Por Carolina R. Tenaz
Manifestación frente al edificio de PROMECAL. |
Raúl
Briongos se ha cargado el trabajo de un lustro en una semana. En los últimos años, Diario de Burgos se
había caracterizado por moderar ese tufillo a tardofranquismo y
nacionalcatolicismo rancio. Había dejado de ser la hoja parroquial para
subirse al carro de la patronal rampante.
Aromas de neoliberalismo se conjugaban sin desentonar con plumas de progresía en las macilentas hojas del periódico. También encontraron hueco bajo el ala de
Briongos pesoístas ilustres de la carrera de la edad cansados. DB era un periódico más centrado que el
Correo, que no pasa de ser un sucedáneo diario de la revista Plaza Mayor.
Diario de Burgos incluso sacó a relucir un par de escándalos como los de
la cafetería Espolón, o el de Eduardo Villanueva. Al principio de la legislatura y ante la
inoperancia de la oposición se lo podía permitir, de esa forma, además de
enviar avisos y marcar el paso a Lacalle el
breve, se presumía de independencia periodística.
Todo
eso se vino abajo con la revuelta vecinal de Gamonal. Briongos y el diario que dirige volvió a mostrar
tics de otras épocas y alineó el discurso del periódico con la ultraderecha y la caverna
mediática. El editorial de los primeros días lo podría haber
firmado Intereconomía, la Gaceta o la Sinrazón de Marhuenda. De las páginas de Diario de Burgos volvió a
emerger un desprecio de clase atávico.
El mismo que profesaba el arzobispo Pérez de Castro quien no quería que
se implantaran industrias en la ciudad para que Burgos no se infectara de obreros que atraían el
marxismo y la prostitución. El que se
intuye en el día a día en las caricaturas malintencionadas que se hacen de los vecinos de
Gamonal.
En
efecto, como el propio Diario afirmó, el
bulevar fue un pretexto. Pero lo fue
tanto para el barrio que se oponía, como para la plutocracia burgalesa que lo
apoyaba. ¡Claro! Todo es un
pretexto. La única forma de entender toda la absurda política
del ayuntamiento en la última década es si la entendemos como pretexto de algo. Sólo así se pueden entender la cantidad de
obras estúpidas que no valen para nada, desde el aeropuerto hasta el paseo de
la Isla, pasando por el plan
catedral. El objetivo de la gestación y
realización estás obras era repetir y así afianzar ritos de poder que se justifican en sí
mismos. Era el ejercicio del poder para
mostrar que puede. Lo que se decidía en
el Bulevar no era saber si los vecinos querían o no la enésima obra, sino si
los aquelarres vecinales, como les
denominó el otro diario de la ciudad, son sujetos políticos, o son objetos
pasivos, si son actores o espectadores de las políticas
de la ciudad.
Al director
de Diario de Burgos o le entró el pánico o no fue consciente de lo que tenía
frente a las narices, y tomó una decisión que posiblemente le pesará durante
años: la de cerrar filas con el equipo
municipal más incompetente de la historia.
Su torpeza, no le pesará por haber criminalizado a los vecinos del
barrio más grande de Burgos, ni por haber sugerido de forma infame sus
relaciones con el mundo abertzale de otras épocas. El error del que posiblemente ya se esté
arrepintiendo es el de haber dejado demasiado expuesto a su jefe, Méndez Pozo.
La torpeza de Briongos al alinear tan claramente Diario de Burgos con la
obra querida de Lacalle e Ibáñez ha promovido un juicio mediático que ha dejado
maltrecha la imagen y la reputación del dueño del mismo. En una obra en la que la familia no tenía muchos intereses, Raúl Briongos ha conseguido dilapidar
la falsa imagen de empresario-filántropo para convertirla de nuevo en la del empresario-cacique de la ciudad. Bravo.
Esperaba mas de un diario critico...ver en el escandalo de Villanueva, independencia periodistica y no una clara advertencia a Lacalle, un primer aviso de quien es el jefe, y un segundo aviso cuando "echo" a Braceras con la clarisima advertencia de u obedeces o vais detras Ibañez, compañero de parrandas (y paradas en carretera) de braceras y el mismisimo alcalde...a raiz de eso no queda mas que obedecer...aunque se monte la "de gamonal" y te llame el mismisimo Marrano o te deje plantado y sin policias el delegado de gobierno.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el comentario anterior. La campaña de DB contra Villanueva y Braceras fue un aviso del cacique para dejar claro quien manda en Burgos, probablemente para obtener alguna obra a cambio.
ResponderEliminarBUENÍSIMO artículo....
ResponderEliminarQue cierre ya, o que cambien de nombre como le pasó a Unió mayorquina, ese burdo boletín ha dejado de ser útil para envolver el pescado, huele demasiado a Méndez pata negra. (o mano negra)
ResponderEliminarMuy bueno lo de definir a El Correo como el sucedáneo del Plaza Mayor.
ResponderEliminarAhora te falta seguir con un análisis de las emisoras de radio, para cerrar el círculo de los medios subvecionados y dóciles de Burgos, y las relaciones que hay entre ellos.
ResponderEliminarExcelente y clarificador para quienes no vivimos en Burgos, o sea para los que creemos que lo sucedido en Gamonal no es un hecho aislado y marginal. Todo tiene su porqué y sus medios para llevarlo a cabo. En este caso, como en muchos otros en todo el país, los caciques locales quedan retratados a las primeras de cambio. ¿Veis como no es tan difícil cambiar la situación?
ResponderEliminarLo más clarificador del artículo son estas dos palabras: “la” “familia”
ResponderEliminarYo .no comprare en mi vida un periodico de este señor que se lo coma todo para el
ResponderEliminarAunque la mona se vista de seda.........En algunos momentos intestaron ser mas neutrales, pero son quien son piensan como piensan y lo expresan como lo sienten y eso no se cambia.
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