De los fructíferos
mentideros de la Casa Consistorial de Burgos, oímos, a los que escuchamos con
atención, ya que en las salas de reuniones de la misma no existen cámaras como
se pretenden instalar en algunas calles de la ciudad para desincentivar ciertos
delitos, que en una reunión para abordar ciertos temas de urbanismo, siempre
delicados....tachán, tachán, se pone interesante, agucemos el oído... En
definitiva que en una fecha indeterminada se reunieron Javier Lacalle, a la
sazón alcalde de la ciudad, el concejal de urbanismo, y algunos técnicos de
alto rango, además asistieron, entre otras personas: Miguel Méndez Ordóñez, el
sucesor. Lamentamos no poder contarles
el contenido de la reunión, ni las decisiones acordadas, seguro que la noticia
hubiera sido más jugosa que cualquier noticia/cortina de humo que reflejan los
medios de comunicación del Grupo Promecal. Hemos de reconocer que la
información y falta de transparencia en nuestra ciudad es crítica, los que pueden
contar no lo quieren hacer y otros no podemos llegar a los “sanedrines” donde
se condiciona nuestro presente y futuro. De todos modos sí quería resaltar algo
de esta reunión -seguramente no muy distinta a otras- que el narrador y
asistente a la misma destacaba con un puntito de asombro y algo de
vergüenza. Éste afirmaba con rubor que
quien dirigía la reunión no era otro que Miguel Méndez Ordóñez, a quien no hace
falta presentar en esta ciudad. Desde que este señor, aprendiz de su padre en
cómo llevarse al bolsillo a cualquier político de escasa integridad, invitó al
entonces concejal de urbanismo y actual alcalde a pasar unos días de marzo de
2006, completamente pagados en la Costa Azul francesa, que no sólo reconoció
públicamente, si no que amenazó con repetir, parece que muestra un vínculo
especial con nuestro primer munícipe.
Pues bien el relator de este
encuentro entre amiguetes tan bien avenidos, asistía incrédulo a una reunión en
la Casa Consistorial, en la que se definían temas de urbanismo, en la que el
que dirigía la reunión, y cerraba los temas, no era, ni mucho menos el señor
Alcalde, como se podría presuponer, si no que era el Hijísimo Sucesor: a la sazón el Señor Miguel
Méndez Pozo.
¡Cómo nos gustaría que el Diario de
Burgos relatara estas reuniones y nos las explicara minuciosamente, y bien que
podría!
El “otro”
Martinillos
La forma de acabar con estas corruptelas es que a estas reuniones pueda asistir cualquier ciudadano que quiera enterarse de lo que se trama allí con el dinero público, pero resulta que son expresamente privadas porque tal cual lo dice la ley. Mientras sigamos queriendo cambiar las cosas sin saber lo que hay que cambiar, todo seguirá como está.
ResponderEliminarHablarían de cómo robar al ciudadano sin que se entere...o enterandose...porque ultimamente da igual.
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