Aquel 28 de Junio de 1969 nuestras hermanas neoyorquinas no iban en carrozas. La revuelta de Stonewall no fue una cabalgata, fue el principio de una revolución. Apenas doscientas transmaricabollos, hartas del acoso policial, hicieron estallar su rabia contra la transmaribollobifobia, el clasismo, la putofobia, la plumofobia y el racismo.
Hoy salimos de nuestras casas, nuestras esquinas, nuestras aceras, nuestros sitios de cruissing, nuestros locales de ambiente, nuestros paros y nuestros curros para unirnos a la resistencia. Porque no vamos a dejar que nos sigan acosando, estafando, agrediendo, echándonos de nuestras casas y del país.
Por nuestra supervivencia, resistimos la masacre neoliberal y el terrorismo heteropatriarcal y fascista. Hoy como ayer seguimos gritando: NO PASARÁN!!!!
Hoy también seguimos denunciando la despolitización y la mercantilización del Orgullo, con la que está cayendo el empresariado gay-lésbico sigue tratando de sacar tajada.
Nos siguen ofreciendo neg-ocio, consumo y estupidización. Pero no somos meras consumidoras, sino mentes y cuerpos pensantes, sujetas políticas que vamos a seguir incordiando políticamente por todas partes, les guste o no.
No queremos que barrios emblemáticos transmaricabollos, como el de Chueca, sigan convertidos en espacios elitistas de lucro. No queremos parques temáticos empresariales.
Y seguiremos luchando, con nuestras hermanas de Uganda, Francia, Turquía, Grecia, Ecuador, Rusia y del resto del mundo, frente a la escalada de fascismo transmaribibollofóbico. Si tocan a una, nos tocan a todas!!!!
Estamos más histéricas que nunca !!!! Defenderemos a muerte la soberanía sobre nuestros úteros, no permitiremos su okupación ni por parte del Estado ni de la Iglesia. Sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios!!! Mi cuerpo es mío y sólo mío!
Okuparemos sus consultas médicas y sus centros de reasignación de género hasta que nos dejen decidir por nosotrxs mismxs cuándo, cómo y por qué cambiar o no cambiar nuestro nombre en el DNI, tomar o no tomar hormonas, operar o no operar nuestros cuerpos. Es su transfobia lo que nos pone enfermxs, y no las ropas, los nombres o los pronombres que nos da la gana usar cada día. Mi cuerpo es mío y sólo mío!
Tomaremos las calles una y otra vez hasta detener las agresiones y el acoso policial a putas y chaperos, hasta que se reconozcan los derechos de las currantes del sexo. Indignos son los que firman desahucios, no quienes vendemos compañía y placer. Ninguna agresión sin respuesta. Mi cuerpo es mío y sólo mío!
No podréis curar nuestras desviaciones, no nos creemos ni vuestra normalidad ni vuestra rectitud. Nos echáis a la calle para hacer de nuestro derecho a techo un negocio,
aún a costa de condenarnos a la exclusión social. Pero nosotras lo que vamos a desalojar es el Congreso, el palacio de la Zarzuela y la catedral de la Almudena. Estamos hartas de vuestra corrupción, de ver cómo robáis nuestro dinero público mientras nos aburrís con el mantra de la santa austeridad.
Pero eso sí, en la calle nos queréis calladas, os repatean nuestras protestas y os atemoriza nuestro periodismo. Pues ni nos callaremos ni dejaremos de informar, por más identificaciones, detenciones y multas que nos pongan.
Seguiremos denunciando el Real Decreto fascista que deja sin cobertura sanitaria a lxs sin papeles. No esperaremos a ver cómo se disparan las cifras de las enfermedades infecciosas, de la sífilis, de la tuberculosis, del racismo. No queremos comprar los antirretrovirales en el mercado negro, ni volver a hacer recuento de seropositivxs muertxs por falta atención médica. No nos quedaremos mirando cómo desmantelan nuestro sistema público de salud.
Pararemos la destrucción de la educación pública y enfrentaremos la franquista Ley Wert. No permitiremos que se siga alimentando la homofobia en los colegios e institutos con la complicidad de la iglesia católica. Sacaremos a la iglesia de nuestras aulas. Porque estamos hartxs del acoso al alumnado y al profesorado transmaribibollo, hartxs de que invisibilicen sistemáticamente a nuestras familias. Porque necesitamos estudiar y formarnos como ciudadanxs críticxs frente al sistema y no nos vamos a quedar mirando como nos invitan a dejar nuestros estudios o a salir del país para seguir formándonos, investigando o ejerciendo, y todo por la supuesta falta de dinero público.
Con Orgullo, desde abajo y desde la lucha en la calle. Un Orgullo de denuncia, porque el Orgullo es protesta, es cólera y es rabia. Rabia por este golpe de estado financiero, neoliberal, neocolonial y fascista. Cólera contra este capitalismo que busca recomponerse aún a costa de la destrucción y el aniquilamiento de cualquier opción de vida digna. Protesta contra estas políticas que pretenden privatizar desde los bienes comunes hasta nuestros propios cuerpos. Cuerpos que se resisten y se revuelven contra las hostias de la iglesia y contra las hostias de la policía.
Ahora más que nunca es fundamental la lucha colectiva, sumar fuerzas transmaribibolloputas, incordiando por doquier, más peligrosas, escandalosas y rabiosas que nunca.
No nos van a poder callar.
Transmaricabollos en la Resistencia Frente al fascismo ¡¡¡NO PASARÁN!!!!