El cazador cazado y "recompensado"

Baudilio Fernandez Mardomingo

 En estos tiempos que corren donde constantemente debemos separar nuestra indignación y nuestro cabreo generalizado acerca de las actuaciones políticas de lo que es éticamente correcto o no lo es, “that is the question”, parece que se nos intenta confundir, o al menos a mí me lo parece, con aquello que ya ha sido “pagado” ante la Ley, como si los tribunales de justicia, que no la Justicia como valor universal, sirvieran como excusa para demostrar que una vez cumplido lo penado no existiera ningún tipo de responsabilidad mas allá de lo pagado en una multa de marras, y muy especialmente cuando no se demuestra ningún tipo de arrepentimiento.

A primeros de noviembre del año que acabamos de dejar fue nombrado nuevo Delegado Territorial de Burgos el que era hasta entonces Jefe del Servicio Territorial de Agricultura Baudilio Fernandez Mardomingo. Unos pocos días después la errática sucursal del Partido Socialista (hasta la llegada del neoliberal Boyer) Obrero (no se sabe muy bien que significa esto ya) Español en esta nuestra provincia denunció un hecho acaecido hace 8 años. Resulta que por aquel entonces un funcionario, sí esa gente que se toca los huevos a dos manos por un sueldo “nescafe”, y un guardiasiví estaban apostados en el punto kilométrico 275 de la N-120, y mientras estaban compartiendo unas risas con el ultimo chiste cachondo que había llegado a sus oídos, no se les ocurre otra cosa que parar a un pobre camionero que cumplía con su trabajo como quien quisiera levantar el país él sólo:

- “Alto a la guardiasivi”, así a lo Sargento “Arensivia”.
 – Digame que se les ofrece que llevo prisa, espeta el camionero.
– Ná, es una inspección rutinaria de mercancías. A ver los papeles.

El camionero solícito le saca hasta la estampita que le había dejado su mujer en la guantera, y mientras el inspector de transportes se pasea alrededor del camión, el agente de la ley comprueba con metódica pulcritud los documentos: - Bien, transporta usted productos tóxicos. Ya veo… ¿Podría enseñarnos que tipo de…? El camionero nervioso contesta: ¡Oigan por favor que tengo mucha prisa! ¡No ven que todo esta en regla!. El funcionario con ganas de tocar las narices, contesta: Sí, si no dudamos de lo que usted dice, pero tiene que darse cuenta que es nuestro trabajo… Ande venga, haga lo que le dice el agente, que hoy tiene malas pulgas… El camionero, nervioso, sale de su camión lentamente, y se dirige a la trasera con desgana, como si quisiera decir algo antes de abrir la caja de pandora, pero las palabras no le salen, y no le queda mas remedio que mostrar que aquello que eran productos tóxicos se había convertido por arte de “birli birloque” en 21260 kilos de alimentos para animales que iban a ser descargados de manera ilegal en Portugal. Los dos funcionarios se miran atónitos y por supuesto el camión queda inmovilizado. Desde allí llaman al Ministerio de Sanidad y a los veterinarios de la Junta y estos les emplazan a precintar la carga para su destrucción como la normativa obligaba.

El inspector de transportes llama a su jefe directo, ahora el nuevo Delegado, para informarle de la “pillada” y de las decisiones posteriores. Y a que no sabéis que le responde el Jefe: - “Ni se os ocurra destruir la carga. Ya he hablado con el empresario de lo ocurrido, y me ha asegurado que esa cisterna solo ha trasportado alimentos aunque lleve autorización para tóxicos, y ahí hay mucho dinero”. El funcionario al otro lado, totalmente sorprendido, le responde: - “Pero oiga, no se da cuenta que estos productos van a introducirse en la cadena alimentaria y esto puede acabar siendo una pequeña colza… El Jefe sigue en sus trece, y antes de que el subordinado acabe, grita con vehemencia: “Por mis cojones que ese camión sale, no digo más”. Tras esta increíble discusión, se producen debates posteriores entre ambas partes, acordando que dicho camión vuelva precintado a su origen, Tarragona, para que las autoridades catalanas resuelvan definitivamente la situación. Pero si esto no les parece suficientemente grave, una vez que la noticia aparece en el Diario de Burgos, al señor Fernandez Mardomingo no le gusta ni que la actuación llegara a los medios de prensa ni el tratamiento de la noticia, ya que a su modo de ver en dicha noticia no se deja en buen lugar a la Junta, por lo que amenaza a su subordinado diciéndole que tiene muchos amigos en el periódico (qué curioso) y que se acabará enterando de quién ha filtrado la noticia a la prensa. No contento con empezar a tocar esa tecla, a continuación se reúne con su amigo Paulino del Valle, a la sazón por aquel entonces Subdelegado del Gobierno, para decirle que existen diversas pruebas acerca de que un funcionario y un guardia civil dedicados al control de mercancías en el transporte terrestre cobran “mordidas” a los transportistas para pasar por alto cualquier tipo de infracción, de esta manera la mierda ya está desparramada y la persecución personal comienza: la maquinaria se pone en marcha y el Subdelegado emplaza a la Comandancia de la Guardia Civil que abra una investigación interna ante la posibilidad de dichos delitos, pero eso sí sin que el Guardia Civil lo sepa, saltando por los aires toda la normativa relativa al conocimiento preceptivo por parte del interesado que prevé la Ley para garantía de sus derechos.

Para fortuna del Guardia Civil, su hermano, también miembro de la Benemérita, le informa de que esta siendo investigado por los supuestos delitos ya explicados, y éste se encara con sus jefes preguntándoles que de dónde sale esa mierda y cómo es posible que con su hoja de servicios den crédito a semejantes bulos. Por su parte el funcionario acaba sabiendo de la investigación chusquera que se le hace a través de las indagaciones que su Jefe de Servicio intenta hacer en la Asociación Profesional de Transportistas de Burgos y, de esta manera, manchar la honradez en el trabajo ejercida. Al fin y al cabo, suelta rumores malintencionados que algo quedará…


Una vez que ambos investigados se ponen en contacto, llegan a las conclusiones oportunas y denuncian a D. Baudilio Fernández Mardomingo por calumnias, injurias y estafa. Después de semejantes disgustos y una buena temporada calmando sus ánimos a base de antidepresivos y ansiolíticos, la Administración de Justicia dictamina que “el acusado no persigue en sus contactos la simple averiguación de la fuente de la noticia publicada , sino que lo perseguido es la transmisión del rumor de corrupción con el ánimo de desprestigiar el honor de los denunciantes y en el ámbito jurídico podría haber sido constitutivo del delito de prevaricación o de cohecho ya que no hizo nada por poner en conocimiento del supuesto delito a la autoridad administrativa o judicial…”. Al final la sentencia dictamina que el acusado es condenado a una multa importante por un delito de calumnia.


En resumidas cuentas, yo saco varias conclusiones sobre el nuevo Delegado Territorial:
    1º Que se debe antes a la Junta (verbigracia “su partido”) que al supuesto interés general de los burgaleses a los que indirectamente representa.
    2º Que su orgullo y su soberbia es de semejante calado que le inhabilita para ejercer una función ejecutiva y mediadora de intereses que es principio la suya.
    3º Que en esta tierra prevalece antes los infundios de cualquier engreído mamarracho que los méritos y la buena conducta demostrada por cualquiera a lo largo del tiempo.
    4º Que en otros puntos del orbe muy cercanos a nosotros a este señor se le hubiera investigado judicialmente por lo que deja entrever durante el juicio.
    

Invito a cualquiera que aporte más conclusiones.