Por Burgos Dijital
Acampados como las mesnadas de Rodrigo Díaz de Vivar, pero no en la glera, junto al Arlanzón, si no en la misma vieja Plaza del Mercado, actual Plaza Mayor intramuros de la ciudad, frente a una pizarra de veleda, unas decenas de intrépidos ciudadanos desafían al frío y al General Wert, comandante en jefe de los liquidadores de la enseñanza pública, siempre con aviesas medidas reductoras, donde el argumento de la primavera de 2012, es el contrario de junio de 2013, para reducir becas.
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Impartiendo la clase en la Plaza Mayor |
Nuestros héroes convocados por la
Plataforma por una Escuela Pública, Laica, Universal, Libre y de Calidad, con
su color verde como enseña y pendón, aguantan, como las piedras, como los
árboles agarrados al suelo y a su convencimiento. ¿Conseguirán remover las
conciencias de los otros habitantes de la ciudad, que les miran entre
indiferentes, socarrones y curiosos? Sabemos que abundan los replicantes,
aquellos que no parecen humanos, pero que se sitúan muy alejados de aquel: "cogito,
ergo sum", de Descartes.
A pesar de ello, los miembros de la
Plataforma por la Escuela Pública, con fe de carbonero, confían en la
ciudadanía, en la capacidad inmanente en transformarse a sí mismos, de
replicantes insensibles a ciudadanos reflexivos y activos, para ello y con el
apoyo de tres profesores universitarios, los intrépidos Villalaín, Carlos
Larrinaga y Rayco, convocaron la tarde del 18 de junio unas clases en medio de
la plaza. Mucho calor y muchas ganas entre los asistentes, que si pueden con el
regañón que soplaba en la Burgatti esa tarde, seguro que la LOMCE es pan
comido.
Buena crónica, entre la epopeya y la socarronería. Lo único que no me gusta es lo de la "fe del carbonero": creo que los miembros de la Plataforma tenemos sólidos argumentos lógicos para querer transformar un modelo pedagógico y una sociedad individualista en otros más solidarios, más justos y más dignos para todos y para todas. Si no, al tiempo.
ResponderEliminarUn saludo