Por Burgos Dijital
Tenían entre 18 y 29 años, unas niñas y poco más, fueron fusiladas al salir el sol contra la tapia del cementerio madrileño de la Almudena, un 5 de agosto de 1939.
Trece mujeres, trece rosas, rojas.
Fusiladas por ser militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y por defender los valores y la legalidad republicana después de la guerra civil española.
Detenidas las trece mujeres por "rebeldes" las llevaron a las dependencias policiales donde se las pegó, maltrató y torturó para que hablaran y delataran a otros miembros de las JSU.
Posteriormente fueron encarceladas en la cárcel de Ventas.
Durante varios meses sufrieron torturas, hacinamiento, malas condiciones higiénicas y sanitarias, hasta que la madrugada del 5 de agosto fueron terriblemente asesinadas a balazos a 500 metros de la prisión.
Algunas mujeres presas se levantaron aquella madrugada de sus camastros para despedirlas a través de las rejas, y han recordado toda la vida, sus nombres, sus gritos y llantos, y el sonido de las balas impactando en los cuerpos de las "trece rosas,... rojas", como ellas querían que se las recordara.
Habéis borrado la marca de agua del autor de la foto, debería daros vergüenza.
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