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El debate que genera en la sociedad el uso de
un pañuelo y su prohibición es un síntoma de las dificultades para alcanzar una
atmósfera de convivencia y cooperación en una sociedad culturalmente heterogénea
como la española. Además desvelan dos de
los problemas del sistema educativo
español para solventar y aprovechar su mestizaje: en primer lugar, el desinterés y egoísmo de
la escuela privada-subvencionada en colaborar en esta tarea; y la relación
religión-escuela pública.
Otros países de nuestro entorno también se
han enfrentado a situaciones parecidas aunque no exactamente iguales. Por ejemplo en Francia, la separación entre
la religión y la escuela es total. No
hay clases de doctrina religiosa en los centros educativos públicos, y ante el
desafío, los franceses respondieron echando mano del laicismo republicano para aprobar
una ley que prohíbe el uso de símbolos
religiosos ostentosos en centros educativos, como el velo y el kippa pero
también las grandes cruces. No podemos
descartar que la promulgación de esta ley no sea un pretexto que esconde en
realidad cierta desconfianza de los
galos hacia los magrebíes pero el argumento es
más coherente que los que se manejan al sur de los Pirineos.
España no es un estado laico, la escuela pública ni siquiera es aconfesional
y la falta de coraje o voluntad política del PSOE para sacar a la religión de
las escuelas hace que la apuesta francesa sea inviable. Los obispos siguen contratando a los
profesores de catolicismo para impartir doctrina, ¿Cómo se va a argumentar la
prohibición de vestir símbolos religiosos ostentosos? La no separación entre escuela y fe, podrían dar lugar a situaciones tan absurdas
como el que en el próximo curso se contratara a un imán para impartir clases de
fe musulmana en el mismo instituto en el que este año se ha tratado de expulsar
a una alumna por llevar hiyab.
Como hemos dicho, el hiyab también hace
aflorar el odio a lo magrebí y a lo musulmán en nuestra sociedad. Para muchos de nuestros conciudadanos lo
musulmán pertenece a lo foráneo o lo extranjero. Lo autóctono es lo católico y el estado debe
proteger sus privilegios. Europa es
cristiana, España católica, y todo aquel que venga tendrá que someterse a las
costumbres de aquí. Sin embargo, nada de
eso aparece en la constitución, y además pasan por alto que posiblemente las
niñas musulmanas de 12 años tengan nacionalidad española. Para muchas personas el hecho de que Aisha Nasri, sea
tan española como María Pilar González es una píldora difícil de tragar y a
buen seguro están tentadas en desempolvar el cristianoviejismo patanegra del
siglo de oro y degradar así a los nuevos conversos. En ese
sentido deben entenderse los animosos
intentos del PP para que la abortada
constitución europea mencionara las raíces cristianas de Europa, o de la
exitosa presión ejercida por la Iglesia Católica para que no se aprobara la Ley
de libertad religiosa.
Sin embargo, la islamofobia no es monopolio
de la derecha nacionalcatólica, la progresía, tantas veces impotente y
condescendiente ante los deseos de Rouco Varela también aplica una doble vara
de medir a la hora de juzgar a la población de origen magrebí. En este sentido es paradigmático la utilización
de algunos discursos feministas. Parten
de la base de que toda mujer que no abrace el modelo de mujer occidental, está alienada. Quizás en lo de la
alienación tengan razón, lo que parece más dudoso es que las occidentales no
estén a su vez alienadas por otras reglas sociales que también son
machistas. ¿Qué es más machista, un
velo, o un zapato de tacón? ¿Pueden las mujeres occidentales no depilarse sin sentir el rechazo de ciertos sectores de la sociedad? Muchas mujeres afirman no sentirse obligadas a llevar el hyab ¿Se pueden imponer o prohibir formas de vestir o de
pensar en nombre de la libertad? ¿Se defienden mejor los derechos de la mujer
expulsándolas de las aulas? Algo no
encaja en este discurso feminista cuando integristas católicos como Duran i
Lleida lo utilizan como una piedra arrojadiza contra los infieles.
Para que no vuelva a haber víctimas como esta
niña, solo hay que cumplir la ley. Tampoco está
de más considerar la forma de vestir como una forma de expresión que hay que respetar, aunque no nos guste. El hiyab, como una camiseta del Real Madrid o en la que ponga “I
love Jesus” permite la identificación, la comunicación, el intercambio de ideas y no es
un insulto a ningún individuo o colectivo, por consiguiente no interfiere en el
proceso educativo.
Por otro lado, para preservar el
derecho de todos los que tienen creencias religiosas y de los que no las
tienen, hay que llegar de una vez a la separación entre las confesiones religiosas y la escuela pública; y para evitar hacer de esta
un gueto, es necesario obligar a la privada-subvencionada a que participe en la tarea de hacer en nuestro país una sociedad multicultural. Respecto a la cuestión de la islamofobia,
posiblemente la cura de esa enfermedad llegará
cuando miles de españoles patanegra esperen en las playas de Barbate una
patera que les pase al otro lado del Estrecho de Gibraltar. Al paso que vamos, pronto estaremos curados.
Gran artículo, enhorabuena.
ResponderEliminarLamentable no me dan ninguna pena que se prohíba llevar pañuelos, burkha u otro tipo de prenda similar. Cuando viajas a un pais árabe te tienes que adaptar a sus normas o costumbres.
ResponderEliminarPor ello mismo que SE ADAPTEN A NUESTRA CULTURA.
Pues a mi sí que me da pena que se prohiban cosas y que se expulse a niñas de institutos. No sé si otros países musulmanes se prohíben cosas parecidas. A mí me parece que en vez de distinguirnos en qué y a quien prohibimos, deberíamos defender la libertad aquí y allá. Por otro lado ¿Qué es nuestra cultura? ¿Prohibimos a las monjas ir con sus hábitos? Pues no.
ResponderEliminarpor eso cuando tu vas a las playas de Marruecos o a una ciudad islamista de vacaciones, te pones en pantalon corto y las chicas en tirantes, y nadie las dice nada, adaptación a su cultura, amigo.
ResponderEliminarNadie dice nada a las monjas o a los monjes capuchinos que andan por la calle...donde está la diferencia?
El mundo es de tod@s.
¡chapeau!, la lógica de las cosas no tienen otro análisis que este.
ResponderEliminar¿ Cual es el problema? ... ¿pega a sus compañeros, insulta a los profesores, sustrae material escolar?. ¡ NO !. Tiene un pañuelo en la cabeza a pesar de que se quiera mal informar llamándole velo (como el de las señoras del Rosario), cómo mi abuela de Valdenoceda.
¿Nos preocupa la identidad cultural y religiosa de otros y la nuestra no?.
¿La novicias y religiosas no podrán acudir a centros escolares?. ¿desde cuando?, ¿ni siquiera a dar clases en los centros concertados?. Muchas preguntas.
Por cierto ... ¿dónde dan el carnet de "NUESTRA CULTURA", porque yo que he nacido en la C/ Hospital de los Ciegos, en Burgos,ni escupo en el suelo, ni me gustan los toros, no digo tacos ni me gusta la tortilla con cebolla. Y lo peor ... soy de izquierdas. ¿ Seré emigrante?
jajajajajajajaja, muy bueno ultimo anonimo....genial.
ResponderEliminarla mezcolanza es mejor revulsivo para cultivarnos y aprender de otras "culturas".
No es obligatoria la integración, solo es obligatorio el respeto.
Las normas de vestimenta (basadas en el respeto) han existido toda la vida.
ResponderEliminarY tan sagrada es su religión como la que me pueda salir a mí debajo del higo, que cada uno tiene sus creencias. Si mi dios considera que llevar pistola es sagrado, no creo que se encuentre problemático prohibirme entrar con ella a clase. Del mismo modo que tampoco me dejarían entrar si quiero ir solamente en tanga. Llevar pañuelo me parece un acto de sometimiento de la mujer y no de libertad ( recuerdo aquí que las mujeres maltratadas muchas veces no reconocen serlo )
De todas formas, independientemente de que debería adaptarse a nuestras costumbres y no al revés. La persona que antepone la religión a la educación de su hija, tiene un grave problema.
Las religiones que se queden entre las 4 paredes de casa. La libertad de uno termina donde comienza la de los demás.
puede una monja o novicia dar clase? o entrar en una reunión o en un aula ? o participar en otros foros ?.y un obispo se tiene que quitar la vestimenta para acudir a pedir subvenciones al banco? o un cura tiene que quitarse la sotana ?.
ResponderEliminarAl último amónimo. Que las cosas hayan existido toda la vida, no parece un gran argumento. Las cosas existen hasta que dejan de existir. Las religiones a mi no me parecen sagradas, pero hay que respetar a las personas. Imponer a una mujer como debe ser libre me parece curioso. No creer o hacer caso de lo que dicen, irrespetuoso. Lo de nuestras costumbres que me lo expliquen. ¿Deben ir al toro de la vega en tordesillas? Los que han quitado el derecho de la hija a una educación (que a lo mejor consiguiera liberarla) es el instituto. Estoy de acueerdo en que la religión es privada como la libertad de cada cual de vestir según quiera.
ResponderEliminarcomparar una pistola, arma que puede matar o un tanga, con un pañuelo en la cabeza?, es confundir las cosas y no saber de que hablas.
ResponderEliminarhan preguntado a la niña y a sus padres si se sienten bien y libres así ?
ResponderEliminarDesgraciadamente en este pais, tienen más derecho los extranjeros que los españoles.
ResponderEliminarpagará los mismos impuestos que tú, no ?? entonces los mismos derechos, en eso no hay duda.
ResponderEliminarLos derechos no son desgracias sino "gracias" y para todos. El reparto de la "gracia" (derecho) está en función de las necesidades humanas, de las PERSONAS, no de su origen, tal y como expresa la civilización católica. ¿Coincidimos?
ResponderEliminarAl de la pistola: viaja.
ResponderEliminarpues no estaría mal que entraras en tanga a misa o en clase de matemáticas...será para verte.
ResponderEliminarResulta difícil desligar religión y cultura en el uso del pañuelo en los países árabes. Muchas feministas (de las que no justifican que se invadan Afganistán ni Irak) lo usan y se muestran orgullosas de ello, y no necesariamente por motivos religiosos.
ResponderEliminarLa administración educativa, y algunos centros, eligen la peor forma de resolver estas situaciones.
Prohgibiendo las rligiones se acaba el problema, ni cristos, ni alas, ni doses en vinagre.
ResponderEliminarMás allá de la superchería que rodea toda religión. Cada persona debe ser libre de llevar la indumentaria que crea conveniente, si responde a su libertad individual y siempre que responda al sentido común con el lugar donde se asiste. Yo no entraría en tanga a una iglesia. El que en algunos paises arabes te tengas que a veces adaptar a normas que violan la libertad individual, no quiere decir con eso que nosotros apliquemos la misma violación de esa libertad.
ResponderEliminarLas monjas llevan velo, los curas sotana (cada vez menos), los arabes chilaba, las mujeres árabes hiyab, los hippies el pelo largo y pañuelos en el pelo, las peperas elpelo rubio de bote, los peperos engominao, los sociatas van de modernos y no les sale,
El problema son las religiones, no las culturas.
totalmente de acuerdo, nosotros también vamos en contra de su religión cuando visitamos sus países y las chicas europeas van en tirantes o en la playa en top-les y nosotros en pantalon corto por la calle, la gente autóctona nos mira y nosotros sabemos que algo hacemos no a su gusto, pero nos da igual.
ResponderEliminarQue la vestimenta no sea un impedimento para sentirnos bien con otras personas "extranjeras", que son geniales....