Decía Naomi
Klein, que por el momento la estrategia del “shock”, del capitalismo del
desastre que trata de paralizar a la población mediante la implantación de
acciones, medidas o políticas encaminadas a una gestión de la supervivencia en
condiciones límite que permite a su vez modificar brutalmente las reglas de
juego a favor de los tiburones que dominan las élites político-financieras,
está logrando sus objetivos. Ponía ejemplos, ahora le toca a Europa, pero sobre
todo a Europa del Sur, España. También
pronostica la intelectual y activista norteamericana que esta estrategia tiene
caducidad, y que tras el noqueo inicial, la población pierde el temor ante la
narrativa del “miedo” y de la “crisis”.
Un
ejemplo de esto podemos estar viviéndolo en España, también en Burgos, donde la
gente corriente, las personas de la calle, los ciudadanos, comienzan a
interpelar a sus dirigentes, a los que se supone que saben, empiezan a tomar
las plazas y las calles cuestionando y rechazando lo que parece la única vía
posible para los “listos” que acumulan un par de MBA y todos los loritos
locales que repiten sus recetas sin comprenderlas tan siquiera.
Un
claro ejemplo lo vivimos en Burgos el martes por la tarde, en la que
trabajadores del sector de los servicios sociales, afectados, ciudadanos en
general, se dieron cita en el simbólico Pº de Atapuerca para gritar fuerte, con
sus camisetas maranjas: ¡NO TE CALLES! ¡NO A LOS RECORTES SOCIALES!
Los derechos no son privilegios, son garantías de una sociedad habitable…
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