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viernes, 20 de noviembre de 2015

Semana por los Derechos de la Infancia

20 de noviembre, día mundial de la firma de los tratados internacionales que regulan los derechos de la infancia.

Por Asociación Saltando Charcos
 “Derechos son oportunidades reales”
Como cada 20 de noviembre desde hace ya varios años, un grupo de personas vinculadas a asociaciones, colectivos y programas de atención social a la infancia y la adolescencia del barrio de Gamonal, nos juntamos para reflexionar, analizar y visibilizar cómo afectan la realidad social, económica y política a la vida de los niños y niñas más vulnerables de nuestro entorno más cercano. Y lo hacemos en esta fecha, día que conmemora el acuerdo y la responsabilidad que adquirieron en el año 1989 un grupo de países proclamando de forma universal los derechos de la infancia.
Los niños y niñas de nuestra sociedad gozan de especial consideración, por ser una prolongación de nosotros mismos, por su vulnerabilidad y por el futuro al que representan. Desde la proclamación Universal de los Derechos de la Infancia, esta consideración alcanzó un reconocimiento universal y reconocimiento jurídica, haciéndose visible y libre de cualquier duda.  
Embarcarnos en la defensa de los derechos de la infancia, supone evidenciar el propósito colectivo de que las necesidades de los más pequeños no sean desatendidas y que sus derechos puedan ser exigidos. En nuestro imaginario estos derechos funcionan como un marco teórico que guía nuestro comportamiento con los niños y las niñas, y sobre el que no cabe discusión “todos estamos socialmente de acuerdo”, pero las necesidades de la infancia y su desatención, las reconozcamos o no, son mucho más evidentes y no podemos hacer como que no las vemos cuando estos derechos son vulnerados.

Por este motivo, este año hemos escogido el lema “Derechos son oportunidades reales” a la campaña que vamos a desarrollar a lo largo de 2015 y el 2016. Para no hablar en abstracto y poner nombre y apellidos a las acciones concretas que buscan cubrir las necesidades reales y cotidianas de los niños y niñas más vulnerables de nuestra ciudad.
Recordamos algunos de estos derechos son;
-       Derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo.
-       Derecho al nivel más alto posible de salud.
-       Derecho a la educación.
-       Derecho a ser protegido ante toda clase de violencia.
-    Derecho al descanso, el esparcimiento, al juego, a las actividades recreativas y a participar libremente en la vida cultural y en las artes.
Las entidades que hemos firmado este manifiesto, nos hemos unido en una causa común, visibilizar el cumplimiento de estos derechos procurar garantizarlos y materializarlos, recordando la importancia que supone proteger a los niños y niñas de nuestro entorno, como portadores de futuro y vida para nuestra comunidad.
            Lo hacemos ahora en estos tiempos donde la pobreza infantil en España, supone dos millones y medio de niños y niñas, y más de dos millones ochocientos mil se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión social, (según los datos publicados en el reciente estudio sobre pobreza infantil de Save the Children para nuestro país "La protección de la infancia frente a la pobreza: un derecho, una obligación y una inversión").



Pero; ¿Cómo afecta la falta de recursos económicos a las necesidades de los niños y las niñas con las que tenemos contacto a través de nuestros proyectos y a sus derechos? Los efectos más visibles son:
1. Precariedad en la alimentación, la ropa, el calzado y la vivienda.

2. Imposibilidad de poseer material escolar adecuado, recibir clases de apoyo y/o refuerzo escolar, pagar estudios de grados superiores o universitarios, hacer frente al pago de residencias de estudiantes, etc.…

3. Poder llegar a configurar un estilo de vida saludable, participando en actividades deportivas, culturales o de ocio y tiempo libre como el resto de sus iguales.


Otros efectos no tan relacionados con la carencia económica que los niños, niñas y jóvenes manifiestan son; 

· La falta de oportunidades para salir de la situación de desventaja social en la que se encuentran.

· La imposibilidad para tomar decisiones en las políticas de reajuste social de las cuales serán objeto.

· Consideran que la organización municipal y la oferta cultural de la ciudad está diseñada para personas mayores o niños muy pequeños y la opinión de los jóvenes no cuenta.

Durante este año 2015 y 2016 nos hemos planteado una nueva campaña bajo el título “Derechos son oportunidades reales”, intentando, por un lado, mostrar que hay colectivos y personas que aportan su grano de arena en materializar estas oportunidades y por otro lado, denunciar que las buenas intenciones una vez al año y las palabras bonitas recogidas en eslóganes, sino van acompañadas de hechos, pierden todo su sentido de derecho. Así durante este mes de noviembre vamos a reflexionar juntas, y juntas pasar a hechos nuestras propuestas cotidianas de acompañamiento a la infancia y la adolescencia de nuestra ciudad.

Por esto os queremos invitar a los dos actos que vamos a desarrollar en 2015;



JUEVES 26 de noviembre, a las 20,00h. En la 5ª planta de la Casa de Cultura de Gamonal. Mesa de experiencias: “En materia de DERECHOS, hechos”. 

Donde intervendrán; 
· Centro de Día de Apoyo al Menor de Cáritas; que nos contarán como materializan el DERECHO A LA EDUCACIÓN, a través de sus proyectos.

· Grupo Scout “La Yecla”; nos hablaran de su experiencia con niños y adolescentes en el desarrollo del DERECHO A LA PROTECCIÓN Y EL OCIO.

· La asociación Saltando Charcos, nos contarán su experiencia defendiendo el DERECHO A LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.


Sábado 28 de noviembre, en la parroquia San Juan de Ortega (Barrio de San Cristóbal), a las 12 horas. “PASACALLES LÚDICO” Acompañado de una Charanga y una coral con canciones, hasta el Parque Feliz Rodríguez de la Fuente. A las 13 horas, Chocolatada, juegos infantiles y pinta-mural “Expresa tus derechos”, en La Plaza de Roma.

Las Organizaciones convocantes;
Centro de Apoyo al menor de Cáritas, Parroquia San Juan de Ortega (San Cristóbal), Grupo Scout “La Yecla”, Asociación Saltando Charcos, Asociación vecinal “Eras de Gamonal” y la Parroquia Inmaculada Concepción (Barriada Inmaculada).











domingo, 20 de abril de 2014

Las Llanas y la violencia en Burgos

Velas por Jonatan, una de las víctimas mortales en las Llanas 16-05-2009
Por Víctor Atobas

Las Llanas es una zona conocida por la fiesta, también por la violencia. Los medios de comunicación han significado el acontecimiento de masas como peligroso y destructivo, molesto y ruidoso; habiendo impulsado la campaña favorable a la instalación de cámaras de vídeo-vigilancia en la zona, las agresiones no han disminuido. La revista FHM tituló su reportaje como La noche de Burgos da miedo.


En este sentido, recordaremos las peleas y palizas que, tanto en las Llanas como en Bernardas o Bernardillas, acaban cada fin de semana con heridos y hospitalizados, en ciertas ocasiones con graves secuelas o la muerte. Hablamos de víctimas como Iván, Aitor o Jonathan, además de tantos otr@s que nunca volvieron a casa.

Tampoco olvidaremos cómo Diario de Burgos manipuló los dramáticos sucesos del 26 de diciembre de 2010, cuando un joven de 18 años llamado Sergio fue agredido, entrando en coma. Las mentiras del periódico local trataron de vincular al movimiento antifascista con esta agresión.

Los aledaños de las Llanas han registrado agresiones sexuales, y es uno de los espacios de la ciudad donde se concentran. No sólo el machismo y la diferenciación de roles sexistas se hacen patentes aquí, sino que aparece la violencia como parte fundamental y “esperada” del acontecimiento de masas.

La violencia es usada por los porteros, sometidos a la presión de los dueños o gestores de los pubs y garitos, quienes, debido a su interés económico, permiten la entrada a personas que trapichean, al tiempo que pretenden mantener “la paz” en el interior del local.

Violencia y agresividad en las Llanas.

Si aceptamos que la oferta de ocio se sustenta, en el caso de las Llanas y de acontecimientos similares, en la promesa de sexo, comprenderemos entonces que la violencia no escapa de ese marco económico y sexual.

La agresividad se articula a partir del instinto sexual y de las pulsiones del yo. Bastará con saber que la pulsión es una motivación o tendencia individualizada según la cual esta persona configurará “lo determinante” del inconsciente y de la vida psíquica, y que se revelará en las representaciones mentales, esto es, en sus miedos, pesadillas, impulsos.

El individuo agresivo ha sido condicionado antes de salir de fiesta. Los factores se encuentran en experiencias traumáticas como una exposición temprana a la violencia, al abuso físico, psicológico y sexual, o la represión ideológica, estigmas y marginalidad que culpabilizan al individuo, cuyo recurso a la violencia se encuentra enraizado en la vida cotidiana, donde “lo autoritario” coincide con los esquemas psico-familiares, la identificación con la figura de autoridad y el uso de la agresión, fuente de firmeza, seguridad y auto-afirmación.

Si el individuo agresivo debe auto-afirmarse, es porque existe un conflicto entre el instinto sexual, del que dependen la agresividad y el odio, efecto nuclear de la agresión, y los condicionantes materiales (sociales) que reprimen dicho instinto. En términos psicoanalíticos, además de los instintos biológicos añadiríamos las pulsiones, la tendencia a la agresividad significada en expresiones como “anda buscando la boca”, con ganas de pelea, de bar en bar.

En este punto, nos preguntaremos por los caracteres de esa “explosión de la violencia”. Entre quienes recurren a ella destacan los varones jóvenes, detectándose una pulsión guiada por imágenes subconscientes, imagos arcaicas que encuentran su fuerza en los condicionamientos y estímulos autoritarios, desarrollados durante la infancia.

Preguntándonos por los miedos de quien ataca, y ayudados por los resultados de la clínica, llegaremos a la conclusión de que el individuo agresivo desea, en última instancia, matar, lo que significaría acabar con la figura autoritaria, transfigurada en la imagen arcaica de la sociedad que “abandona y deja sin nada al individuo” (marginalidad, pobreza, abusos), sociedad que es representada al mismo tiempo en el acontecimiento de masas. En este sentido volveremos a recordar los asesinatos cometidos en las Llanas y las zonas de fiesta de la ciudad.  

Las técnicas contra-limitativas como el alcohol condicionan al individuo de forma que actúe según los estímulos exteriores; la excitación del ambiente o la desinhibición de las drogas. Los cambios en el “ambiente enrarecido” son percibidos en todo el garito cuando se desata una pelea, constituyendo estímulos negativos que calan, en mayor medida, en aquellos individuos sometidos a la regresión, es decir, a la misma culpabilidad, agresividad y frustración que  sufrieron durante la socialización y que, ahora, reproducen mediante el uso de la violencia y el autoritarismo.

Habiendo percibido los estímulos negativos, que habrían reforzado las imágenes sustentadoras de los miedos, la respuesta agresiva se orientaría dentro de la “enajenación transitoria” propiciada por el alcohol.

Si atendemos al desarrollo de una pelea en un pub, podemos observar cómo esta puede extenderse fácilmente, implicando a más personas. Para que la trifulca se extienda deben producirse distintos condicionantes; si la gente del garito está apartada de los estímulos, en tanto ese “ambiente enrarecido”, y es consciente del asunto, lo más probable es que abandone el local  o se aparte de la bronca. Pero si esas personas están integradas en la masa, en la fiesta, lo más probable es que no anden con los reflejos muy agudos y se queden, aumentando las probabilidades de que se extienda. La masa, en el acontecimiento del ocio, es guiada por los impulsos exteriores.

Foto de archivo Las Llanas
Esto puede verse claramente en las provocaciones que preceden a la agresión. Una persona sobria percibe los estímulos con una mayor claridad, y es capaz de interpretarlos, calculando que las provocaciones podrían desembocar en una pelea o que, simplemente, se trata de más demostraciones de chulería y narcisismo.

Cuando los porteros de un local expulsan la pelea al escenario de la calle, la policía suele presentarse con “cierta tardanza”, siguiendo en ocasiones el dicho de “los caimanes”; la mejor intervención, es la que no se realiza. Los cuerpos represores parecen más ocupados en perseguir el botellón que en evitar peleas.

Evidentemente, la instalación de vídeo-cámaras no ha solucionado el problema de la violencia ni en las Llanas, ni en otras zonas. En este punto, la pregunta planteada es en qué medida la presencia de la violencia es constitutiva del acontecimiento de masas. A este respecto, diremos que la fiesta ofertada por la industria no hace presente ni recuerda a los conflictos del individuo; al contrario, se beneficia del olvido.

El ocio, entendido como acontecimiento de masas, impulsa la tendencia agresiva en ese fluir de estímulos adscritos al marco económico y sexual de la fiesta, repercutiendo en los impulsos de los individuos que, antes de salir, ya habían sido sometidos en el autoritarismo de las relaciones sociales, también en el caso del ocio, y que no tienen “en sí” la culpa de nada, pero que reproducen las mismas respuestas violentas y autoritarias que percibieron.


Ante esta perspectiva, las políticas públicas se han orientado hacia el control y la represión, así como el estrechamiento de la normativa horaria, dependiendo de la licencia del local. Pero la respuesta, en mi opinión, se encuentra en rechazar precisamente esta oferta que hace la industria del ocio; apostar por la auto-organización, esto es, por experiencias que gestionen l@s  jóvenes a partir de sus intereses y demandas, puntos de encuentro y expresiones comunes frente a la mercantilización de un ocio constituido por el sexo artificial y la violencia como “desahogo” de las frustraciones producidas por el sistema.