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lunes, 22 de septiembre de 2014

22 de septiembre: "Día sin coches", otra movilidad es posible.

Por Ecologistas en Acción

Este lunes 22 de septiembre se celebra el “Día sin coches”, que supone el punto final a la Semana de la Movilidad. Desde Ecologistas en Acción denunciamos que no ha habido -ni hay el resto del año-, campañas de sensibilización, ni políticas de movilidad adecuadas. 
La Semana de la Movilidad concluye con una escasa implicación del Ayuntamiento y poca voluntad
epara un cambio real en el reparto modal de los desplazamientos en la ciudad.


La convocatoria europea pretende servir para cambiar y concienciar sobre la necesidad de cambiar las pautas de movilidad urbana; con el objetivo de cambiar el modelo de ciudad actual por uno más sostenible, reclamando métodos de transporte sostenible y de bajo impacto. En concreto, el Día sin coches pretende que podamos disfrutar de la calle sin automóviles; para poder ser conscientes del espacio que ocupan en la ciudad, el ruido que generan, el riesgo de sufrir un accidente, y animar a la ciudadanía a utilizar otros medios de transporte en sus desplazamientos cotidianos, que son mejor opción para la salud, el medio ambiente y, también, para la economía, ya que se gastarían menos recursos energéticos disponibles. 
 
En Burgos, el Día sin coches no será una realidad porque los y las responsables municipales han decidido no cerrar al tráfico ningún área en Burgos. Es evidente que la celebración durante esta semana, debe centrarse en actos de sensibilización y que las políticas de movilidad deben estar en el cotidiano. Sin embargo, como queda patente, el Ayuntamiento de Burgos no tiene en su agenda ninguna de las dos prioridades. 
 
Durante la Semana de la Movilidad las actividades que ha presentado son difusas y meramente decorativas. La principal de ellas: la promoción de buenas prácticas en la conducción de turismos; una clara muestra de que para las y los responsables municipales en esta materia, la movilidad está centrada casi exclusivamente en el transporte privado en automóvil, descartando medios mucho más sostenibles y dignos de ser promocionados y apoyados por las medidas municipales en materia de movilidad. La movilidad sostenible y accesible debe ser una de las prioridades municipales y son muchas las medidas deben ser implementadas para favorecer el cambio. En general, las políticas adoptadas en materia de transporte y movilidad desde ayuntamiento de Burgos no disuaden del uso del automóvil, ni facilitan el uso del transporte público y de los modos no motorizados, como la bicicleta. Más al contrario, si analizamos las actuaciones que relacionadas con este tema se han llevado a cabo en los últimos meses desde el gobierno municipal, nos encontramos que el transporte en coche y la construcción de la ciudad, pensada por y para el automóvil – y los beneficios que hay tras este modelo-, es la pauta que se ha seguido.
 
Cuanto más se promocione y utilice el coche, mayor interferencia negativa habrá sobre otros medios de transporte. En calzadas con coches circulando a elevada velocidad, es más difícil que ciclistas se animen a circular por ellas. Las personas que transiten por las aceras también se ven afectadas por este modelo, no solo por la polución y los accidentes, sino porque un uso excesivo del automóvil transmite el ritmo que debe seguir toda la ciudad, haciendo que tengamos que movernos por la ciudad de la forma más cómoda para los automóviles y no para el conjunto de la población.

Otra influencia negativa es la que se establece sobre el transporte publico, que es entre 10 y 30 veces más seguro que el coche, sin embargo, no se promociona adecuadamente. Es un paso necesario que se mejoren una serie de aspectos en el parqué de autobuses y en sus recorridos y líneas, de forma que respondan a los intereses de la población. En el manual de la organización del evento europeo se citan una serie de propuestas en esta materia, que deberían ser valoradas y puestas en práctica: instalación de paradas cerca de los centros de trabajo, garantía de acceso a las personas con movilidad reducida, medidas que permitan combinar el uso de autobuses y bicicleta.
 
Mientras se priorice el transporte en coche y el transporte publico no responda a las necesidades de la población no podrá ser una alternativa económicamente viable. Pero hay que señalar, que no es porque el transporte publico sea una alternativa de por si poco rentable económicamente sino que su diseño y gestión en Burgos lo hacen así. Rutas mal diseñadas; horarios reducidos y que no se responden a las necesidades de los y las posibles usuarios y usuarias; y mal estado del parque de autobuses urbanos, son algunas de los factores que influyen. 
 
Desde el punto de vista de la participación pública, el Ayuntamiento tampoco ha sabido estar a la altura. La Oficina de la Movilidad, herramienta que podría haber sido de gran utilidad e interés, no cuenta con recursos para poder desarrollar la tarea. Tampoco se dinamizan otras herramientas como la Mesa de la Movilidad, ni se lleva a cabo un seguimiento que permitan aplicar propuestas de mejora continua, campañas de sensibilización, seguimiento de la movilidad en la ciudad, actividades formativas.

Por ultimo, señalar que desde una perspectiva estatal, el panorama no es mucho mejor. El Gobierno ha decidido destinar todos los fondos reservados para incentivar la elaboración de planes de movilidad urbana sostenible en municipios (PMUS), al plan PIVE, para el fomento de la compra de automóviles. Una clara declaración de intenciones.

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