone seguir moviéndose en la gestión humanitaria de la austeridad. Afirmar que la UE será democratizada o se desintegrará raya en una ingenuidad absoluta y ridícula, muy en la línea del currículum del exministro antes de hacerse conocido.

Las renuncias y pasos dados por el Bloco de Esquerda en el gobierno portugués y el camino recorrido por Podemos y las confluencias en los gobiernos del cambio, los dos planes B nacionales que ya se han puesto a andar, bendecidos por sus direcciones, son ejemplos del límite reformista y su reformulación a nivel europeo. Giannis Varoufakis no es más que el comodín que pone ahora su rostro mediático.




sábado, 4 de julio de 2015

Grecia: El asalto del mercado financiero a la cuna de la democracia


Por Marcos Mesa


Uno no deja de preguntarse acerca de la situación de Grecia. Mientras grandes economistas incluidos dos premios nobeles de economía (Krugman, Stigliz) advierten de las indignantes condiciones impuestas al país heleno para acceder a fondos que le den liquidez, el egoísta conservador suele apostillar que han derrochado, han gestionado mal y han vivido a crédito y por eso se merecen todos los males (hay cierto cristianismo franquista en esta afirmación). Tiene razón en parte; ha habido, al igual que en España, líderes corruptos que han inflado sus economías a crédito. Pero no se debe olvidar que la injusticia se hace patente en el momento en que la ayuda financiera del rescate no es para las familias griegas sino para la banca privada. 

Además de los intereses de la deuda (que se pagarán en veinte años) y de la deuda en sí que nunca llegará a pagarse, lo injusto son las reformas impuestas por una institución ajena a Europa como es el Fondo Monetario Internacional de la mano de los líderes de la UE que además obligan a llevarlas a cabo al país heleno a cambio del dinero, una vulgar y obscena extorsión ideológica. Si no hay recortes del sector público, privatizaciones y ajuste de déficit, no hay dinero: no solo basta con pagar los intereses. Todo un nazismo aplicado: los campos y los guetos se sustituyen por las salas de espera (el nazismo también se fraguó con unas clases alta y política  muy corruptas y mucho odio hacia los políticos).

Aquí es donde radica la ideología neoliberal que no entiende de lo que es justo o legítimo, tan solo entiende de lo que sube o baja en bolsa. No les gusta hablar mucho de ello, los medios escritos de la prensa en manos de los bancos lo llaman “medicina para salir de la crisis”. Pero es una burda mentira. Si Grecia aceptase aplicar esas reformas es más que probable que necesitase otro rescate en tres años (Tsipras se niega a algo que sabe que no va a funcionar).






Es una reacción Neoliberal contra el Estado Social. El padre del libre mercado, ideología predominante en el capitalismo actual, teorizaba sobre cómo la economía no debe estar supeditada a las personas, sino libre; en definitiva libre de la regulación y libre del Estado (Milton Friedman). 
Nos hablan de libre mercado y Globalización cuando en realidad todo ha sido una farsa perfectamente orquestada que no se corresponde con lo real. La Globalización como decisión política que es, nunca se ha cumplido, ni llega a la mitad del planeta.

El nivel de intercambio comercial entre Estados fue muchísimo mayor antes de la Primera Guerra Mundial que ahora “Sin Estados” con el intento globalizador.

Las multinacionales y los Estados guardan sus secretos de innovación tecnológica por lo que ahí no hay globalización que valga, y las exportaciones siguen en manos nacionales. El mercado de trabajo tampoco se ha globalizado, a nadie le interesa, es prácticamente inexistente salvo el diminuto mercadito de la alta cualificación.
La financiación de las corporaciones multinacionales tampoco está diversificada geográficamente y los intercambios de la Unión Europea son en su totalidad realizados entre los propios europeos, en mucha menor medida con el resto del mundo. Por ello la Globalización es más un mito que una realidad.

El único mercado que sí ha sido globalizado son los mercados financieros, gracias a la liberalización del sector y a la erosión de las normas regulatorias desde los 80 por el FMI.
De ahí parte la reacción para controlar las decisiones político-ideológicas. Los mercados financieros quieren el fin de la relación política estatal de la economía mediante la creación de “Estados impotentes” (atacando su CONSTITUCIÓN) y que las reglas las creen organismos supranacionales y grandes corporaciones (TTIP) (FMI) (Banco Central Europeo) (Reserva Federal EEUU).

Quieren desvincular la vida de la ciudadanía de la economía, lo privado de lo público (salvo, eso sí, cuando toque pagar). Tal ha sido el incremento del poder de estos mercados que, desde los noventa, las transacciones financieras internacionales han llegado a incrementarse cinco veces más el valor del comercio de mercancías y servicios.(*)
Su fin único es conseguir que los países dejen de gobernar la economía, no se trata del triunfo del capitalismo sin antagonista comunista soviético como algunos han teorizado, no; es una vía para que no haya control estatal de la economía, los mercados presentados como una especie de deidad ineludible (en la prensa que ellos controlan) decidirán nuestros salarios y el iva que tenemos que pagar.
La desvinculación política de la economía se conseguirá mediante la criminalización de los políticos: mantienen en el poder a los más corruptos, a los que van sacando caso por caso para que la sociedad demonice su labor y delegue la soberanía en estas instituciones supranacionales (o sobre otro actor previamente ideado).

Los mercados financieros, con su influencia sobre el sistema, determinarán el funcionamiento de los sistemas nacionales reservándose el derecho para decidir el futuro de cada país: aquí un país de mano de obra, aquí un país turístico, aquí otro país más privilegiado... impidiendo  que un país pueda aspirar a la modernización o a diferentes objetivos de modelo económico por decisión propia (clasismo entre países en el mediterráneo y el este).
La estrategia de creación de estados impotentes (que tendrán eso sí, mucha bandera y verborrea) lleva años en marcha con la creación de la crisis. Ahora somos testigos de un ataque directo contra lo que más les perjudica: la legitimidad del pueblo frente a su imposición, la democracia, el referéndum de Grecia, el país donde empezó lo que más detestan (la participación ciudadana).

Argentina ejecutó un impago al FMI y dejó de hacer caso a las obligaciones ideológicas de recortes y déficit. Relajó su déficit de gasto público y enseguida elevó su tasa de crecimiento.


Joseph Stiglitz, nobel de economía:

"Después del default, Argentina empezó a crecer a una tasa del 8% anual, la segunda más alta en el mundo después de China".

"Estuve en Argentina y vi el éxito que tuvo, y lo que hizo para los estándares de vida".

"La experiencia argentina prueba que hay vida después de una restructuración de deuda, y después de dejar un sistema cambiario".

"El euro fue solo parcialmente exitoso por ocho años. Fue un experimento corto, en mi opinión, fracasado, a menos que cambien dramáticamente lo que están haciendo".

G. Maestro Buelga, catedrático Derecho Constitucional UPV-  Globalización y Constitución débil.
G. Betscherman - Globalization, labour markets and public policy, States against Markets.
(*)-D. Plihon- Les enjeux de la globalisation financère.
L. Fajardo- Entrevista a Joseph Stigliz BBC.com
N. Klein- La Doctrina del Shock



sábado, 2 de noviembre de 2013

Presentación del libro "De la Crisis a la Revolución Democrática", de Manolo Monereo

Resumen de las ideas expuestas por Manolo Monereo en la presentación de su libro "De la Crisis a la Revolución Democrática", el martes 15 de octubre en la Sala Polisón del Teatro Principal (Burgos).  Charla organizada por IU

Por Burgos Dijital

"Este País tiene solución, este país tiene futuro, pero este país son ustedes"
"El señor Felipe González dijo una vez: "El cambio lo voy a hacer yo" pero eso no es cambio porque no viene de todos, eso se llama cambiazo y el cambiazo es otra cosa"

Para analizar la situación en la que nos encontramos es necesario recapacitar y preguntarnos una serie de cuestiones: ¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos pasa? y ¿Para qué nos pasa?
Esta reflexión es la base del libro : "De la crisis a la Revolución Democrática". 
La Crisis ha aparecido en nuestras vidas como un mal divino, algo similar a un desastre natural, un tsunami, un terremoto, UN MAL INEVITABLE. ¿Por qué esta crisis llega como para no irse nunca? Porque responde a un sistema económico que se basa en las crisis. 

Sin embargo la crisis actual tiene una cierta peculiaridad: vino precedida por unos cuantos años de supuesto boom económico. Ahora las tornas han cambiado y llevamos cinco años de crisis que es algo que realmente muchos españoles no acaban de creer. Esto también se debe a una otra peculiaridad, la peculiaridad del pueblo español. El pueblo español pasó de vivir en una dictadura a una "Democracia" y comenzó entonces ese sueño de que por fin se había llegado a una meta, por fin éramos europeos. Jose Luis Rodríguez Zapatero representó ese sueño cuando dijo aquello de que España estaba en la Champions League, y no quedó ahí la cosa sino que se atrevió a decir también que España había superado a Italia, y que muy pronto superaría a Francia. Ese fue el sueño colectivo, la gente quería creer ese sueño y por eso volvió a votar a Jose Luis Rodriguez Zapatero aún a pesar de que ya estábamos en plena crisis. El pueblo español en una imperiosa necesidad de querer creer se tragó de nuevo ese sueño del "Boom", un sueño totalmente colectivo.

Recordemos el mito griego de Casandra, sacerdotisa de Apolo con quién pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de profetizar el futuro. Cuando la sacerdotisa accedió a los arcanos de la adivinación rechazó al Dios, y éste viéndose traicionado la castigó con la maldición de que nunca nadie creería sus pronósticos.
Izquierda Unida y el PC se negaron a aceptar el Euro, y años después cuando dijeron: "Todos ustedes están endeudándose salvajemente y esto acabará mal" nadie les creyó y nadie les votó. Izquierda Unida y el PC han sido la "Casandra" de España durante todo este tiempo, y eso a pesar de que las cuentas de aquel boom económico no salían: los beneficios aumentaban y los salarios decrecían, todo el empleo era de mala calidad y precario, el decrecimiento de la pobreza no bajó del 20%. y por si fuera poco, casi todo el país estaba en venta. 
La razón de todo esto estaba y está en el efecto perverso que el Euro ha causado al país. Gracias a la moneda comunitaria España pudo importar por encima de sus exportaciones y endeudarse masivamente. El negocio era tan grande que los bancos extranjeros prestaban todo lo que pedían los bancos españoles y como parecía que esa liquidez no iba a acabar nunca se endeudaron infinidad de empresas privadas y cajas de ahorros. Como las cajas prestaron con intereses, es decir, no prestaron gratuitamente, hicieron el negocio de su vida.
Y mientras este sueño colectivo duraba a los "Casandra" se nos miraba muy mal, e incluso con ira.

Zapatero ocultó la crisis al pueblo, ganó las elecciones diciendo que la crisis era una mentira de la derecha. Pero un buen día, un 4 de Agosto, día de su cumpleaños, le llegó una carta firmada por dos socialistas, Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo y Miguel Ángel Fernández Ordóñez, presidente del Banco de España. A pesar del socialismo de sus firmantes, aquella carta, lejos de ser una carta de amor, resultó ser una advertencia en la que se decía: O hace usted lo que nosotros decimos o arruinamos España. Esta carta que se hizo pública en el libro de Mariano Guindal, "Los años en que vivimos peligrosamente", fue ocultada por el Gobierno de Zapatero al pueblo español. 

Y el Gobierno de Zapatero de repente y para asombro de muchos dio un enorme giro y empezó a hacer todo lo que quería la derecha. Y fue ahí donde Zapatero cometió la alta traición al país, vendiendo España a una oligarquía financiera. Por lo tanto la izquierda socialista es culpable de todo lo que está ocurriendo hasta nuestros días.
No se engañen: Zapatero y Rajoy siguen los dictados del poder financiero representado por el Fondo Monetario Internacional, El Banco Central Europeo, y la Comisión Europea. Fueron el PSOE y el PP los que apoyaron aquella reforma de la supuestamente "intocable" Constitución Española. Fueron ellos los culpables de la modificación del artículo 135 de la Constitución donde se dice: Tenemos que pagar la deuda externa y este pago es prioritario por encima de cualquier otra consideración o consideraciones del Estado.



Ahora mismo nuestro país no es ni más ni menos que un protectorado gracias a un Golpe de Estado perpetrado por los poderes económicos.  No se crean que se está rescatando a alguien, aquí no se rescata a nadie, solo a los bancos que son los que deben dinero de esta juerga permitida por una clase política débil y sumisa a la banca.

La deuda de España es cuatro veces y media el producto interior bruto del país, es decir cuatro billones de euros. La deuda pública es un tercio de la deuda total, la otra es deuda privada. Poco a poco la deuda privada se va convirtiendo en deuda pública y eso significa que la tendremos que pagar nosotros. Y es ahí donde llegan los despidos, los recortes, el retroceso en derechos sociales, el cierre del crédito a las Pymes y muchas cosas más. Tras el Golpe de Estado de los poderes económicos se ha impuesto la Dictadura de los Mercados, convénzanse de que ya no vivimos en una Democracia. El retroceso de nuestras libertades acaba de empezar porque estamos intervenidos y con hoja de ruta. La Crisis ha venido y ha venido para quedarse. No hay ninguna solución fácil y rápida como las que prometieron Zapatero o Rajoy; el pasado no va a volver y este país va a cambiar para peor. 
Según el FMI en España bajará el paro una décima para 2018 y para ese mismo año la deuda pública del país habrá aumentado a un 106 % del PIB. Dentro de esos años solo habremos pagado los intereses del préstamo pero seguiremos teniendo esta deuda porque pagar esta deuda es totalmente imposible.

La hipótesis de este libro es que se necesita urgentemente una Revolución Democrática, devolver al pueblo la soberanía, ejercer el poder que dicen que tenemos. Tiene que haber un compromiso, una política que seamos todos, desde todos. Porque de no ser así corremos el riesgo de que este país sufra una involución civilizatoria. Y hay que hacer política al mismo tiempo que acabamos con la corrupción: la corrupción que viene  favorecida por un sistema perverso que la mantiene para que los corruptos se sigan beneficiando de ella. Acabar con la corrupción que generan las empresas y los poderes económicos sobre los políticos para mantenerlos sumisos y serviles mientras el pueblo escucha las mentiras de los medios de comunicación vendidos a dichas empresas y poderes económicos. 

Este país tiene solución, este país tiene futuro y este país somos todos; por ello debemos actuar colectivamente. Tiene que haber un negarse a seguir como hasta ahora, un decir basta, un compromiso de todos.