Sólo
quinientas cuarenta y ocho personas viajaron desde el aeropuerto de Burgos en
el pasado mes de agosto: dieciocho al día. Una caída del 55% con respecto al 2014, sitúa
al aeródromo de Burgos a la cola de los cuatro de Castilla y León. El fin progresivo de las millonarias
subvenciones públicas están poniendo al aeropuerto en su sitio, y desvelan de
forma evidente lo inútil y ridículo de esta costosísima infraesctructura.
Atrás han quedado los cuentos de la lechera que hablaban de desarrollo, de miles de turistas, de puestos de trabajo, de impacto económico para ciudad. Hoy, habida cuenta de que lo único que surca el espacio aéreo de Villafría-Burgos son los gorriones, y alguna que otra rapaz lo que queda por saber son dos cosas: Cuándo veremos la maleza adueñarse de las instalaciones, y cómo expiarán sus responsabilidades el PP y el PSOE en un fracaso y un ridículo que le ha costado a los burgaleses cerca de 100 millones de euros.
Atrás han quedado los cuentos de la lechera que hablaban de desarrollo, de miles de turistas, de puestos de trabajo, de impacto económico para ciudad. Hoy, habida cuenta de que lo único que surca el espacio aéreo de Villafría-Burgos son los gorriones, y alguna que otra rapaz lo que queda por saber son dos cosas: Cuándo veremos la maleza adueñarse de las instalaciones, y cómo expiarán sus responsabilidades el PP y el PSOE en un fracaso y un ridículo que le ha costado a los burgaleses cerca de 100 millones de euros.
La
evidencia de que el aeropuerto de Burgos no tiene enmienda, es el hecho de que
María Jesús Lope, gerente del consorcio del aeropuerto, no fuera capaz de lucrarse con las acciones
de una empresa (Good 2011) hermana de
otra que recibía las subvenciones del propio consorcio (Good Fly). Se puede decir que María Jesús Lope, es tan
eficaz, como decente pero tiene algo de razón al señalar que el PSOE y el PP la
han utilizado como chivo expiatorio de un fracaso del que los principales
responsables son los partidos del régimen.
El aeropuerto de Burgos, es una insensatez, antes, durante, y después de
la gestión de la desgraciada gerente.
Sin embargo salvo Imagina Burgos, todas las fuerzas políticas de la
ciudad siguen defendiendo mantenerlo con vida inyectando dinero público.
Las aerolíneas, conscientes de la ansiedad que provoca en ciertos sectores de la
ciudad el disponer de una infraestructura tan cara como inútil nos venden humo
del caro, al ofrecer a Burgos un clavo ardiendo a cambio de suculentas
subvenciones. Air Nostrum, Good
Fly, Leon Air, o Ryanair no venden destinos ni aseguran visitantes sino que se
han lucrado ofreciendo a la ciudad la morfina con la que algunos sectores han
tenido alucinaciones de ciudad grande que progresa, de ciudad que despega como
rezaba el famoso cartel con el se festejaba su apertura. Ilusiones rentabilizadas electoralmente por el
PP que ha podido esquivar, con el dinero de todos, la imagen de tener un aeropuerto
sin aviones hasta las elecciones municipales.
Ahora que Ryanair pretende darse otro festín a costa de las y los contribuyentes burgaleses prometiendo 65.000 pasajeros al año conviene hacer un poco de memoria. ¿Saben cuáles eran las previsiones de viajeros en el Plan director del aeropuerto de Burgospara 2015? 150.000 pasajerxs. A mes de septiembre el aeropuerto no ha conseguido atraer ni 9.000. Pues eso.
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