L@s trabajador@s de Lennox ganan la huelga después de siete jornadas de paro marcadas por la unidad y el rotundo seguimiento de la convocatoria. Esta misma mañana, l@s trabajador@s reunid@s en asamblea han aprobado el pre-acuerdo en que conservan su propio convenio, sin que se aplique el fin de la ultraactividad, lo que habría supuesto la aplicación del convenio provincial del metal y el progresivo empeoramiento de las condiciones laborales.
La reforma laboral entró en vigor
hace dos años. Desde entonces han descendido los salarios y empeorado las
condiciones del trabajo, si cabe más precario y temporal, acabando con la
negociación colectiva y desnudando a l@s trabajador@s de su última defensa, habiendo
dificultado la organización y la respuesta ante los intereses del capital.
El conflicto de Lennox supone un
claro ejemplo. La empresa utilizaba la posibilidad brindada por la reforma;
negarse a firmar un convenio justo con los trabajador@s, esperando a que
trascurriera un año, según marca la reforma, para que éste perdiera vigencia; se aplicará, si lo hubiere, el convenio
colectivo de ámbito superior que fuera de aplicación — recoge
la reforma—. Si no
existiera un convenio de ámbito superior como en el caso de Lennox con el convenio
provincial del metal, se aplicarían los mínimos recogidos por el estatuto de
los trabajadores.
Lo que estaba en juego con la
huelga indefinida eran las futuras condiciones de trabajo, que habían
conseguido l@s trabajador@s gracias a
anteriores luchas. La dirección europea amenazó durante las negociaciones con
que la huelga acarrearía consecuencias, manteniendo una posición inamovible
respecto a la ultraactividad. Sin embargo, la presión de la huelga indefinida, fortalecida
por el seguimiento de la totalidad de la plantilla, consiguió que la empresa
firmara la ultraactividad. De esta forma, l@s trabajador@s de Lennox han
conservado un convenio por el que llevaban décadas luchando y que, según
denunciaban los sindicalistas, la dirección quería cargarse de un plumazo. Como
en la mayoría de las victorias huelguísticas, l@s trabajador@s han cedido una
pequeña parte aceptando dos días más de trabajo.
En otras empresas, la falta de una
respuesta contundente por parte de l@s trabajador@s, así como las facilidades
presentadas por la reforma laboral, hicieron prevalecer la posición dominante
de los intereses empresariales.
La aplicación de la reforma
laboral ha conllevado el incremento de la conflictividad, especialmente en
sectores como el metal; luchas como las de Interbon, Antolín-Ara o Kronospan, que en el caso
de Lennox ha conseguido la victoria gracias la convocatoria de una huelga
indefinida siempre difícil; si no
arriesgas en la lucha, si no estás dispuesto a perder, entonces no puedes ganar
— afirmaba un sindicalista de Lennox—.
L@s trabajador@s de Lennox
arriesgaron en el órdago, y ganaron en la unidad y la conciencia. La victoria
de la huelga de Lennox se añade a la exitosa lucha del barrio de Gamonal, la sorpresa
de las elecciones europeas o la masiva movilización del 12J por el rescate del
hospital, dibujando un 2014 en el que perdura un paisaje desolador, de
precariedad, miseria y desigualdad, en que la lucha parece el único camino que
puede teñirlo de color y de dignidad.
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