Fotos de archivo Movimiento 15M. Plaza Mayor de Burgos |
Poco más de 4 años han pasado desde ese 15M sorprendente,
embriagador, liberador, que parecía propio de una alucinación colectiva, de un
desatado tsunami que iba a arrasar con todo hasta los cimientos y que iba a
desterrar para siempre todas las contradicciones que ponían en evidencia una
democracia en descomposición.
En esos días prerrevolucionarios de vino y rosas, de rabia y represión, las élites
políticas se asustaban, pues el miedo había cambiado de bando y una gran
mayoría de españoles y españolas salieron sin miedo a las calles a gritar lo
que sólo se atrevían a decir de puertas adentro.
Este fenómeno político se siguió dentro y fuera de nuestras
fronteras y, entre otras cosas, lo que más llamó la atención fue que l@s
jóvenes fueran de nuevo l@s protagonistas de la acción política y que se
hiciera una impugnación total a un sistema político organizado en torno a los
dos partidos liberales, socialdemócratas y conservadores, a los
cuales se les hace culpables de los daños infligidos a las clases trabajadoras.
De ahí ese simple y memorable “¡¡PSOE, PP, la misma mierda es!!”
Sobre este resultado producido en medio de una reacción
política popular nada conservadora poco aún se ha estudiado, aunque hay
evidentes causas como la pérdida de buena parte de la confianza de las bases
del PSOE, la fuga de votos de las desideologizadas clases medias hacia el PP y
unas organizaciones políticas a la izquierda del PSOE a las que les pilló a
contrapié este acontecimiento, por diversas razones.
Cuatro años después de una demolición programada de derechos
sociales, civiles y económicos, con el “conforme” de organizaciones
supranacionales antidemocráticas y la tutela permanente de Bruselas, nos
encontramos de nuevo ante unas elecciones generales.
Mucho han cambiado las cosas, es inopinable, pero lo cierto
es que las élites hispanas han conseguido de manera milagrosa reforzar su poder
mientras el sistema, del cual son arquitectas, sigue descomponiéndose. De ahí
que la situación sea trágica, angustiosa, terrorífica. Es por ello que tenemos
el deber cívico de denunciar, incluso aunque no nos convenga o no se acomode a
intereses tan intangibles como que un partido por el que simpaticemos saque
ventajas, todas las indecencias que dañan las reglas del juego que hemos
aceptado o nos imponen.
Bajo estas premisas, es indignante lo que está ocurriendo en
esta campaña electoral con los debates electorales protagonizados por
representantes de los partidos en liza donde se censura la aparición tanto de
Alberto Garzón, líder de “Unidad Popular-Izquierda Unida”, como de Andrés
Herzog, de UPyD, ambos partidos con grupo parlamentario en esta última
legislatura. Al parecer la explicación que se da es la del resultado en las encuestas, como si
estas sirvieran para dar o quitar la voz a alguien y despreciar de manera
indecente a los cientos de miles de votantes que estas organizaciones políticas
tuvieron y podrían tener.
Esto es censura y manipulación de la peor especie aunque, a
mi juicio, lo peor del asunto es que ningún afortunado invitado a los diferentes
“banquetes” haya levantado la voz contra este indescriptible ataque a una
democracia gravemente enferma, ni siquiera un gesto de nobleza por parte de las llamadas fuerzas emergentes.
Y qué decir de las maravillosas modificaciones en la Ley
electoral protagonizadas por el gobierno de Zapatero y apoyadas por Pedro
Sánchez, con el apoyo siempre inestimable del PP y de CIU: el famoso voto
rogado y los requisitos para la creación de agrupaciones electorales.
El voto rogado consiste en que l@s español@s expatriad@s,
ahora mismo un gran número de jóvenes, deben solicitar previamente el derecho de voto antes
de unas elecciones. Esto no parecería un problema demasiado grande si no fuera
porque l@s residentes temporales, la gran mayoría entre l@s emigrantes que han
salido en los últimos años del país, tienen sólo 7 días concretos para realizar
una serie de trámites administrativos de manera presencial en las oficinas
consulares que, por supuesto, no están precisamente en todas las ciudades. En
definitiva, una verdadera gymkhana diseñada para desalentar a los votantes y
reducir el electorado en el exterior. Tal es así el perverso desaguisado, que
“Eldiario.es” informaba el 29 de noviembre “que sólo un 6 % de los españoles
residentes en el extranjero tendrá la oportunidad de votar en las elecciones
generales del 20D. ¡Y estamos hablando de más de un millón y medio de elector@s!
Otras cosillas que afectan literalmente a la calidad de nuestra
democracia son la función de los medios de comunicación y la financiación de
los partidos que influye, guste o no, en su proyección mediática y en su
capacidad de colocar su relato de manera transversal en todos los ámbitos de
nuestra vida.
No hace falta explicar demasiado cómo anda el panorama
periodístico español con todas las cabeceras de periódicos en papel volcadas en
un espectro que va desde el centro-derecha de “El País” hasta la extrema
derecha de “La Razón”. En cuanto a las radios generalistas tenemos otro tanto,
con la excepción de “La Ser” que busca en sus espacios políticos a todas las
voces de las diferentes opciones para buscar una especie de pluralidad que sin
embargo se le niega a la izquierda en el resto de emisoras. Por último, qué
decir de las televisiones, en las que no voy a entrar por no extenderme en su
permanente adoctrinamiento neoliberal, todas ellas inclinadas, exceptuando La
Sexta, hacia la derecha, cubriendo también las opciones nacionalcatólicas y
ultramontanas.
El paisaje es evidente y aún más demoledor cuando
comprobamos que la mayor parte de los grandes medios de masas son propiedad de
bancos y grandes fondos financieros que evidentemente utilizan éstos como
instrumentos para la persecución de sus intereses privados. Y esto no lo digo
yo, basta con leer las declaraciones del veterano periodista Miguel Ángel
Aguilar en el “The New York Times” por las que fue despedido de “El País”.
Entre otras cosas afirmaba que “Los periódicos están en manos de sus acreedores
y también en las del Gobierno, que ha convencido a los acreedores que los
periódicos deben mantenerse vivos en lugar de asfixiarlos bajo sus deudas.”
También sería interesante recordar, para terminar con este tema, el despido fulminante de Pedro J. Ramírez en El Mundo por su investigación de
la financiación ilegal del PP; la desaparición por supuestos problemas
financieros del diario Público; las frecuentes y conocidas llamadas de Soraya
Sáenz de Santamaría a los medios de comunicación para presionarles; las
amenazas del Ministro de Hacienda del uso de la Agencia Tributaria para
“apretar” a periodistas poco amables con el gobierno; la censura previa o la
represión directa, recordemos la portada de El Jueves, hacia cualquier
información negativa sobre la monarquía; y , en última instancia, la
financiación directa y oculta del Partido Popular al medio digital de extrema
derecha “Libertad Digital”.
Y sí, como no, la dichosa financiación y toda la mancha
sucia que deja el dinero allá por donde se arrastra. No hará falta explicar lo
que ello implica: si tienes más dinero que los demás contrincantes tendrás
muchas más apariciones mediáticas, producirás más publicidad, comprarás los
mejores espacios y te ubicarás en las zonas más visibles, contratarás a más
personas que te lo agradecerán eternamente, montarás fundaciones, extenderás
con más facilidad tu proyecto ideológico e incluso, como ya hemos comprobado,
te dará para comprar voluntades y extender tus tentáculos creando relaciones de
poder.
Y si además detrás de esta financiación está la banca el
resultado es francamente desastroso para el resto del país, pues la banca no da
nada a cambio de nada. Afortunadamente una formación política, PODEMOS, ha
sabido arriesgarse y confiar en los microcréditos que multitud de gente aporta,
lo que asegura una independencia de las decisiones que tomen sus representantes
respecto al principal enemigo de la democracia y sostenedor del sistema.
Pero claro si esas ventajas las consigues fuera de las
reglas del juego que le das al resto, estás acabando directamente con la
igualdad de condiciones y, por tanto, con la lucha legítima dentro y fuera de
las instituciones: si antes fueron los Filesa del PSOE, la Banca Catalana de
CIU o el caso “Naseiro" del PP, ahora volvemos a encontrarnos con la misma
flagrante realidad en forma del 3 %, de los ERE de Andalucía y de la Gürtell.
Los mismos partidos empeñados en convertir la democracia en una gran farsa, con
la connivencia de los tribunales.
Seis años desde el inicio de la instrucción de la trama
Gürtell, cinco años de los ERE fraudulentos de Andalucía, seis años del caso
Noos con la monarquía en medio de la trama de corrupción, tres años de
operación pokemon y un fiscal suicidado de por medio, con Blesa, Rato, Bárcenas,
Pujol y dos presidentes de Andalucía jugando al trile, unas fiscalías dedicadas
a torpedear cualquier investigación de corrupción que afecte al partido en el
gobierno y convirtiéndose en defensores de las elites imputadas, y un pacto
entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy para paralizar el inicio de estos juicios hasta
después de las elecciones que afectarían a los dos principales partidos en sus
resultados electorales.
Todo ello conforma un marco político que invita a la
deserción, aunque quizás sea lo que busquen. Sólo espero que los observadores
internacionales que han dado el visto bueno a innumerables elecciones en
Venezuela y que limpiarán la mancha de la sospecha tras ganar los que deseaban,
se pasen por aquí para que cuenten todos los votos, porque yo de la canalla que
maneja los hilos no me fío “ni un pelo”.
Ah, y que nuestro particular Hombre Sabio, Felipe González
Márquez, deje ya de defender a los pobres presos políticos venezolanos porque
tiene curre en casa de sobra si es que los sindicalistas condenados, los
anarquistas sin habeas corpus y un tal Alfon se lo permiten: qué mejor defensa
que la de alguien que conoció a las mil maravillas cómo pasarse los derechos
humanos por el arco de triunfo que todo buen general se dedica a sí mismo.
¿Y aún hay alguien que no crea que los liberales son ahora mismo los mayores enemigos de la democracia y de la libertad?