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domingo, 25 de octubre de 2015

Elecciones en Portugal: Avanza la izquierda

Por Acacio Puig

Los resultados de las elecciones legislativas de octubre nos llenan de satisfacción. Con un 10.2% y casi 550.000 votos, el Bloco de Esquerda se convierte en la tercera fuerza política del país logrando 19 diputados.  Se ha escrito que es el mejor resultado de su historia, más bien es el comienzo de su nueva historia y el premio rojo a su paciente perseverancia anticapitalista.

El origen del Bloco se sitúa en 1998  como resultado  de la fusión de las organizaciones UDP (Unión Democrático Popular) y del PSR (Partido Socialista Revolucionario) junto a un puñado de militantes disidentes del Partido Comunista Portugués. 
Ahí empezó un auténtico mestizaje de culturas políticas distintas pero unidas por lo esencial: la urgencia de dar respuestas concretas a problemas populares concretos. Algo antiguo pero siempre nuevo. 
Quizá  el Bloco constituye la más rica experiencia  viva de la nueva izquierda europea  surgida en la década de los 60.
Al año siguiente el Bloco de Esquerda (BE) se presentó por vez primera a elecciones generales. Con poco más de 130.000 votos logró sus primeros dos diputados por Lisboa, para pasar a tres en 2002, a ocho en 2005, a dieciséis en 2009 y en 2011 perdiendo  el apoyo de parte de su electorado, a ocho diputados.

El relanzamiento que supuso el congreso del BE en 2012, su progresiva implantación y su protagonismo en el impulso de las movilizaciones sociales contra La Troika (“¡que se joda la troika!”) han permitido al BE los 19 diputados actuales -seis de los cuales son mujeres- y su presencia en  casi todos los lugares decisivos del país y en Madeira. Felicidades pues a su nueva coordinación política, a Catarina y a Joao.

La derecha (PSD coaligada con CDS-PP) perdió la mayoría absoluta al contabilizar 800.000 apoyos  menos y quedar en 107 parlamentarios, el PS a pesar del lastre de  su ex primer ministro Sócrates y sus escándalos por corrupción y cárcel, recupera posiciones logrando 86 escaños y ganando  más de 200.000 electores.

 Los compañeros comunistas del PCP coaligados con Verdes, consiguen un estupendo porcentaje y 17 diputados. La abstención ha sido la habitual en un país duramente castigado por la pobreza y con 500.000 emigrantes con dificultades de voto desde el extranjero.

El día después
A pesar de la victoria electoral de la derecha con sus 107 diputados,  la suma  de PS (86)
Bloco (19) y PCP (17) les procuraría una holgada mayoría absoluta en la cámara, de modo que los encuentros políticos se pusieron inmediatamente en marcha, con escasos resultados inicialmente pero promoviendo un amplio debate social entre el pueblo de izquierdas 
En ese debate la iniciativa partió de la izquierda real (BE y PCP) mientras el PS se mantenía pusilánime entre la sumisión a Bruselas y las diatribas mediáticas que le azuzaban contra  cualquier acuerdo con los diablos rojos, los “marxistas” del Bloco y los “marxista-leninistas” del PCP. 
    
No extraña la prudencia socialista y sus tribulaciones ante un debate social que le emplaza a gobernar y combatir la austeridad como prometió. Su actual liderazgo (Costa) está comprometido ante un posible nuevo congreso extraordinario y la proximidad de elecciones presidenciales el próximo año, mientras sus bases presionan para que gire a la izquierda…o ellas mismas pueden abandonarle. 
Finalmente el 21 de octubre los medios anunciaban el acuerdo de Gobierno presidido por Costa y apoyado por el BE y el PCP. Un tripartito que el socialista Costa presentó como alternativa al Presidente de la República, Anibal Cavaco, frente a la derecha.


En cuanto al Bloco, ya adelantó en las primeras negociaciones con el PS medidas de urgencia tendentes a descongelar las pensiones, ampliar la cuota empresarial a la seguridad social y contra las trampas inherentes a la política llamada de “conciliación” de despidos. Todo ello muy fácilmente entendible por los sectores más desfavorecidos y en un contexto de negativa a Bruselas y su exigencia de un déficit inferior al 3%.
En esos aspectos básicos (medidas de urgencia) la coincidencia  del Bloco con el Partido Comunista es importante.

La Deuda no se olvida por el BE, aunque no haya formado parte de esas primeras propuestas de mínimos al PS y el PCP. 
Recordemos que en el congreso de 2012, el Bloco definió lineamientos esenciales como la anulación de la deuda ilegítima y la renegociación del resto, la actualización de salarios y pensiones y la revalorización de los servicios públicos, la nacionalización de las bancas rescatadas por el Estado para liberar fondos atentos a las necesidades sociales y la reforma fiscal.
La reelaboración de esos lineamientos en las más de 60 páginas de  su programa electoral, siguen orientadas hacia  la propuesta de un gobierno de izquierdas basado en la unidad política y social para romper con la Troika, apuntando a  activar un proceso de ruptura de masas  con lo que hay… e inserto en un horizonte anticapitalista y socialista.

Y sin embargo
Pocos días después el presidente de la República rechazó la oferta de tripartito gubernamental y designó primer ministro, con tarea de formar gobierno, a Pasos Coelho, dirigente de la coalición de derechas (PSDP-CDS-PP) respaldado por 107 diputados.

La coalición de izquierda de socialistas, comunistas y bloquistas impone  mediante votos a su candidato a presidente de la Cámara y en diez días (este nuevo Papeles ya estará en la calle) los conservadores presentarán el programa de gobierno a la Asamblea y si “no pasa” por votación parlamentaria, en seis meses se repetirán las elecciones.

Una convergencia necesaria
Lo diremos aunque no guste a todo el mundo. El Bloco y el PCP están obligados a entenderse. Si les separa “la historia” y las propias subculturas politicas anticapitalistas no es menos cierto que sus bases sociales y militantes resultan complementarias “por necesidad”. Sin embargo deben aproximarles precisamente los temas que la alternativa de gobierno parece aplazar, precisamente una deuda publica que alcanza el 130% del PIB  y sigue amenazando las condiciones de vida y la recuperación de inversiones en el sector público.
Es ya un lugar común decir que el BE es urbano y el PCP rural, que ganan su influencia en distintos sectores del trabajo asalariado (y el paro) y en generaciones distintas. Puede ser cierto aunque hay algo también importante. 
En las elecciones municipales de septiembre de 2013 el PCP junto a los Verdes lograron el excelente resultado de un 11.1 %  que se tradujo en la dirección de 34 alcaldías y  en una red de más de 300 concejales. Esos resultados visualizaron su tejido, su peso en el mundo rural con fuerte tradición combativa (Alentejo) y en cinturones industriales como el del entorno de Lisboa.
Por el contrario,  entendemos que el Bloco subvaloró la inserción municipal y fue poco flexible al buscar acuerdos locales. Sus resultados fueron prácticamente invisibles para un partido que contaba ya entonces con más de 9.000 militantes.
La nueva situación política, ciertamente inestable, propone retos de debate y acción conjunta a esas dos fuerzas anticapitalistas que suman 36 diputados en un país pequeño y con raíces en un brillante  y no tan lejano Abril de 1974.





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