Paseaba el otro martes, con un grupo de amigos por la plaza de la Catedral siglo XXI y, no podía ser menos, surgió la conversación/discusión acerca de los proyectos de Re-invención urbana abanderados por nuestros próceres municipales, más aún pisando uno de los mencionados Re-embaldosados. Los comentarios como pueden ustedes imaginar fueron de lo más dispares, e incluso controvertidos, cerrando la discusión uno de ellos que fue tajante, y rezaba salmódicamente algo así como: “aunque no nos guste estos proyectos generan empleo y riqueza”. Me pareció estar oyendo glosar las bondades de la dieta mediterránea en nuestro país, que nadie sabe exactamente que significa, más aún en un escenario en el que la obesidad, incluida la de nuestros retoños, crece y crece, más que la comentada gordura de los estadounidenses.
Re-tomando el argumento anterior, parece razonable, en el sistema que nos encontramos que el crecimiento y el Re-crecimiento son positivos en sí mismos, esto es un axioma irrefutable tanto en las clases populares, como en las académicas que se supone que saben de lo que hablan, a fin de cuenta todos queremos más cantidad, más veces y más rápido. Ante esto sólo puedo suspirar con cierto abatimiento y cansancio, pero también con duda contrastada, así que no puedo dejar de preguntarme…
¿Será verdad que Re-embaldosar la plaza de la Catedral Siglo XXI, Re-inventar el Paseo de la Isla, Re-cambiar las farolas de multitud de calles, Re-construir el puente de Gasset –catalogado Bien de Interés Cultural, el que ya no existe claro-,…es intrínsecamente bueno para “todos y todas” los habitantes de la ciudad, y nos trae bienestar y lo que algunos denominan “desarrollo”?
En primer lugar, me parece acertado recapacitar qué entendemos individual y colectivamente por bienestar, más aún cuando los recursos que se agotan en esta Re-conversión del paisaje urbano son públicos, es decir, aportados y compartidos por todos los vecinos. En un sistema que se precia de participativo, y una buena democracia debería serlo, y sin complejos, y no me refiero a esa inconsistencia alienante de las urnas cada periodo legislativo, si no a una participación significativa, responsable, controvertida, de la que los representantes municipales deberían ser únicamente los guardianes de las decisiones tomadas en asambleas urbanas. Ya sé que esto es política ficción, y que las decisiones cuantas menos personas las tomen más capacidad e influencia para aquellos que tienen abiertas las puertas de los despachos oficiales. Y algunos que ocupan despachos Re-bosan ambición, y ya sueñan con el gran despacho tras las elecciones de mayo. Este es la razón de la democracia representativa, mientras miles nos esforzamos en reflexionar el sentido de nuestro voto y en arrastrar nuestra papeleta a la urna correspondiente, los que realmente saben lo que nos interesa, -que obviamente son pocos- lo arreglan con una llamada de teléfono, una visita oportuna, una mariscada o unas vacaciones en su chalet de la Costa Azul. ¿Serán éstas las decisiones que generan bienestar público y desarrollo general? No niego yo que algunos obreros y empleados de estas obras se beneficien con los salarios que perciben, asimismo los suministradores de baldosas y demás material también percibirán algunos réditos, sin embargo, resulta llamativo, cuando no sospechoso que un Ayuntamiento que recorta de forma incesante de todas las partidas, -y carezco de espacio para pormenorizarlo, sigan ustedes la prensa-, se emplee a fondo para justificar obras y Re-formas que carecen de demanda social -¿quizá se tropezaban los peregrinos y turistas en los adoquines de la Plaza Catedral Siglo XX?-, no aportan cambios significativos, y mucho menos demandados, y además inciden en un modelo –aunque esto iría en sensibilidades- anodino que Re-pite hasta la saciedad el mobiliario urbano que uno se puede encontrar desde Varsovia hasta Oviedo, parece que todas las ciudades se Re-inventen a un tiempo.
Re-tomando la reflexión, un tanto perdida, el bienestar público sería el que decidieran los ciudadanos, no el que imponen grupos de presión bien conectados a los aparatos de poder encargados de ganar elecciones en un sistema empobrecido y carente de debate, que en esta ciudad todo apunta a determinados grupos empresariales y personas encargados del Re-mozamiento de la vía pública, el trasiego de la baldosa y el cemento, y a expertos del gasto de los dineros públicos de forma impúdica. Más tenebrosas resultan estas actuaciones cuando el Ayuntamiento anuncia que tiene que pedir un préstamo para abonar la deuda que acarrea…, y me pregunto sobrecogido ¿dónde está la ciudadanía para pedir explicaciones? Todo este embrollo me recuerda a un amigo que se le ocurrió Re-mozar el salón de su casa cuando le habían hecho un ERE en la fábrica y su familia le dejó Re-hacer…
Acaso bajo las tierras arcillosas de la Isla hallen el Tesoro escondido del Mariscal francés que ordenó la creación de tal espacio, y nosotros humildes hormiguitas que sólo servimos para tributar, pagar las multas y saltar de alegría cuando seleccionan a la ciudad Re-inventada como candidata a no sé que evento en el 2016 – que tampoco está claro quién va a pagar- no sabemos de estas cosas, pero todo me hace pensar que caminamos colectivamente, como ya estamos sufriendo hacia una aporía del sistema, o en roman paladino, hacia un callejón sin salida. Inversiones aparentemente públicas que revierten principalmente en el enriquecimiento privado de unos pocos con nombre y apellidos, y al mismo tiempo, ostentosos Re-cortes que afean otros aspectos de la vida social de la ciudad: área de salud y bienestar, área de servicios sociales, área de movilidad y transportes, etc… -¿Por qué no dotamos a la ciudad de una buena red de guarderías, o mejoramos el transporte público que alivie los atascos o generamos redes de participación y convivencia o lo que se nos ocurra entre todos?-
Y cuando la situación sea insostenible la deuda generada caerá sobre nosotros o sobre nuestros hijos, pero eso sí la pagaremos colectivamente, entre todos, en ese momento sí invocarán la solidaridad vecinal y la responsabilidad colectiva… ¿Les suena el cuento? Quizá el “desarrollo” por sí mismo, o lo que denominamos así hasta el momento no nos aporte más bienestar real, si no muchos quebraderos de cabeza presentes y futuros, merece la pena que reflexionemos sobre ello, ¿no creéis?
Y en la próxima entrega:…las super-infraestructuras cuasi-inútiles y despilfarradoras: El flamante Aeropuerto de Burgos.
Juan Pérez.
estos políticos ingenuos se pensaran que van a llegar a ser Burgos 2016 capital europea, por eso venga obras y venga obras sin sentido, copiadas de otras ciudades.
ResponderEliminarestos paletos de provincia , politiquillos de pueblo deberían viajar más por europa y ver las preciosas ciudades de Francia, Belgica, Alemania,,,.......
ResponderEliminaren burgos tenemos a un ex-presidiario que manipuló papeles para que se hicieran grandes obras, según el "EL Mundo",el periódico de Pedrojota, el de la negrita, comparte cartel con personajes, tales como, Juan Antonio Roca, Julián Muñoz, Francisco Paesa, José Manuel Rodríguez Menéndez, Luis Roldan, Jesús Gil, Juan Guerra, Javier de la Rosa, Alberto Cortina, Alberto Alcocer..... Andará otra vez detrás de esto ???
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