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domingo, 20 de enero de 2013

Réquiem por el comercio de Burgos

Liquidación total
Foto: http://www.eldiario.es
Este año centenares de comerciantes echarán el cierre en nuestra ciudad.  Se añadirán al más del millar que  han tenido que decir basta, en el primer lustro de crisis. Comercios con solera, y que a base de nutrirse de la clientela de la competencia quebrada y de despedir trabajadoras y trabajadores habían sobrevivido no podrán aguantar más. 


El pequeño comerciante, con marcada tendencia conservadora y que poseía una relevancia significativa en las pequeñas capitales de provincia como la nuestra, se dirige con paso firme hacia su extinción o al menos hacia la irrelevancia política y social.  Si la tendencia no cambia, en unas décadas sólo quedarán unas pocas calles comerciales que serán tomadas como museos al aire libre para que las nuevas generaciones sepan que hubo un tiempo en que la gente no iba a comprar al centro comercial. 

Los errores se pagan caros y pocos colectivos han apoyado con tanto ahínco políticas suicidas.  El error no es, sin embargo, el apoyo, tácito o expreso a unas políticas determinadas, sino identitario.  El gran anhelo de esta gente de orden ha sido el distanciarse de la plebe proletaria, ser el santo y seña de la clase media que nació en el tardofranquismo y que eclosionó en la pseudo-democracia.  Esta situación ha llevado en numerosas ocasiones al pequeño comerciante a articular discursos similares a los de la gran empresa, de cuyos objetivos e intereses se halla sin embargo tan lejano.   Ha vivido el espejismo de pertenecer a la casta empresarial, defendiendo la precarización progresiva de las condiciones de los trabajadores, y la eliminación de lo público.

La mercería de la esquina o la frutera del mercado han defendido en lo esencial la misma política que una multinacional como Renault, Inditex o Carrefour.  No han caído o querido caer en la cuenta de que en el pequeño comercio, en muchas ocasiones, la fuerza laboral coincide con la clientela.  El espejismo les ha hecho apoyar unas reformas laborales que parecían beneficiarles en el cortísimo plazo sin darse cuenta de que estaban bombardeando a su clientela, que al contrario de las grandes empresas exportadoras, es la única que pueden tener.  En definitiva han cometido el grandísimo error de creer que su suerte estaba mucho más cerca del Ibex-35 que del trabajador al que acababan de despedir.

En este año 2013 con las fuerzas más magras, en recesión, con más de 30.000 parados en la ciudad y con una reducción generalizada de salarios el futuro del pequeño comercio es muy negro.  Cabe preguntarse si el colectivo tiene capacidad intelectual y táctica para defender sus intereses.  Hasta ahora, las organizaciones que dicen representarlo, CEOE, FAE y PP parecen estar siendo muy competentes a la hora desarrollar políticas que de hecho lo están aniquilando. 


Carolina R. Tenaz

2 comentarios:

  1. El comercio minorista en Burgos no está apoyado de ninguna manera y terminará por ir cerrando como ya lo estamos viendo,solo el sector de hostelería sale adelante,pero no todo es comer tapas y beber vino ribera.

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  2. Cafetería Garbo cerrada, Rte.Rincón del Cid cerrado y corren voces de que se avecina el próximo cierre del Mesón La Cueva. Ya veremos si el sector hostelero aguanta este año de nueva crisis.

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