Últimamente las noticias energéticas giran en torno a EEUU y sus
explotaciones de petróleo y gas no convencional por medio de técnicas de
fractura hidráulica (“fracking”). La Agencia Internacional de la
Energía declaraba hace poco que “hacia 2019, EEUU será el máximo
productor de petróleo del planeta”, que “para 2015 habrá alcanzado la
independencia energética” y que “ello disminuirá su interés estratégico
en Oriente Medio y podrá ayudar a la Unión Europea a depender menos de
Moscú”. Pero si uno mira los datos en los que se basan estos optimistas
titulares se da cuenta de hasta qué punto tenemos un problema.
Por
ejemplo, la figura muestra la producción histórica de petróleo y gas
natural de EEUU desde 1980 y las previsiones hasta 2035, tanto
convencional como no convencional. Se puede ver que en torno a 2010 se
prevé un aumento rápido de la producción, pero también que ésta se
estanca en torno a 2020 (es decir, pasado mañana) y ni el petróleo ni el
gas natural llegan a alcanzar el nivel de consumo de 2011 que, para el
petróleo fue de 20 millones de barriles diarios y para el conjunto del
gas y el petróleo 32 millones de barriles de petróleo equivalente al
día.
Es decir, la propia Agencia que lanza los optimistas
titulares sobre la “independencia energética estadounidense”, da unos
datos que apenas retrasan el declive unos pocos años y sólo representan
un pequeño alivio. Además, como denunciaba Antonio Turiel en su blog
hace unas semanas
(http://crashoil.blogspot.com.es/2012/11/world-energy-outlook-2012-haciendo-de.html),
cuando la AIE habla de la autosuficiencia energética de EEUU, está
asumiendo algo bastante irrealista: que el consumo va a empezar a
disminuir drásticamente por aumentos enormes de la eficiencia
energética que nunca se han observado históricamente.
Figura: Producción de petróleo y gas en EEUU histórica y estimada. Fuente: World Energy Outlook 2012, Presentación a la Prensa. Londres 12 de noviembre de 2012.
Los
hidrocarburos no convencionales son muy contaminantes y eso hace que en
muchos casos no merezca la pena extraerlos, pero la peor contaminación
de la fractura hidráulica no es la ambiental, sino la mental. El
“fracking” llena nuestras mentes de expectativas a muy corto plazo
que no nos dejan ver lo importante. Porque si usamos un poco el
sentido común vemos con claridad lo obvio: hemos basado nuestra sociedad
en un consumo energético muy elevado que procede en un 80% de
combustibles agotables y hay claros signos de que este modelo se acaba.
Se están extrayendo combustibles fósiles de muy baja calidad con
secuelas ambientales graves que no se explotarían si no hubiera escasez,
se está investigando en nuevas tecnologías pero muy pocas terminan de
despegar y ya empezamos a observar el estancamiento del petróleo sin
que hayamos empezado todavía la sustitución tecnológica, cuando este
tipo de cambios requieren décadas. El “fracking” puede servirnos como un
parche durante menos de una década, pero cuando se acabe nos
encontraremos con el mismo problema de escasez energética y habremos
desaprovechado unos preciosos años que nos podrían haber servido para
realizar la transición, y, a mayores, tendremos que paliar la
contaminación que la fractura hidráulica habrá dejado en ríos y tierras.
Si tuviéramos un mínimo de sentido común también veríamos
claramente lo más importante: tenemos que empezar a ahorrar. No podemos
seguir consumiendo energía como hemos hecho hasta ahora, sin prestar la
más mínima atención al ahorro y esperando a ver si se descubre “algo”
que nos permita seguir con nuestro modo de vida. Deberíamos estar
preparándonos ya para un futuro de descenso energético: aislando
nuestras viviendas para poder calentarlas con muy poca calefacción,
invirtiendo en transporte público y energías renovables, habilitando
nuestras ciudades para las bicicletas, construyendo ferrocarriles de
mercancías, formando a los agricultores para que utilicen técnicas que
no dependan tanto del petróleo, etc.
Nuestro titular era una
frase un poco simplona que sólo quería llamar la atención, pero, si lo
pensamos bien, contiene más verdades de las que parece. Está basada en
datos bien conocidos como el hecho de que la mejora del aislamiento en
las viviendas y la instalación de paneles solares permiten un ahorro
energético de más de un 50%, también es obvio que gran parte de los
desplazamientos en las ciudades pueden realizarse en bicicleta o
transporte público sin que ello represente una disminución en la calidad
de vida de sus habitantes y es habitual que la agricultura ecológica
requiera en torno a un 30% menos de consumo de energía para
producciones similares.
Si España consiguiera ahorrar por medio
de medidas de este estilo un 25% del petróleo que importa, ahorraríamos
18.300 millones de euros al año, dinero que las familias españolas
podrían invertir en otros consumos que, sin duda, reactivarían la
economía y crearían puestos de trabajo y que, a diferencia de los que
promete la industria de los hidrocarburos, no se destruirían a los pocos
años. Si los 18.300 millones de euros se empleasen directamente en
pagar salarios modestos tendríamos esa cifra que hemos utilizado de 1
millón de puestos de trabajo. Son cálculos muy burdos, pero se pueden
encontrar informes más serios como los de GTR (1), WHO (2), CCOO (3) y
Programa Emplea Verde (4,5,), que también hablan de cientos de miles
de puestos de trabajo* asociados a la rehabilitación de edificios y el
transporte sostenible. Aún así, este simple cálculo nos sirve
para hacernos una idea de lo que puede suponer el ahorro para la
economía de este país que destina el 4,5% de su PIB a comprar petróleo.
Vivimos en un tiempo de burbujas pero ya deberíamos estar
aprendiendo a distinguir las burbujas de las opciones sólidas. Todavía
tenemos tiempo de realizar la transición hacia una sociedad ahorradora,
basada en energías renovables y con una buena calidad de vida, pero
si perdemos el tiempo escuchando los cantos de sirena de quienes nos
hablan de “inventos” para continuar con el modelo actual sin
preocuparnos, perderemos también la capacidad para realizar una
transición sensata y ordenada. Si no actuamos ya decididamente ante la
crisis energética, quizá cuando queramos rehabilitar nuestra casa,
invertir en ferrocarriles o usar la agricultura ecológica no podamos
hacerlo porque nos veamos envueltos en una situación de pobreza, guerras
por los recursos y destrucción del medio ambiente. A ver si
recuperamos el sentido común de una vez por todas, empezamos a pensar
en el medio y largo plazo y aceptamos lo obvio: una sociedad basada en
el consumismo no puede durar mucho tiempo en un planeta limitado.
Marga Mediavilla, 29 de abril de 2013
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(*)
En el informe de Aciep y Deloitte sólo el 14% de los empleos estimados
eran directos (35.000). GTR habla de 150.000 nuevos empleos directos
estables con a la rehabilitación de viviendas y el Programa Emplea Verde
2007-2013 estima 105.000 empleos directos en la rehabilitación de
viviendas y 115.000 nuevos empleos en el transporte sostenible.
[1]
INFORME GTR 2014, ESTRATEGIA PARA LA REHABILITACIÓN, Claves para
transformar el sector de la edificación en España. Coautores: Albert
Cuchí, Universidad Politécnica de Cataluña, Peter Sweatman, Climate
Strategy. Una inicativa de GTR (Grupo de Trabajo sobre Rehabilitación)
http://www.gbce.es/archivos/ckfinderfiles/GTR/Informe%20GTR%202014.pdf
[2]
Unlocking new opportunities Jobs in green and healthy transport, 2014.
World Health Organization, regional office for Europe. Autores: Ian
Skinner, Dawei Wu, Christian Schweizer,Francesca Racioppi, Rie Tsutsumi.
http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0003/247188/Unlocking-new-opportunities-jobs-in-green-and-health-transport-Eng.pdf
[3] TREN 2020. Propuesta ferroviaria para una nueva
realidad. CCOO, Greenpeace, WWF, PTP. Dirección: Manel Ferri i Tomàs
(CCOO), Sara Pizzinato y Julio Barea (Greenpeace), y Georgios
Tragopoulos (WWF). Autoría: Ricard Riol Jurado y Xavier Lujan Calvo, PTP
- Asociación para la
Promoción del Transporte Público. http://www.ccoo.es/comunes/recursos/1/1645230-Informe_completo.pdf
[4]
Estudio sobre la generación de empleo en la rehabilitación y
modernización energética de edificios y viviendas. Programa Emplea Verde
2007-2013. Fundación Biodiversidad. Enero 2011. Director: Mathieu
Dalle. Autores/as:Guillermo Arregui Portillo, Luis Buendía García, Bruno
Estrada López, Ana Marco Marco,Bibiana Medialdea García, Milena
Medialdea Medialdea García, Elena Méndez Bértolo.Asesores: Manuel Garí
Ramos, Silvina Rabach. http://www.fundacion-biodiversidad.es/images/stories/recursos/empleaverde/2011/biblioteca/estudios/rehabilitacion_viviendas.pdf
[5] Estudio sobre la generación de empleo en el
transporte colectivo en el marco de una apuesta por una movilidad
sostenible. Programa Emplea Verde 2007-2013. Fundación Biodiversidad,
enero 2011. Director: Manel Ferri. Autores:Luis Cuena; Bruno Estrada;
Neus Fradera; Enric Homedes; Bibiana Medialdea; Elena Méndez; Pau Noy;
Albert Vilallonga. http://www.fundacion-biodiversidad.es/images/stories/recursos/empleaverde/2011/biblioteca/estudios/transporte_colectivo.pdf
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