Páginas

viernes, 31 de julio de 2015

Entrevista a Jorge Luis Peralta sobre el libro colectivo "Masculinidades en la transición" (jorge L.Peralta y Rafael Mérida eds) Editorial EGALES; Punto G:

Por Eduardo Nabal

Jorge Luis Peralta es becario postdoctoral de CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en la Universidad de La Plata (Argentina) y miembro del proyecto “Representaciones culturales de las minorías sexuales en España (1970-1995)”, dirigido por Rafael M. Mérida Jiménez, en el marco del cual se ha gestado Las masculinidades en la Transición. Próximamente, además, se publicará en Argentina otro volumen editado por Rafael Mérida y por mí mismo: Memorias, identidades y experiencias trans. (In)visibilidades entre Argentina y España.

-Hola: "Masculinidades en la transición" es una apuesta valiente por parte de una editorial y un país que no vive buenos momentos para la cultura, la lectura, el pensamiento sea o no LGTB. Como superasteis el temor a dirigiros a un público  todavía limitado.


-Con este libro se inicia una nueva colección de estudios universitarios LGTB en editorial Egales, que ojalá vaya incorporando nuevos títulos. Es cierto que es un momento complicado para la cultura en general, pero aspiramos a llegar al público que esté interesado en estos temas con una propuesta que, esperamos, resulte atractiva, por su enfoque y por la variedad de las diferentes contribuciones de los y las autores/as. 

-Masculinidades y transición, dos cosas muy interesantes de unir pero ambas han sido vistas (al menos desde algunos frentes) como ficciones o incluso fraudes. ¿Es vuestra intención entrar en el campo de la paradoja o dar una visión interdisciplinar?

-No hay intención de polemizar sino, como bien señalas, de ofrecer una visión interdisciplinar y lo más variada posible. “Masculinidades en la Transición”, como explica Dieter Ingenschay en las páginas introductorias, alude tanto a ese periodo histórico concreto de la historia española (más allá de los debates en torno a su delimitación exacta, o sus puntos débiles), como al hecho de que las identidades de género, en este caso las “masculinidades”, están en un proceso continuo de transformación continua: sería imposible fijarlas a un significado estable, definitivo. Y se habla de “masculinidades” así, en plural, para enfatizar que no hay un patrón unívoco o que funcione de la misma manera para todas las personas. 

-Gracia Trujillo que habla de lo todavía mal conocida "Masculinidad femenina".  Volvemos a encontrar análisis de las obras de Lucia Extebarria, Isabel Franc, y sobre el libro "La insensata geografía del amor". Parece que la cultura lésbica y trans se todavía encuentre algo más limitada o invisibilizada, dependiendo del espacio geopolítico.  Lo que plantea desafíos teóricos y prácticos que llevan a terrenos interesantes pero pantanosos. ¿Como os planteasteis la colaboración?

-Una de las propuestas del volumen es rechazar la interpretación unívoca del concepto “masculinidad” (asociado solo a hombres biológicos) y ampliarlo a lesbianas y trans, según queda patente en diversos capítulos, implícita y explícitamente. El libro es fruto de un grupo de investigación financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad entre 2012 y 2014, en el que participaron investigadorxs españolxs y de otros países; cada unx aportó desde su campo específico y creo que ese intercambio enriquece las propuestas y trabajos que presentamos conjuntamente. A finales de este año aparecerá en Argentina otro libro que hemos preparado y que reúne, precisamente, estudios trans. 

-En el prólogo se habla del movimiento LGTB español como ligado a la izquierda revolucionaria, lo que llevó a cosas positivas (que hoy se están rescatando) pero también a una negación de lo identitario que parecía disolvernos en otras luchas, siendo "los últimos de la fila" ¿Cómo lo veis vosotros?

La discusión académica sobre este tema, desde una perspectiva histórica o sociológica, está empezando a ofrecer nuevas respuestas, de la mano de investigaciones recientes como las firmadas por Dieter Ingenschay, Geoffroy Huard y Kerman Calvo, de la USAL. Lo más importante es que durante las décadas de los 70 y 80 convivieron muy diversas realidades, que todas ellas no han sido igualmente analizadas y que este volumen arroja nuevas luces sobre aquellas luchas e identidades.

-Algunos trabajos de la Transición son muy interesantes porque reflejan obras o artistas que hoy no podrían o querrían expresar lo mismo ni de la misma forma. No obstante, en eso se nos han adelantado hispanistas en el mundo anglosajón. como Paul Julian Smith ¿Qué ocurre ahora en las universidades españolas y qué puede ocurrir?

-La universidad española ha sido una de las más renuentes a la incorporación de perspectivas LGTB. Si bien él número de publicaciones ha ido aumentando con los años, todavía queda un largo camino por recorrer. Actualmente son pocos los espacios académicos destinados a estas investigaciones –por ejemplo, el Centre Dona i Literatura de la UB o el grupo Cuerpo y textualidad de la UAB. Es significativo que muchxs de los investigadorxs que se ocupan de estos temas residan, de hecho, en otros países, como ocurre con varixs de lxs autorxs de nuestro volumen. Lo que puede ocurrir, no lo sabemos, porque es un momento de incertidumbre para las Humanidades en general. Es importante que los espacios que ya existen se conserven; sería deseable, además, que surjan otros nuevos. 

-¿Creéis que si algunos de los escritores/as o artistas/cineastas de los que habláis hubieran visto el presente en el estado español se hubieran echado a llorar o se hubieran llenado de gozo?

-Es imposible saber cuál hubiera sido la reacción de esxs escritorxs y artistas. Vivieron en una época muy diferente, en la que hubieran resultado inconcebibles muchos de los logros que se han alcanzado, por ejemplo, en materia de derechos para las minorías sexuales. Las comparaciones entre épocas siempre resultan enojosas; se puede caer  también en la tentación de “romantizar” o idealizar el pasado. Por otra parte, algunos de los creadores analizados en el volumen están vivos (caso de Ventura Pons, por ejemplo) y sabemos cuáles son sus apuestas en torno a los derechos civiles.

-Aún hoy hay que explicar que hablar de la sexualidad de los creadores en una sociedad  y una academia heterocentrada es todo menos frívolo o banal. He leído estudios feministas rabiosamente anti-queer y también discursos académicos sobre las masculinidades con cierto tufillo heterocentrado o rabiosamente anti-queer ¿Como situáis vuestro libro dentro y fuera de esas tensiones?

-Nuestro libro reúne colaboraciones de diversxs autorxs y como tal, ofrece miradas muy heterogéneas, de allí, como decía antes, que se haya insistido en el plural: “masculinidades”. No se trata, creo, de situarse contra o a favor de lo “queer”, sino, en el caso concreto de este libro, de abordar la problemática de la masculinidad a través de sus diferentes representaciones en un contexto histórico y sociocultural específico. La teoría queer aporta importantes herramientas teóricas y metodológicas, que se combinan con otras si es necesario, o que incluso se debaten y cuestionan, pero que sin duda resultan imprescindibles si queremos pensar las identidades, los géneros y las sexualidades más allá de los binarismos y de la lógica heteronormativa.

-La historia se escribe y reescribe de continuo. Unos libros pueden contradecirse con otros. En el estado español ha sido muy complejo y lo sigue siendo. Algunos personajes ya míticos que mencionáis como Nazario, Ocaña, Eloy de la Iglesia, Jesús Garay etc. fueron muy reales, y también muy contradictorios y controvertidos. ¿Creéis que la consciencia de estar haciendo algo de mayor o menor valor es siempre posterior?

-Es difícil responder por otras personas. ¿Sabía Ocaña que lo que estaba haciendo iba a tener la trascendencia que llegó a tener? Muy probablemente no. Vivió su época, hizo lo que en ese momento quiso y pudo hacer y hoy, retrospectivamente, le asignamos a su persona y a su obra una significación que deriva de importantes avances sociales y también en el ámbito de los movimientos y estudios LGTB. 

- A algunos la experiencia, la trayectoria (además del enchufismo oportunista) nos ha alejado de la Universidad, o al revés, vemos en algunos estudios algo de repetitivo o, en ocasiones,  elitista. Aunque vuestro libro es bastante accesible ¿Hay campos que os hubiera gustado tocar que no habéis podido o sabido hacer del todo?

-La tensión entre la “universidad” y la “calle” resulta, en cierta forma, inevitable. Pero no son ámbitos incompatibles y, de hecho, muchxs académicos desarrollan también una importante labor en el activismo, es el caso, por ejemplo, de Gracia Trujillo, que colabora en nuestro libro. Por supuesto que es importante seguir acortando las distancias. Las masculinidades en la Transición es obra de un esfuerzo conjunto en el que cada autor/a ha hecho un aporte desde el campo en el que se desempeña, ya sean la sociología, los estudios literarios o los estudios sobre cine. Nos hubiera gustado, quizá, una mayor presencia de estudios sobre masculinidades femeninas o trans, pero este volumen solo pretende ofrecer una primera aproximación que, seguramente, abrirá las puertas a futuros trabajos.

- Algunos dicen que falta un espacio creativo (como un laboratorio cerrado y a la vez abierto) y sobra teoría pero hay teoría que puede ser muy creativa según se desarrolle ¿Como veis 
vosotros/as esa brecha?

No creo en la idea de la teoría por un lado y lo “creativo” por otro. Hay una necesaria retroalimentación entre los dos campos. Teoría, etimológicamente, significa “contemplar”, “especular”, y esa contemplación o especulación, cuanto más lúdica y creativa sea, mejor. Por otro lado, las creaciones artísticas también contienen sus propias “teorías”, como ha señalado Didier Eribon respecto de la literatura: vale la pena, por lo tanto, indagar cómo se imbrican, complementan o discuten entre sí las teorías “puras” y las teorías “artísticas”: un diálogo que sin duda tiene que ser muy fructífero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario