Por Burgos Dijital
La ciudad de Burgos se une en solidaridad por los más de 129 muertos y 352 heridos en la capital de Francia. Una gran concentración ha tenido lugar en la Plaza Mayor de la ciudad que ha unido a diversas personas y sensibilidades en solidaridad con las víctimas de estos horribles atentados.
Se ha leído un manifiesto de apoyo al país vecino y a los principios que fundamentan la República Francesa; sin embargo, no se ha realizado ninguna reflexión que conecte estos hechos de barbarie acontecidos en el país vecino con la situación actual que vive el mundo.
La pena y el dolor es grande ante hechos de esta barbarie y magnitud pero también hay motivos para estar apenados por haber perdido un momento clave para haber explicado a la ciudadanía que los refugiados, los civiles víctimas, tanto del terrorismo yihadista como de los bombardeos y los daños colaterales de las operaciones bélicas, son consecuencia de lo mismo: las guerras en Oriente Próximo, las intervenciones de las potencias mundiales en base al petróleo y a los recursos, así como las ansias de control o expansionistas de algunos estados y dictadores de la zona que con sus políticas fomentan el caldo de cultivo para la guerra y el terror.
La pena y el dolor es grande ante hechos de esta barbarie y magnitud pero también hay motivos para estar apenados por haber perdido un momento clave para haber explicado a la ciudadanía que los refugiados, los civiles víctimas, tanto del terrorismo yihadista como de los bombardeos y los daños colaterales de las operaciones bélicas, son consecuencia de lo mismo: las guerras en Oriente Próximo, las intervenciones de las potencias mundiales en base al petróleo y a los recursos, así como las ansias de control o expansionistas de algunos estados y dictadores de la zona que con sus políticas fomentan el caldo de cultivo para la guerra y el terror.
Y en ese contexto sería un error eludir la responsabilidad que atañe a los países que participan y colaboran con las guerras, guerras amparadas en el pretexto de solución de conflictos en las que el paso del tiempo ha dejado ver un grave empeoramiento en la región y ha constatado el fracaso de las intervenciones armadas para solucionar conflictos violentos y de terrorismo. No quedan muy lejos las imágenes de desplazados por la guerra, ahogados en las costas de Turquía y Grecia, huyendo de ese mismo horror y barbarie; parecía que la muerte y el dolor tan solo se iban a quedar en ese papel reciclado de la prensa escrita, o en las pantallas de nuestros dispositivos. No ha sido así; como quiera que haya sido, ha llegado muy próximo.
Es un momento crucial para la ciudadanía, para hacer una lectura solidaria y al mismo tiempo crítica de la situación, es un momento para despertar y analizar de forma crítica nuestra posición desde las organizaciones supranacionales a las que pertenecemos, OTAN, Unión Europea, para demostrar nuestra valentía y solidaridad con las personas que huyen de las miserias y de la crueldad, para evitar la criminalización y el racismo. No se debe olvidar que aquellas víctimas que aparecieron ahogadas en las fotos de nuestros periódicos son víctimas del mismo odio y miseria que las víctimas de París.
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