Título
original: The Great
Dictator
Dirección: Charles Chaplin
Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jack Oakie, Reginald Gardiner, Henry Daniell y Billy Gilbert
País: Estados Unidos
Año: 1940
Producción: Charles Chaplin
Guión: Charles Chaplin
Fotografía: Karl Struss y Roland Totheroh
Dirección: Charles Chaplin
Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jack Oakie, Reginald Gardiner, Henry Daniell y Billy Gilbert
País: Estados Unidos
Año: 1940
Producción: Charles Chaplin
Guión: Charles Chaplin
Fotografía: Karl Struss y Roland Totheroh
Montaje: Willard Nico
Duración: 124 min.
Género: Comedia
Duración: 124 min.
Género: Comedia
En una sociedad de profundos
cambios y abatida por la Segunda Guerra Mundial, nace esta joya del cine de
todos los tiempos. Y es que solo Charles Chaplin es capaz de conseguir una
crítica social tan amarga, pero con un toque que aún hace que podamos
desternillarnos de risa.
El gran dictador, trata dos historias paralelas. Por un lado, nos
encontramos con un barbero judío (que no se trata del famoso personaje de
Charlotte, ya que este no habla) que asistió a la Gran Guerra, y cuando esta
finaliza decide volver al Ghetto para abrir su antigua barbería. Por otro lado,
nos encontramos al dictador Hynkel (también encarnado por Charles Chaplin) de
Tomainia. Las majaderas decisiones que tome el dictador, influirán
drásticamente en la vida del barbero.
Ambos personajes, aunque personificados
por el mismo actor, son polos opuestos, con ideas radicalmente discordantes. El
final del film, se pone de manifiesto la contradicción del dictador, ya que pretende exterminar cualquier otra raza
que no sea área, y finalmente es un judío quien le reemplaza y nadie es capaz
de darse cuenta de la diferencia entre ambos.
Aunque en todas las películas de
Chaplin se da una fuerte carga de crítica social, quizá esta sea en la que más
se puede apreciar. Con una gran
valentía (debemos tener en cuenta la época en la que vive), consigue plasmar la
actitud egoísta de uno de los dictadores más importantes de la historia humana.
Y no solo la de él, sino también de sus opresores aliados, y las necias competiciones que estos entablan,
por aparecer de manera superior en la fotografías o por ser capaces de empezar
una guerra, por no ponerse de acuerdo en quien firmará primero un pacto.
Chaplin se sirve muy sagazmente
de las metáforas visuales, creando así una de las escenas más célebres de la historia
del cine. Se trata de la secuencia en la que Hynkel baila con la bola del
mundo, hasta que esta, estalla en sus manos, y él llora como un niño desconsolado.
Debemos de tener en cuenta que
esta reliquia del cine, surge al poco tiempo de nacer el cine sonoro. Por lo tanto,
resulta fascinante la utilización artística de estos nuevos medios que estaban
surgiendo en la época, y que quizá ni tan siquiera hoy, con la tecnología que poseemos
llegamos a alcanzar un grado tan sublime de creatividad.
Por último, recalcar la
importancia del tan conocido discurso hacia la humanidad que el barbero
pronuncia, mientras todos piensas que es el gran dictador. Es paradójico
escuchar esta reflexión después de 70 años, y que aún hoy, la especie humana
siga esclavizada con dictadores que se camuflan tras la cortina falsa de la democracia.
Fantastica critica de una joya del cine!!
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