Por Burgos Dijital
De la Rosa junto a Laborda, presidente del PSOE burgalés |
El PSOE, la otra pata del bipartido sigue cosechando malos resultados
en nuestra ciudad. Llueve sobre mojado
en el autodenominado partido socialista, lleva más de una década perdiendo influencia en la ciudad. En 2003 y 2007 obtuvo el 34 % de los
apoyos. En 2011, Escribano dejó el barco
tocado con 22.000 votos, el 25% de los sufragios, y 8 concejales, cifras que se
han sido inalcanzables para el PSOE de de la Rosa que ha vuelto a perder más de 4.000 votos, cerca de 3 puntos porcentuales y otro concejal, en los que son los segundos peores resultados
electorales del PSOE en Burgos. Sólo en
1995 en los estertores de un PSOE acosado por los escándalos de corrupción como
el GAL y Roldán, obtuvo peores resultados. El batacazo
del PP es lo único que disimula el enésimo fracaso del PSOE.
Los partidos de la restauración borbónica, el bipartido, o la vieja política han sido castigados en su
conjunto y por separado. Los partidos
responsables de la situación de sufrimiento y desigualdad en el reparto de la crisis han perdido en
nuestra ciudad más de 30.000 votos con respecto a las elecciones de 2007. El PP y el PSOE sumaban en ese año el 81% de
los votos, el pasado 24 de mayo no llegaron al 54% de los apoyos de la ciudad
de Burgos.
Si de la Rosa hubiera cosechado los resultados de Escribano hoy la desgracia del PP de Lacalle hubiera sido completa, pero el concejal que ha perdido el PSOE es la esperanza a la que aún puede aferrarse la derecha de la ciudad. De este modo, con un 22% por ciento de los votos, el que Daniel de la Rosa se postule como alcalde tiene más de frivolidad, ocultar las vergüenzas y de brindis al sol que de alternativa responsable. De la Rosa sólo podría ser alcalde si Imagina Burgos y Ciudadanos, le apoyan, algo que parece difícil de imaginar en estos momentos. A de la Rosa, le han pesado varias circunstancias. En primer lugar, la ambigüedad o bipolaridad de un partido que dice una cosa cuando está en la oposición y hace lo contrario cuando gobierna a nivel estatal. En segundo lugar una labor de oposición del PSOE de Escribano que en ocasiones ha dado la sensación de rozar la complicidad con el PP de Lacalle. De la Rosa también ha pagado una falta de carisma evidente que no ha dejado de ponerse de relieve por la excesiva dependencia mostrada respecto de Antonio Fernández Santos, auténtico capo del PSOE local.