Diagrama de conexión entre nodos p2p |
Las descargas directas irán pasando a la rápida historia de internet, historia que creamos cada día internautas, empresas y gobiernos (aunque no queramos). El intento de control sobre la red es cada día más asfixiante. Los intentos de filtrado de los bits de datos que recorren la red, la discriminación de datos según su procedencia o destino seguirán siendo caballa de batalla, hasta que nuestros legisladores establezcan la neutralidad de la red como norma, al estilo de Chile y Holanda. Mientras tanto la lucha continúa, en diferentes lares, y siempre buscando la naturaleza de la red de redes: La expansión.
La mejor manera de autodefensa frente a los gigantes de internet y sus intentos de control, de poner puertas al campo como muchos analistas escriben, es redistribuirnos.
Las descargas directas se basan en un servidor madre que almacena los datos a descargar, enlazando dichos archivos en diferentes páginas para su descarga. Es decir: podíamos descargar el primer capítulo de Verano Azul en Megaupload y el segundo en series Yonkis y ambos estar alojados en el mismo servidor madre, situado en cualquier parte del mundo con una legislación permisiva con la propiedad intelectual, siendo vulnerables a un corte de raíz como hemos podido comprobar con el cyberlocker Megaupload. Este sistema de disponibilidad y acceso a datos centralizado es muy vulnerable y genera grandes costes, amortizados con publicidad o con la venta de datos sobre usos y costumbres de nuestra navegación web. El mayor ejemplo de esto es la minería de datos que Facebook vende a las empresas publicitarias para construir sus patrones y vendernos mejor cualquier cosa o servicio que necesitemos o no.
La redistribución de datos en miles de ordenadores es posible gracias a la tecnología P2P. Desde la actualización de una aplicación en nuestro ordenador, hasta buscadores web basados en los resultados de búsquedas del restos de usuarios, incluso el trabajo colaborativo en la nube. La arquitectura p2p rentabiliza y mejora el ancho de banda.
Elucubrando sobre la filosofía y ética de la tecnología podemos encontrar paralelismos con situaciones que, como sigan así las cosas, se darán en la sociedad del siglo XXI. La propiedad de objetos tangibles e intangibles, no es exclusiva ni privada, sino de varias personas y compartida de igual a igual sin ánimo de lucro, haciendo uso de nuestro derecho a compartir.
Las redes p2p y su arquitectura serán necesarias para sacar el máximo partido a unas redes cada vez más colapsadas por la multitud de servicios que demandamos de la red. Su utilización y correcto manejo debería ser enseñado en las escuelas e institutos, por su lógica y razón de ser, más allá de su utilización para compartir música y películas con copyright.
¡Alimenta un cerebro colectivo y redistribuido de igual a igual! Usar p2p, no es de piratas.
Guía para novatos.
Las descargas directas se basan en un servidor madre que almacena los datos a descargar, enlazando dichos archivos en diferentes páginas para su descarga. Es decir: podíamos descargar el primer capítulo de Verano Azul en Megaupload y el segundo en series Yonkis y ambos estar alojados en el mismo servidor madre, situado en cualquier parte del mundo con una legislación permisiva con la propiedad intelectual, siendo vulnerables a un corte de raíz como hemos podido comprobar con el cyberlocker Megaupload. Este sistema de disponibilidad y acceso a datos centralizado es muy vulnerable y genera grandes costes, amortizados con publicidad o con la venta de datos sobre usos y costumbres de nuestra navegación web. El mayor ejemplo de esto es la minería de datos que Facebook vende a las empresas publicitarias para construir sus patrones y vendernos mejor cualquier cosa o servicio que necesitemos o no.
La redistribución de datos en miles de ordenadores es posible gracias a la tecnología P2P. Desde la actualización de una aplicación en nuestro ordenador, hasta buscadores web basados en los resultados de búsquedas del restos de usuarios, incluso el trabajo colaborativo en la nube. La arquitectura p2p rentabiliza y mejora el ancho de banda.
Elucubrando sobre la filosofía y ética de la tecnología podemos encontrar paralelismos con situaciones que, como sigan así las cosas, se darán en la sociedad del siglo XXI. La propiedad de objetos tangibles e intangibles, no es exclusiva ni privada, sino de varias personas y compartida de igual a igual sin ánimo de lucro, haciendo uso de nuestro derecho a compartir.
Las redes p2p y su arquitectura serán necesarias para sacar el máximo partido a unas redes cada vez más colapsadas por la multitud de servicios que demandamos de la red. Su utilización y correcto manejo debería ser enseñado en las escuelas e institutos, por su lógica y razón de ser, más allá de su utilización para compartir música y películas con copyright.
¡Alimenta un cerebro colectivo y redistribuido de igual a igual! Usar p2p, no es de piratas.
Guía para novatos.
se están cargando la libertad en la red, no al cierre de páginas....
ResponderEliminar