Bufa & Sons nos dejaron encantados de haber asistido: buena
música (son músicos de larga y magnífica trayectoria), buen humor, ¿instrumentos?
más que sorprendentes, Dani Lleonart y su beatboxing espectacular. [Si alguno
de los lectores no sabe qué es el beat box, eche un vistazo a la entrada Burgos
insólito].
Lo de instrumentos entre
interrogaciones... juzguen ustedes mismos.
Una valla de obra, botes de gel y
champú, una silla, un manillar, un tubo de riego, una botella de gaseosa
transformada en dulzaina, un pie de micrófono, un ladrillo, la llanta de una
bici, una muleta, una escalera de pintor... ¿Habían pensado alguna vez que se
pudieran tocar como si fueran flautas? Xavi Lozano nos enseña que donde hay un
tubo, hay una flauta. También nos habla de reciclaje, aunque para él la propia
palabra reciclar debería ser reciclada, que ya está vieja. En cuanto a tocar el
“ladrillo travesero”, mención especial a su dedicatoria que alude directamente
a la burbuja inmobiliaria: “dedicamos este tema a todos los ladrillos y ladrillas
que nos rodean, por contribuir a
llevarnos a la situación en que nos encontramos”. Además, dada la época actual,
nos recomienda un silbato casero hecho con un macarrón y un espagueti, para
poder ir de manifestación sin silbato de plástico (y porque cuando acaba la
manifa podemos hacer un rico plato de pasta con los silbatos de los amigos:
silbatos ecológico-económicos). Por último, os invitamos a leer el Poemo, de
Jesús Lizano, que nos recitaron, que incita a dar la vuelta a las cosas:
Me asomé a la balcona
y contemplé la ciela
poblada por los estrellos.
Sentí fría en mi caro
me froté los monos
y me puse la abriga
y pensé: qué ideo,
qué ideo tan negro.
Diosa mía, exclamé:
qué oscuro es el nocho
y qué solo mi almo
perdido entre las vientas
y entre las fuegas,
entre los rejos.
El vido nos traiciona,
mi cabezo se pierde,
qué triste el aventuro
de vivir. Y estuve a punto
de tirarme a la vacía...
Qué poemo.
Y con lágrimas en las ojas
me metí en el camo.
A ver, pensé, si las sueñas
o los fantasmos
me centran la pensamienta
y olvido que la munda
no es como la vemos
y que todo es un farso
y que el vido es el muerto,
un tragedio.
Tras toda, nado.
Vivir. Morir:
qué mierdo.
y contemplé la ciela
poblada por los estrellos.
Sentí fría en mi caro
me froté los monos
y me puse la abriga
y pensé: qué ideo,
qué ideo tan negro.
Diosa mía, exclamé:
qué oscuro es el nocho
y qué solo mi almo
perdido entre las vientas
y entre las fuegas,
entre los rejos.
El vido nos traiciona,
mi cabezo se pierde,
qué triste el aventuro
de vivir. Y estuve a punto
de tirarme a la vacía...
Qué poemo.
Y con lágrimas en las ojas
me metí en el camo.
A ver, pensé, si las sueñas
o los fantasmos
me centran la pensamienta
y olvido que la munda
no es como la vemos
y que todo es un farso
y que el vido es el muerto,
un tragedio.
Tras toda, nado.
Vivir. Morir:
qué mierdo.
Para el segundo día de
conciertos del Festival (el próximo sábado 17), su director artístico, Diego
Galaz, ha seleccionado a dos dispares artistas.
El primero, Jorge Ramírez Escudero, se hace llamar Hyperpotamus. Tiene
nacionalidad española, aunque ha vivido en distintos países y un día se cansó
de cargar con su batería de aquí para allá (es bastante desagradecido montar y
desmontar una batería, créanme) y decidió que el instrumento que menos costaba
transportar era su propia voz (también tocaba el piano, y de transportarlo, ni
hablamos). Graba las distintas melodías de su voz con una loop station
(estación de bucles), que es un invento muy práctico que permite grabar en
tiempo real un sonido y dispararlo (reproducirlo) a la vez que se graba otro, y
así sucesivamente.
El segundo de los músicos
que pasará por la casa de cultura de Gamonal el día 17 es de origen griego y se
llama Dimitri Psonis. Es especialista en instrumentos, principalmente de
cuerda, del Mediterráneo, como el bouzouki o el santur, del que es reconocido
como uno de los mejores intérpretes del mundo.
Los conciertos son a las 20:15h,
y las entradas cuestan 5 € (Casa de Cultura de Gamonal).