Javier Lacalle, el Alcalde que ejerce de escapista

Por Raúl Salinero Lacarta

Nuestra ciudad sufre lo peor de un Gobierno Municipal que se deja llevar por las políticas devastadoras impuestas por la Troika y lo hace sin rechistar, preguntarse si es lo apropiado para nosotros, los burgaleses;  que es incapaz de gestionar un Ayuntamiento al que mangonean las entidades financieras (Sr. Lacalle ¿Por qué la Caixa nos está expoliando ?); que carece de cualquier mecanismo funcional que aporte un mínimo halo de democracia participativa; del que se entrevé detrás de las dimisiones de los Concejales Populares Eduardo Villanueva y Santiago González que no se trataban de unos advenedizos que sacaron provecho de lo municipal, si no que cada vez más se percibe una corruptela sistémica en el Equipo de Gobierno; que prioriza sus guerras de poder internas entre las distintas “familias”, los Conde contra los Ibáñez, los de fulanito contra los de menganito, en definitiva unos contra los otros, tienen que sobrevivir, perpetuarse en el poder y de qué lado nos tienen que posicionar a los burgaleses para que resuelvan sus necesidades; que tiene como máxima autoridad a un hombre al que la Alcaldía ha sobrepasado, que se muestra huidizo, incapaz de comparecer cuando el tema es delicado, su fragilidad recuerda a la de un sparrow con el que se ha entrenado demasiado.

Este momento histórico que sufre Burgos lo afronta sola, con un Alcalde incapaz de enfrentarse a la cruda realidad ni tan siquiera a las críticas. 
Izquierda Unida preguntó al Alcalde "¿ cual fue el motivo por el que se marchó del pleno del pasado 8 de marzo sin comunicárselo a nadie salvo a quien tiene que sustituirle en la presidencia del mismo"? . El Alcalde con cierta soberbia, explicó que su marcha venía motivada por su obligada asistencia a la celebración del Patrón de los Bomberos que se estaba celebrando esa misma mañana, a la que también asistió el Concejal Popular Salvador de Foronda quien tiene atribuida la Concejalía de este cuerpo. 
Una vez más el Alcalde demostró su “habilidad” para el escapismo, eludiendo incluso lo que es de obligada comparecencia para él como es el Pleno Municipal, perpetrando su maniobra en el preciso momento en el que comenzó el debate de la Proposición que apuntaba directamente a los culpables de haber diseñado el que pudo haber sido el mayor pelotazo urbanístico de Burgos, (el del S-23 en el entorno de Fresdelval), en el momento que el actual Alcalde era Concejal de Urbanismo.

Cuando un Gobierno Municipal se preocupa más de las críticas que provienen de los Grupos Municipales de la oposición que de realizar política, se convierte en un Equipo de Gobierno incapaz de llevar las riendas, su esfuerzos se centran únicamente en cómo evitar que la oposición acceda a un informe concreto, evitar que se conozca un determinado decreto o resolución, ese nivel de paranoia les lleva a realizar consciente o inconscientemente otras ilegales. 
Ante la estrambótica dimisión de Santiago González sus gobiernos quedaron libres, a día de hoy no se ha emitido ningún decreto por el que se asignan esas tareas, ya sea de forma temporal o permanente, a otro Concejal. 
Durante mes y medio, Ángel Ibáñez ha ejercido de responsable político de esas tareas pero sin tener un reconocimiento formal para realizarlas, ¿ha sido esto un error calculado del Alcalde?.

Es tal la obsesión del Alcalde a las críticas que para el próximo pleno que se celebrará el 12 de abril, en el que tomará posesión del cargo de Concejal Dª. María Nieves Sanz Cid en sustitución del dimitido Concejal Popular Santiago González, no se aprobará la distribución de las competencias; ante nuestra petición de que sea incluido en el orden día,  el Alcalde se ha negado dejando claro que se hará pública una vez finalizado el Pleno.

Esta es una burda maniobra de un Alcalde, que quiere por un lado, evitar el debate sobre el tema en el pleno y que por otro, busca reducir la repercusión mediática del mismo, al poner en la actualidad una nueva noticia que le restará protagonismo al que debería ser un solemne acto de democracia institucional.