La clase obrera, se siente minera

Los mineros encabezando la manifestación

Los mineros han sido recibidos como auténticos héroes en Madrid.  Ni los más optimistas soñaban con tal muestra de apoyo y solidaridad.  Su lucha, su resistencia y su capacidad organizativa, herencia de una conciencia de clase sin fisuras, les ha hecho ganarse el aprecio del resto de los y las trabajadoras del estado.  Con su lucha, se han convertido en el símbolo de todos/as los que se oponen contra las sinrazón de las miserables políticas del gobierno del PP.  Los mineros no tienen miedo o al miedo no les atenaza para luchar ¿Será esta la primera batalla que no perdamos?  Nos va mucho a todos/as en esta contienda, porque a buen seguro el infame Rajoy tratará de dar un escarmiento para seguir alimentando la cultura del miedo y de la postración.  Tras cuarenta días de huelga las espadas siguen en todo lo alto, pero los mineros nos han enseñado cómo se deben hacer las cosas.  Si cuatro mil mineros son capaces de poner el país patas arriba, ¿Qué no pueden hacer 17 millones de trabajadores y trabajadoras?  Nos han enseñado que el poder es nuestro.  Sólo necesitamos saberlo.  Nosotros/ as somos el pueblo soberano, y a poco que la perseverancia y determinación de los mineros se contagie caerá como castillo de naipes todo el oropel que nos ciega y nos confunde.  Por el ejemplo y la enseñanza de los mineros, la gente de Burgosdijtal quiso rendirles homenaje acudiendo a la cita de Madrid.

La manifestación fue impresionante.  Gentes y colectivos de todo el estado acudieron a la cita.  A las once de la mañana comenzó la marcha.  En la vanguardia: los protagonistas formando cinco filas enarbolando las banderas de las comarcas mineras, y cantando el"Santa Bárbara bendita".  Sus sones y el olor a pólvora hicieron que el centro de Madrid evocara el ambiente de los valles mineros.  Miles de personas esperaban su paso para incorporarse en la manifestación después de ovacionarlos.  A pesar de saber del latrocinio que estaban acometiendo los acólitos del pérfido Rajoy, había una atmósfera de alegría y de victoria.  Tras los mineros, se extendía un variado cortejo que tapizaba gran parte del Paseo de la Castellana.  Los sindicatos, los ayuntamientos de las comarcas mineras, los yayoflautas, colectivos de Valencia, Andalucía, Extremadura, o Euskadi, los trabajadores del metro, bomberos, trabajadoras de la enseñanza, jubiladas... 

La manifestación terminó frente al Ministerio de Industria que se encuentra cerca de la sede de Bankia para quien sí parece haber dinero.   Es entonces cuando, como viene siendo de costumbre, las fuerzas represoras se dedicaron a hacer lo que saben, pegar a la gente sin ton ni son.  Trabajando al servicio de quienes en ese momento les estaban recortando el sueldo.  En cualquier caso, el protagonismo fue de los mineros y sus familias, cuyas movilizaciones suponen un punto y a parte en el conflicto de la sociedad con el poder político.

Madrid apoyó masivamente la marcha negra de los mineros.  Imagen del Paseo de la Castellana

Los mineros sentados frente al ministerio de Industria