Llegadas las fechas de las fiestas locales, salimos a la calle, disfrutamos de los conciertos, el teatro, los fuegos artificiales…, y acudimos a las calles y plazas a comer y beber en las casetas de la feria de tapas. La gente de esta ciudad necesita aprovechar estos días de clima benigno pasa salir, para disfrutar, para vivir el espacio público. Nos gusta y nos parece bien.
Reflexionando sobre el uso del espacio publico, y concretamente de la Plaza Mayor, recordamos que no hace muchos días estaba siendo escenario de una de las reivindicaciones ciudadanas que más ha dado que hablar en los últimos años. Recordamos que algunos comerciantes alzaron sus voces en contra de los “indignados” porque perjudicaban sus negocios, al dificultar la entrada de clientes y tapar sus escaparates. Pedían que acamparan en el centro de la plaza.
La prensa local fue en extremo sensible a las quejas de dichos comerciantes, y rápidamente se hizo eco de ellas. También, recordémoslo todo, se reconoció en prensa que los indignados tendrían en cuenta la posición de los comerciantes. De hecho, los últimos días se desplazaron al centro de la plaza. Entonces ya no valía el argumento de que perjudicaban la visibilidad y entrada en sus establecimientos. Los comerciantes cambiaron el discurso, para denunciar el hecho de que no tenían licencia ni pagaban tasas, como si se tratara de un negocio normal.
De vuelta al presente, viendo las casetas de la Plaza, nos preguntamos: ¿no perjudicará este uso a algunos comerciantes, en especial hosteleros?; ¿no habrá locales que no participen de la feria y sin embargo tengan que ver cómo se usen sus aseos sin recibir el abono de la consumición a cambio?; ¿no impiden las casetas la visibilidad de algunos escaparates?; ¿no pensará alguno que el olor, la cocina, el beber en la calle sean indignos de la Plaza?; ¿no se sentirán ofendidos algunos bares de tapas al ver funcionar casetas que nada tienen que ver con la oferta de pinchos, tapas o comidas a lo largo del año?...
La duda esta ahí. Pero nos cuesta imaginar que tales quejas tuvieran un eco semejante y un tratamiento tan atento por parte de la prensa como lo tuvieron las arriba escritas. Por algo será.
muy buen articulo y muy buenas ilustraciones.
ResponderEliminar!Que nadie nos niegue los espacios públicos!
preciosa la ultima foto
ResponderEliminarLa última instantánea me confirma en lo que siempre digo: Burgos Dijital tiene las mejores fotos.
ResponderEliminarSobre el artículo, 100% de acuerdo en la comparación que se hace entre distintas sensibilidades ante un hecho que objetivamente es muy parecido. Es como cuando la acampada estaba allí y muchos burgaleses les oía quejarse de que les "molestaba" verla. Reconozco y acepto que eso pueda pasar, a otros también les puede molestar toparse con mi cara en el ascensor si piensan que soy feo. Ahora bien, en la lista de cosas que le molestan a uno... ¿está la primera de todas el ver a un grupo de jóvenes pernoctar en la Plaza Mayor por una reivindicación bien noble? Objetivamente a cualquier burgalés le tiene que haber molestado más ver como los resaltos que se hicieron para los pasos de peatones del paseo de la isla cuando se reformó el parque, tuvieron que ser reformados nuevamente a la semana de la inauguración porque no habían sido diseñados pensando en el suelo de los autobuses. ¿Quién pagó eso? ¿respondió quien lo diseñó por los bajos que dañó en los autobuses públicos?
Y volviendo al artículo si deseo hacer una anotación: la prensa local fue sensible a las demandas de los comerciantes, es cierto. Y sin embargo no pareció tan sensible ante las reivindicaciones de los acampados. A lo mejor esto sucedió por dos motivos:
a) Los acampados rechazaron comunicarse de forma oficial con la prensa. Pues si no le diriges la palabra a alguien tampoco le escuches.
b) Los acampados durante los primeros días secundaban una lista de reivindicaciones, posteriormente se decidió que harían las suyas propias y casi dos meses después nada han dicho que quieran. Nadie podía ni puede hacerles de altavoz mientras no digan "queremos esto de esta forma".
¿De qué se trata que me opongo?
amigo Carlos, primero, hablamos de una ciudad rancia como Burgos, que criminaliza a los jóvenes de la plaza llamándoles" vagos y hipies,... que donde van con esas pintas,... y que si mañana les ofrecen trabajo nadie quiere ir...", en vez de apoyar la causa y los primeros los comerciantes que a buen seguro tendrán hijos que pasarán por el paro, hipotecas,..." esto sería la cultura de las reivindicaciones, del derecho a reunirse en las calles y de protestar..." pero se colocan las casetas." la cultura del beber y comer pinchos..." y nadie dice nada,nadie critica que algunas casetas estén forrandose de dinero y pagando una miseria a los chavales contratados.
ResponderEliminarHacer de Burgos la capital de la cultura, cuando hay tanta incultura.
Muy buen articulo
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