Por Basilio el Bagauda
Bien podrían ser las invernales nieblas del Pisuerga o de la Esgueva o del Duero que parecen arañar la tierra, que congelan la savia de los riberiegos álamos y que se cuelan en nuestros ateridos cuerpos hasta el tuétano dejándonos una punzante huella para siempre.
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Bien podrían ser las invernales nieblas del Pisuerga o de la Esgueva o del Duero que parecen arañar la tierra, que congelan la savia de los riberiegos álamos y que se cuelan en nuestros ateridos cuerpos hasta el tuétano dejándonos una punzante huella para siempre.
O quizás el venenoso vapor del que no nos podemos
desprender, acostumbrados como estamos a sembrar la lenta muerte allí dónde
habitamos y a quemar para tener, para albergar nuestras ansias de crear… y de
destruir.
Pero no, las nieblas y humores gaseosos de estos tiempos
bárbaros que vivimos, si es que alguna vez hubo una Arcadia, no son producto de
un clima tan perturbado como el hombre ni tampoco de las chimeneas de nuestros
templos de muerte, sino que se trata de una sustancia más espesa y tóxica: la
mentira.
Vivimos en una época de depresión económica, “la gran
recesión” la llaman, y de crecimiento de grandes desigualdades, de déficits
presupuestarios y de superávits de eufemismos. Y nuestra tierra castellana no
iba a ser menos, sólo que aquí los fabricantes de cortinas de humo llevan
produciéndolas desde edades que se pierden en el tiempo.
Más tarde o más temprano, será cuestión de meses, aparecerá
el flamante y nuevo Consejero de Educación Fernando Rey Martínez para
explicarnos la eficacia y rapidez de la Administración en tramitar y resolver
los expedientes de las solicitudes de ayudas a la compra de libros de texto,
con un montón de datos estadísticos que llenarán con su voz los espacios
radiofónicos y televisivos de nuestra Comunidad.
No voy a entrar a valorar la figura del Catedrático Rey. Sé
que es querido tanto por las huestes del PP como por las del PSOE, ha trabajado
para ambos, y que se le ha presentado entre cariños y arrumacos como persona
dialogante, afable y experto en la discriminación racial, no obstante es
Presidente de UNICEF Castilla y León y patrono de la Fundación del Secretariado Gitano.
A los chicos del PP en éste su cortijo se caracterizan por
incluir en sus gobiernos de vez en cuando caras amables de “outsiders”, de los
que dicen no tener ideología, como si eso fuese una virtud… o una verdad.
Así al humanista transformado en tecnócrata Don Fernando le
va a tocar interpretar una melodía acompañada de múltiples voces con amargura
de tango: un perfil social para dirigir una política antisocial que necesitará
de muchos voceros bien pagados que suelten medias verdades sobre el desarrollo
de la LOMCE.
A Fernando Rey, insisto, le va a tocar ser la cara visible
de presupuestos, dadas las circunstancias, tan vergonzantes como el detallado
en la Orden 792/2015 con la que se convocan ayudas para financiar la
adquisición de libros de texto, y aquí intentaremos abrirnos paso, siquiera a machetazos,
entre esta densa cortina de humo.
La Orden comienza, como siempre les gusta a los “custodios
de las libertades”, con expresiones maravillosas como “promover condiciones de
igualdad” o “eficacia y equidad” y con eufemismos para no llamar a las cosas
por su nombre como “familias más desfavorecidas” - ¿Desfavorecidas? ¿Por qué?
¿Por quién? ¿Por un mandato divino, quizás? – O “especial atención a los
colectivos que por sus circunstancias personales y familiares” – entiendo que
hay un grado de responsabilidad y de libertad en los individuos que eligen sus
caminos pero ¿sólo es eso lo que determinan las circunstancias personales? ¿”Sus”,
exclusivamente? ¿Las del niñ@ son suyas y no hay más factores intervinientes? ¿Fanatismo
determinista, quizás?
En fin dejaré la literatura para abrirme paso con los fríos
datos que acabarán calentándonos.
En primer lugar la cuantía máxima global del crédito es de
4.206.000 €, y esto de por sí ya llama la atención cuando sabemos por los
propios datos que maneja la Consejería que esta cifra se aplicaría a un número
de escolares cercano a l@s 84.000. Si un@ se para a dividir el presupuesto
entre l@s escolares de Castilla y León no llega a los 50 € por cabeza, ni a
libro y medio.
Algun@s estaréis pensando a estas alturas que lógicamente
much@s escolares serán excluid@s por las rentas familiares, pero la realidad de la estrategia planteada
por la Junta resulta sorprendente.
La administración crea tres intervalos de renta y con ello
tres cantidades diferentes: 105 € para rentas per cápita inferiores a 2.500 €
dentro de la unidad familiar, 75 € entre 2.500 y 3.500 € y 50 € para aquell@s
con más de 3.500 €. Teniendo en cuenta que en el último intervalo, el de menos
montante, abarca a familias que obtienen ingresos considerados por debajo del
umbral de pobreza, prácticamente tod@s l@s escolares serán “agraciados” con 50
€. Por poner un ejemplo, ¡¡una familia monoparental con un niñ@, con unos
ingresos de 500 € mensuales en 14 pagas accederá a la espectacular ayuda de 50
€!!
A pesar de esa exigua ayuda la Consejería de Educación tiene
pensado un plan para niñ@s como el citado en el ejemplo. Así la Orden dispone
un plan de estigmatización que consiste en que l@s tutores legales de l@s
afortunad@s niñ@s pasen por la capilla de la dirección del centro y que ésta
autorice el adelanto del material. Eso sí, a cargo del presupuesto del colegio,
el cual se ve castigado al igual que el resto de las familias “becadas” a
esperar a que le caiga la migaja dentro de al menos 6 meses.
Si tenemos en cuenta que los centros educativos han visto
recortado su presupuesto en una media del 40 %, que la LOMCE pretende generar
competencia entre los mismos y que los colegios más dañados son los ubicados en
espacios especialmente destrozados por la crisis, la creación de guetos se
acelerará junto a la brecha social.
Otra premisa de la Orden es la de aplicar un índice
corrector que beneficie a aquell@s alumno@s que donen libros al programa RELEO.
Visto así la idea es sugerente, sino fuera porque sólo se beneficiará a l@s
alumn@s cuyo centro haya tomado esa iniciativa y excluye a los colegios
públicos que prefieren autogestionar el banco de libros al margen de la
administración y no así a los centros concertados a los que se les permite.
Las conclusiones con los datos en la mano del deterioro de
los derechos humanos más elementales en una parte muy importante de la
población son demoledores.
En primer lugar y sin necesidad de echar la vista demasiado
atrás, esta partida presupuestaria ha pasado de 20.000.000 € a los 4.200.000 ya
dichos. Una reducción de prácticamente un 80 %.
Como ya he explicado los límites de renta máxima no son más
que una trampa de mal jugador porque la mayor parte de los beneficiarios que
cumplan esos límites se quedará fuera por agotarse lo escasamente
presupuestado.
Para terminar aludiré a los datos publicados el 26 de mayo de este año por el INE en su “Encuesta de condiciones de vida”: el 22 % de l@s
español@s viven por debajo del umbral de la pobreza y otro 16,1 % llega a fin
de mes “con mucha dificultad”; el 22,7 % de los hogares de nuestr@s paisan@s no
tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos – me pregunto qué hogares no
tienen gastos imprevistos a lo largo del año y a qué sinfín de cosas habrán tenido
que renunciar para pagar sus deudas cotidianas – un 12,1 % no llega a fin de
mes y otro 3,2 tiene retrasos en los pagos a la hora de abonar los gastos fijos
relativos a cubrir derechos reconocidos directa o indirectamente por la
Constitución como la vivienda y la energía. Aquí los poderes públicos
desparecieron hace tiempo…
La situación es horripilante para más de un 43 % de los
hogares de nuestr@s vecin@s y a ello le añadimos que los servicios esenciales
como la educación, la sanidad y los servicios sociales siguen deteriorándose
por falta de recursos materiales y medios humanos, con lo que pierden la
posibilidad de una vida digna a través de la reducción progresiva de sus rentas
directas y de las rentas complementarias que proceden de la cobertura de los
servicios públicos que pagamos entre tod@s.