La codicia humana carece de límites, de ello tenemos muestras diarias que nos lo recuerdan y confirman constantemente. Uno de sus mejores ejemplos es la persistencia en la explotación de los combustibles fósiles, a pesar de ser una fuente progresivamente en declive por resultar cada vez más escasa, medioambientalmente insostenible y económicamente menos rentable. Pese a ello, sigue contando aún con el interés empresarial y financiero casi intacto, así como con el consiguientemente beneplácito político que le sirve y ampara.
La explotación del carbón en la cornisa cantábrica ha formado parte de su historia más reciente –donde aún pervive agónicamente y conforma parte de su cultura-, habiendo condicionado la forma de vida de sus gentes y transformado singularmente parte de sus paisajes. Sin embrago hasta ahora, la explotación de otros combustibles fósiles como el petróleo y el gas –a excepción hecha del frugal espejismo de la Lora burgalesa- siempre ha sido asociada con lejanos y áridos parajes de Oriente Medio y el norte de África o con las pintorescas y fantasmales plataformas flotantes del mar del Norte y del golfo de México.
Hasta el momento los principales consumidores de estos recursos –países desarrollados- veíamos los problemas derivados de su explotación con la indiferencia propia de aquel que no valora el peligro por resultarle lejano y ajeno (mal consuelo). Sin embargo ahora, el codicioso afán de enriquecimiento humano –puede que la peor característica de nuestra condición- ha fijado su apetito en una presa más cercana y autóctona. Llega y amenaza, ahora sí, con destruir nuestro entorno, poner en peligro nuestra salud e hipotecar fatalmente nuestro futuro.
La Fractura Hidráulica, o Fracking, es uno de los métodos de extracción no convencional que han proliferado como consecuencia del progresivo agotamiento de los yacimientos de tipo más usual, el alza de los precios de los carburantes, la cada vez menos controlable situación política internacional y la necesidad de equilibrar las balanzas de pago de los países desarrollados. Para quien aún no lo conozca, la Fractura Hidráulica es un sistema de extracción que consiste en la perforación a través de pozos de las capas superficiales de la tierra hasta alcanzar los sustratos menos permeables entre los que se incrustan gases de aprovechamiento energético –principalmente metano-, de forma que para su liberación y extracción resulta necesaria su fracturación. En ello se utilizan técnicas muy agresivas, consistentes en la utilización de explosivos e ingentes cantidades de agua en la que se disuelve arena abrasiva y centenares de sustancias mayormente contaminantes –muchas de las cuales se desconoce siquiera su composición, amparándose para ello en leyes de protección de patentes, pero ninguneando aquellas que velan por la salud y la protección medioambiental (¿acaso son comparables?)-.
Para conseguir: la perforación hasta los nichos de materiales poco porosos en los que se halla el gas (como la pizarra y arenas compactadas), la detonación interna de dichos estratos, la inyección de agua a presión –junto con la arena y las sustancias requeridas-, la extracción, transporte y almacenamiento del preciado gas; (para todo ello) resulta necesario un fuerte componente de medios que obliga a transformar el entorno con el fin de dar cabida a tal ingente despliegue logístico. Además de ésto y de forma más preocupante, la utilización de este medio de extracción supone la contaminación provocada por la utilización de sustancias alta y probadamente perjudiciales para la salud humana –y por extensión también nocivas para los cultivos, el ganado y la flora y fauna local-. En los países donde ya se ha puesto en práctica este método son más que habituales las denuncias por contaminación de acuíferos y aguas superficiales (ríos y lagunas) que afectan a la población del lugar y que acaban extendiéndose más allá de sus focos de origen. Cada vez son más los estados y regiones –a ambos lados del Atlántico- que han paralizado temporal y definitivamente este tipo de extracciones o, bien, establecido moratorias para profundizar en el estudio de las consecuencias de utilización de esta técnica.
En España la provincia de Burgos se halla en el corazón de la llamada ‘Cuenca Vasco-Cantábrica’, viéndose afectada prácticamente en toda su franja norte: desde los límites con Palencia y Cantabria, hasta las zonas próximas a La Rioja y Álava. En los últimos años empresas del sector han solicitado y obtenido sigilosamente permisos de prospección por parte del Ministerio de Industria y de la Junta de Castilla y León (en los sectores: USOA, USAPAL, MIRUA, ENARA y recientemente URRACA y SEDANO), mientras que el sector ROJAS se encuentra en estos momentos pendiente de obtener la correspondiente autorización.
Es por ello por lo que diferentes personas sensibilizadas con la problemática y conocedoras de las consecuencias de utilización de este método –altamente agresivo y contaminante- han decidido organizarse y hacer un llamamiento a todos aquellos que quieran también colaborar en su divulgación y en la puesta en marcha de medidas que logren paralizar la utilización de estas técnicas. Fruto de ello, el pasado 26 de noviembre se celebró en la localidad de Trespaderne la 1ª ASAMBLEA CONTRA LA FRACTURA HIDRÁULICA y en la que se pusieron las bases de un movimiento que intente sensibilizar a los ayuntamientos afectados y sus vecinos, así como a la opinión pública en general, sobre la amenaza que se cierne sobre nuestro medio rural y natural.
Para continuar avanzando en este movimiento sensibilizador, durante este mes de diciembre se convoca la 2ª ASAMBLEA CONTRA LA FRACTURA HIDRÁULICA a celebrar el domingo 18 de diciembre (11:00h) en la antiguas escuelas del mismo pueblo de Trespaderne, con el fin de lograr la involucración en ella del mayor número de personas en pro de salvar nuestros pueblos y campos de esta muestra más del codicioso afán sin límites del ser humano.
Desde Burgosdijital nos sumamos a esta iniciativa y convocatoria, con el convencimiento de que aquí todos debemos sentirnos amenazados y de que ahora todos debemos de sumar esfuerzos para lograr evitarlo.
Para más información puedes sonsultar: http://fracturahidraulicano.wordpress.com/
muy bien explicado, buen artículo y sencillo de comprender , gracias.
ResponderEliminarMuy Bueno
ResponderEliminarQue alguien me cuente en que conclusiones terminó el encuentro de Trespaderne.
ResponderEliminarquerido autor, qué gran profesor se está perdiendo el sistema, que gran investigador....., tomas cualquier tema y te haces experto en cuestión de días. Me quito el cráneo, que diría Max Estrella.
ResponderEliminarGracias amigo.
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