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miércoles, 17 de abril de 2013

El periódico "El País" y Hugo Chávez: La propaganda colonialista del grupo PRISA.

Portada de "El País" con la falsa foto de Hugo Chávez
Por Carolina R. Tenaz


El 24 de Enero,  “El País”, en un alarde de mal gusto y falta de rigor memorables, publicaba en primera página una foto falsa de un supuesto Hugo Chávez entubado y moribundo.   El presidente de la República Bolivariana de Venezuela infringía una última derrota al medio insignia del grupo PRISA.  El ridículo quedará para los anales del periodismo aunque en realidad no se trató de un error puntual a la hora de verificar las fuentes sino que fue consecuencia de una línea editorial  planificada  bajo el prisma de la inquina, el odio, y la falta de respeto hacia  uno de los políticos más relevantes del comienzo de siglo.  

Durante más de 10 años la prensa estatal ha caricaturizado a Chávez como un gorila, bruto, y autoritario.  Han  desempolvado del muy cínico imaginario europeo las imágenes de caudillos de repúblicas tropicobananeras cargados de medallas militares para asignárselo al presidente que más procesos electorales ha ganado en la historia reciente del continente.  Se trata de cinismo porque a Hugo Chávez lo criticaron precisamente por hacer exactamente lo contrario de lo que aquellos caudillos militares hacían, es decir, gobernar al dictado de los Estados Unidos, de Europa, o de alguna de sus multinacionales. 

En el nombre de una libertad de prensa, el grupo PRISA y su periódico “El País”, a la sazón buque insignia de la progresía patria, se ha convertido en la vanguardia de la caverna mediática del estado español en cuestiones que atañen a Latinoamérica, en  la Fox News ibérica querida por el poderoso Tea Party indiano.  Invocan una libertad de expresión entendida como libertad para mentir,  y una libertad de prensa al servicio de los intereses de empresa.  Exigen licencia para insidiar y para secuestrar el derecho al pensamiento crítico.   Ese garrafal ridículo solo se puede entender si recordamos aquel vergonzoso editorial del 13 de abril de 2002 cuando "El País" apoyaba a los golpistas al dar por sentado el éxito de la intentona además de ofrecerles cobertura moral.  En dicha editorial, titulada   Golpe a un caudillo , tras calificar de autócrata al presidente elegido democráticamente a quien pretendían derrocado y compararlo con Fujimori,  calificaban el golpe de estado de "empujón".  Además definía a los  venezolanos golpistas como una esperanzadora semilla de desarrollo de una sociedad civil.  Es difícil ser tan infame en tan pocas líneas.  A nivel político sólo los gobiernos de George W. Bush,  y Aznar, que apoyaron a los golpistas,  se encuentran a la altura de las insidias del País.

Todo el coro mediático patrio, con la excepción del malogrado Público,  han actuado al unísono entonando la sinfonía del pensamiento único con dos objetivos primordiales: en primer lugar, justificar y defender los expolios de las oligarquía española a los pueblos de América Latina; en segundo lugar,  hurtarnos un debate equilibrado sobre los procesos de cambio comenzados hace más de una década en América Latina.  Unos debates que a tenor de la crisis o estafa que nos asola, parece más necesario que nunca.
Manifestación de apoyo al candidato Nicolás Maduro el pasado 11 de abril
¿Cómo es posible que el periódico triunfante de la Transición española, el que titulara el 24 de febrero de 1981 "El País, con la constitución" considerara actos como los de Tejero meros empujones?  ¿Que transformación se había producido para que Juan Luis Cebrián que, a buen seguro, tenía una foto de Salvador Allende en el despacho, diera su bendición al sucesor de Pinochet? Varias respuestas emergen ante este dilema.  Quizás esta evolución de la portavocía de la socialdemocracia patria sea equivalente a la que ha llevado al PSOE desde el marxismo hasta ser el limpiabotas de Merkel, o el que llevó a ese chiquillo de Sevilla llamado Felipe González a dejar la pana para codearse con la persona más rica del mundo, el mexicano, Carlos Slim Helú.   Puede ser simplemente que trataran de quitarse a Hugo Chávez de en medio porque al contrario de los demás dirigentes del continente, no favoreció los negocios del grupo PRISA.

Pero más allá de las contingencias empresariales del grupo PRISA, la caza a Hugo Chávez y todo lo que él representa necesita una explicación más profunda, supone el choque de dos discursos o ideas sobre América Latina antagónicas:  la colonialista-liberal defendida  por el lobby indiano español, y la emancipadora social y continental del bolivarianismo de Chávez.  Ambos se citaron en duelo para configurar el escenario político de Latinoamérica.  Si creen en el destino pueden ustedes apostar que el enfrentamiento estaba cantado y comenzó ha tomar forma en la década de los 90 del siglo pasado.  

España había salido con éxito del envite de la muerte de Franco.  El discurso de la Transición funcionaba, era un modelo para otros países del mundo, estábamos en la Unión Europea y en la OTAN, y en líneas generales la gente vivía cada vez mejor.  Por entonces el rey no pasaba de ser un tío simpaticorro y bonachón, que inauguraba Olimpiadas y Exposiciones Universales, que venían a ser puestas de largo de una nueva España, moderna y sin complejos, que volvía a reclamar su papel en el mundo, que volvía, en definitiva,  para reconquistar su parte de mundo.  Ya no serían segundones de familias ni infantes muertos de hambre los que correrían océanos, sierras y selvas, lo harían las recién privatizadas empresas públicas que vendió Aznar a precio de saldo:  Repsol, Telefónica, Endesa, junto con los grandes bancos que los financiaban.  Cinco siglos después, los nuevos conquistadores en lugar de la cruz y la biblia llegaban con el manual de privatizaciones (¿expropiaciones públicas?) en una mano y la mordida (chantaje) en la otra.  El encargado de lubricar socialmente el expolio fue el grupo PRISA, que vio la oportunidad de convertirse en un medio de propaganda de alcance mundial.  De esta forma el grupo PRISA unía su suerte y sus intereses a la  gran oligarquía española y latinoamericana.  El plan se antojaba gozoso en esa España del Euro en la España del “España va bien”.  Los mandatarios latinoamericanos acudían con disciplina a las cumbres iberoamericanas, y junto con Aznar, Zapatero y el Rey, nos enseñaban los dientes mientras nos contaban el cuento de las naciones hermanas, una especie de festival de la OTI en la que afortunadamente no se cantaba.


Mientras España se preparaba para su proyecto de reconquista latinoamericana.  El continente se disponía a tomar las riendas de su destino, tras  más de 20 años soportando la medicina de austeridad, latrocinio, y plutocracia.  La misma que ahora nos recetan la Unión Europea, el FMI, y los gobiernos alfeñiques de Zapatero y Rajoy.  En Venezuela, antes de la llegada de Chávez, ya había habido movimientos importantes.  En 1989, año en que caía el muro de Berlín la democrática Venezuela de Carlos Andrés Pérez no tuvo reparos en masacrar a miles de venezolanos en lo que se conoció como el Caracazo por protestar contra este tipo de políticas.  Diez años más tarde llegaba a la presidencia Hugo Chávez, con un discurso emancipador en el ámbito social y nacional.  Tras Salvador Allende, nadie como Chávez había sabido desenmascarar las conexiones entre multinacionales de antiguas colonias, élites colaboracionistas y maquinaria de propaganda.  Como él propugnó que los recursos naturales del país revirtieran en sus gentes, como él sufrió un golpe de estado auspiciado por la patronal. Contrariamente al chileno, Chávez salió victorioso y su discurso exitoso se expandió por el continente y continúa haciéndolo.  Así pues, las ansias expansivas y piratas del empresariado español, chocaron con el discurso liberador de Chávez que ejercía de Bolívar doscientos años después.

La colección de medias mentiras y medias verdades han sido de toda índole, tantas y tan variadas que se podría realizar un estudio pormenorizado.  Entre algunas de ellas caben ser  citadas la de la permisividad de Hugo Chávez con la inseguridad ciudadana, y el de llevar el país a la ruina.  En cuanto a la cuestión de la seguridad el problema de Venezuela no es diferente al de México o el de Colombia, sin embargo, en el caso de Venezuela el culpable es Chávez mientras que en el caso de México y Colombia los responsables de la violencia son los cárteles de las drogas.  

En cuanto a la cuestión económica resulta sorprendente tener que acudir a la BBC para encontrar un dato económico positivo sobre Venezuela.  No habla de primas de riesgo ni de déficits públicos, la prestigiosa cadena pública británica recoge una información de la  la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)  que depende de la ONU en la cual se muestra que Venezuela es el segundo país de América Latina donde más se ha reducido la pobreza en los últimos 12 años y el tercero en el que más ha mejorado el Índice de Desarrollo Humano.  Además tiene una tasa de paro del 8%.  Sin embargo el panorama económico que dibuja "El País"de Venezuela a tres días de la elecciones es casi tan dantesco  como el de España.  Eso nos lo cuentan articulistas ponderados y sabios como Moisés Naím, quien antes de ser articulista de El País fue ministro de economía de Venezuela con el gobierno de Carlos Andrés Pérez.  Bajo su presidencia, como ya hemos dicho, se produjo el Caracazo, del que ya he hablado antes.

El mantra más repetido para desacreditar al gobierno de la República de Venezuela es que el presidente ha debilitado y degradado la democracia.  Para ello utilizado todo tipo de ardides.  Una de las más sorprendentes fue la de llamar al candidato Nicolás Maduro candidato oficialista.  ¿Qué es un candidato oficialista?  ¿Se refieren a una persona que se presenta a unas elecciones ejerciendo labores de gobierno?  ¿Hay o ha habido candidatos oficialistas en España?  ¿Fue Rubalcaba  candidato oficialista en las anteriores elecciones? No nos consta que el País se haya referido nunca así a ningún político español.  Al definir a Nicolás Maduro de esta manera se prepararía el diario sugiere una desigualdad previa, en la que el candidato Capriles partiría con desventaja.  De esta forma se prepararía la cuartada en caso de la derrota de Capriles que no habría perdido contra el candidato socialista sino contra el aparato del estado.  Otra de las estrategias de propaganda para desarrollar la idea de dictadura de República bananera es la de buscar referentes dictatoriales de fácil asimilación para el público peninsular. Se busca descaradamente el símil de Hugo Chávez con Franco.  Por esa razón no dejan de referirse a Hugo Chávez como un caudillo militar sin embargo,  muy al contrario que Franco,  Hugo Chávez ganó holgadamente todos los procesos electorales a los que se presentó y Franco organizando una guerra civil brutal.  Otro de los vocablos intencionadamente equívocos es el de referirse al régimen político venezolano como régimen chavista.  Normalmente cuando nos referimos a una democracia no calificamos al régimen sino como democrático, no aparecen apellidos de personas.  Nadie se refiere al régimen aznarista, o zapaterista, sin embargo sí que nos referimos al régimen dictatorial que vivimos como régimen franquista.  El denominar al régimen político de Venezuela como Chavista en vez de régimen democrático presidencialista, también buscaría asemejarlo Cuba país cuyo sistema político no tiene nada que ver.  Más evidencias de esta estrategia las hemos tenido recientemente al tratar el periodo que ha habido entre la enfermedad de Chávez y la elección de Maduro. A este periodo lo han llamado Transición. ¿La Transición a qué? Como Franco precede a la transición en España, Hugo Chávez haría el mismo papel en Venezuela. Es evidente la mala fe con la que el editorial de El País utiliza este hito en nuestra historia para referirse a otra cosa completamente diferente.  Para empezar porque ninguno de los dos candidatos pretendía cambiar la constitución que propuso Hugo Chávez y que fue aprobada por sufragio universal directo en 1999.  

El periódico "El País" y el grupo PRISA de esta manera se unen a la caverna mediática de la que dicen pretender diferenciarse.  La batalla en América Latina la van perdiendo, porque el proceso de emancipación comenzado por Chávez se expande por Ecuador, Bolivia, Argentina y otros países.     Queda por saber si al situar a Chávez en el eje del mal conseguirán el otro objetivo, el de  aleccionar a una ciudadanía española que busca en cualquier sitio asideros en los que rescatar lo que queda de esperanza.  Hugo Chávez puede haber triunfado en América Latina, pero la élite empresarial del estado español bajo ningún concepto aceptará que modelos que cuestionen el orden establecido calen en la metrópoli. Desenmascarar la propaganda programada por las élites debe ser uno de los primeros pasos para ganarles la batalla a este lado del Océano.

Ante la alianza de las élites, los pueblos deben resistir, y reaccionar.  Eso es lo que promueve desde hace muchos años una de las asociaciones con más solera y  más comprometidas de la ciudad:   ISI (Iniciativa Solidaria Internacionalista).  La gente de ISI está organizando el X Encuentro Estatal de Solidaridad con la Revolución Bolivariana en Burgos los días 12,13,y 14 de julio .  Con este encuentro se nos ofrece la oportunidad de contrastar otros discursos sobre lo que está ocurriendo en América Latina, de analizar otras experiencias, acaso parcialmente aplicables en Europa.  Porque si una cosa ha quedado clara con el triunfo de la Revolución Bolivariana sobre neocolonizaciones es que los caminos de las ideas hacia América Latina ya no son sólo de ida.  No es hora de copiar, sino de aprender

2 comentarios:

  1. Buen artículo. Añado algunos datos interesantes.

    Felipe González fue (y es) muy amigo de varias familias de la oligarquía venezolana, que de hecho le invitaron a bodas y otras celebraciones. Durante su mandato Iberia compró Conviasa (las aerolíneas estatales venezolanas) y la desmanteló para arruinar la oferta turística de Venezuela y desviarla a Canarias fundamentalmente.

    El grupo PRISA no solamente tiene medios de comunicación, sino también la editorial Santillana. Antes esta editorial prácticamente tenía el monopolio de los libros didácticos en las escuelas, ahora en cambio se elaboran en Venezuela y ya no tienen ese sesgo colonialista.

    Cuando Carlos Andrés Pérez ordenó al ejército asesinar a miles de venezolanos en el 89, no hubo embargos de la ONU y nadie se rasgó las vestiduras. En 2002 la oposición golpista asesinó a varias decenas de chavistas. Estos días ya han muerto 7 chavistas y un policía. Además han quemado sedes del PSUV, varios CDIs (ambulatorios públicos), han cercado radios y televisiones estatales y comunitarias, y cometido muchos otros actos vandálicos y amenazas. Pero esto apenas sale en los medios.

    Quien quiera seguir más la actualidad de Venezuela desde el punto de vista de sus movimientos populares:

    www.aporrea.org

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  2. Estupendo artículo , felicidades.Seguid así.

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