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sábado, 30 de abril de 2011

La gente buena del campo son la sal del mundo

Si me preguntas qué opino o qué puedo contar de el tiempo que llevo viviendo en un pueblo, podría hacer un esquema de la siguiente manera:
-          Qué pensaba del medio rural antes de vivir en él.
-          Qué pienso ahora que vivo en él.
-          Generalidades en torno a esta cuestión.

Pues bien antes de vivir en el mundo rural tenía la ilusión mental de un estilo de vida rural diferenciado al estilo urbano. Se puede decir que pensaba que aquello que me incomodaba de mi estilo de vida urbano, como es la falta de sinceridad entre las personas o el exceso de rigor en las formas, no iba a existir en el medio rural.
Ideaba un mundo rural donde las relaciones eran más cercanas y auténticas; Además de un comportarse o lucirse con menos adorno o ¨perifollaje¨, de una forma más clara o semejante.
Por otro lado imaginaba, también, un espacio de libertad alejado del esquema preso ¨dinero-consumo¨. Pensando el medio rural como un espacio para pasar a ser propietaria, cambiando el esquema a ¨trabajo-propiedad¨.

Si analizo lo que pienso en este momento del medio rural en el que convivo puedo  decir que ,en el ámbito de las relaciones entre las personas y partiendo de la idea predeterminada que yo tenía, mi opinión es que:
-          Existe en el medio rural una manera diferente de sinceridad, dicho de manera irónica, más ¨exigente¨ ya que para recibir una parte de sinceridad de alguno de sus habitantes tienes que dar a priori cuatro o cinco partes de la tuya, y luego esperar con el tiempo un resultado posible.
-          En relación a las formas sociales, decir que también existen formas pactadas en el medio rural, existiendo formas para los que se escapan a las formas. Siendo más difícil que en las ciudades que población general llegue a ignorarte, porque eso sí que se puede decir del medio rural la capacidad de ignorar al otro ciudadano es menor; el marco de convivencia incluye a todos. La exclusión extrema es menor y la diferenciación entre subgrupos es también menor. En mi medio rural prima un tipo de clasificación social basado en las relaciones de familia; Las personas son, en su mayoría, miembros de una misma familia ,por lo que existe un factor de semejanza muy fuerte que suaviza las fronteras excluyentes.

Sobre el dinero, el trabajo , consumo y propiedad, puedo decir que:
-          También en el pueblo ¨el dinero es el dinero¨ y es algo particular de quien lo tiene y decir que, por supuesto, no se comparte.
-          La propiedad pública o compartida que en la ciudad se evidencia en los edificios públicos como los colegios, bibliotecas, centros de salud entre otros o de tipo abierto como los parques y paseos, que sería importante que el ciudadano bien entendiera y defienda, si es preciso, que son propiedad de los ciudadanos, pagados con la aportación de todos.
Pues bien, si buscamos la semejanza a estos espacios creados por nosotros en las ciudades en el medio rural, al carecer ,en los pueblo pequeñines como el mío, de servicios públicos, podríamos decir que son algunos de estos espacios comunes la plaza del pueblo y los montes para pasear, siendo, a excepción de los montes comunales, de los que el ciudadano no dispone en mejor posición que los animales que en ellos pastan, el territorio en una gran parte propiedad particular heredada y comprada desde tiempo históricos por los propietarios de la tierra.
Son las tierras comunales una posibilidad para los no heredados que pueden, a través de renta, hacer uso de las mismas para poner a pastar a sus animales.
Existen también intentos de hacer nuevos espacios que se compran a los particulares para trasformar espacios privados en espacios públicos y dedicados a las personas.
-  El elemento trabajo es un común a todas las personas del medio rural, necesarios para comenzar un nueva vida y para mejorar las condiciones de vida existentes a través del desarrollo. La necesidad de comenzar un proyecto desde casi cero de los nuevos pobladores contrasta con la vida estable de las personas que habitan estos territorios. Si bien, puedo afirmar que la solidaridad en el trabajo y las maneras de cooperación no son ajenas a las tradiciones rurales, y son lo que muchos buscamos al irnos a los zonas rurales. No se si es desconfianza o un rechazo basado en aspectos más profundos de la cultura rural lo que dificulta la colaboración entre nuevos y antiguos pobladores.


En relación a la despoblación, dentro de las generalidades del medio rural, una de las preocupaciones compartidas por todos porque atañen a la supervivencia de las comunidades rurales, puedo decir que :
-          Cada nuevo poblador busca una vida y tiene unas exigencias que no tienen porque ser satisfechas por los ya pobladores. Sentencia que justificaría la cerrazón que muestran estas personas de toda la vida por las nuevas pobladoras y buscadoras de nueva vida que requieren en mayor o menor medida atención y acogida.
-          Si por un lado entre la población rural la semejanza es mayor, como comenté antes, debido a los vínculos que existen de familiaridad, hacerse uno participe de estos vínculos es demasiado pedir al nuevo poblador. Como ejemplo irónico de esta situación me remito a la película ¨Dogville¨.
-          Sobre la propiedad rural, la huerta, el jardín para tomar el te las noche de verano y observar las estrellas; puede ser alcanzada en otra vida por el matrimonio intercultural o bien gravosamente pagada por el nuevo poblador. Aunque no mucha gente quiera comprar el mismo producto el antiguo poblador se agarra con ambas extremidades a su propiedad puesta a barbecho durante décadas y llegado ante su puerta un posible comprador da comienzo el juego de negociaciones amplias entre propietario, idealista , banco real y valor real de mercado de la tierra.


Tengo la oportunidad de hacer desde este artículo un llamamiento a los antiguos pobladores a que nos den un voto de confianza y compartan proyectos y formas de vida con los idealistas nuevo pobladores que llegamos de la ciudad con más ilusión que dinero, dispuestos a convertir un botijo en una obrar de arte y a fascinarnos con los matojos y zarzas ,que son quemados como rastrojo pero, que para nosotros son símbolo de la más preciada vida natural.
Y también, un ofrecimiento de parte de los nuevos pobladores, en forma de ¨pacto social¨, de no romper demasiado las formas de siempre tan comprobadas y validadas, con modernismos y prejuicios, provocando desasosiego en las poblaciones acogedoras. Los nuevos pobladores podíamos intentar lograr una semejanza o acercamiento social por medio del respeto y la cautela  ante las formas de vida y usos de los lugares en los que deseamos vivir.

Siendo este ¨pacto social¨ o una manera posible de equilibrio en la convivencia rural siendo una combinación de valores:
- Confianza y colaboración, sumado a, respeto y acercamiento social.

1 comentario:

  1. genial.Si tienes suerte de encontrar un pueblo que te abra los brazos, es donde mejor se está.

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