Por Burgos Dijital
Pese a los intentos de criminalización de la solidaridad antifracking, como se pudo comprobar por la actitud de la policía, la reivindicación de una tierra sin fractura hidráulica quedó patente alrededor del evento de La Vuelta Ciclista a España, no sólo gracias a los activistas sino también a la gente que disfrutaba del espectáculo ciclista. Animando a los corredores se pudieron observar multitud de carteles y pancartas amarillas en contra de este tipo de extracción de gas de esquisto en la provincia de Burgos y en el mundo. Activistas de la Asamblea Antifracking, Ecologistas en acción y un gran protagonismo de gente concienciada no adscrita a ningún movimiento (que portaron carteles antifracking y los mostraron a cámara) revelan cómo la marea amarilla no solo aumenta considerablemente en nuestra región sino que también comienza a consolidarse en la capital. De entre otras banderas, pancartas y colores, la antifracking fue la criminalizada por la policía, que con instrucciones claras, identificó en diferentes momentos a algunas personas por el mero hecho de portar enseñas antifracking en la zona de meta (lo cual puede apuntar a un futuro de penalización y represión de la protesta tras las próximas elecciones).
Con una mirada abierta, sin poner en duda la importancia de este evento deportivo y el gusto de las y los burgaleses por el ciclismo, constatamos que La Vuelta ha dejado mucha ilusión entre los asistentes, buena publicidad para las grandes corporaciones patrocinadoras, hoteles llenos (de funcionarios que pagamos nosotros) y, suponemos, también publicidad para la ciudad. Pero, sin embargo, hacemos constar que muchos comercios locales lo han tenido bastante difícil: bloqueo del acceso de clientes a los mismos durante buena parte del día (con las consiguientes pérdidas económicas), imposibilidad de gestionar su comercio en cuanto a la distribución y recepción de género por culpa de las restricciones de tráfico y algunos otros inconvenientes. También muchas personas se han visto perjudicadas por las mismas. Con ello matizamos la naturaleza de un evento que ilusiona a muchas personas y beneficia a los grandes pero, al mismo tiempo, no evita que otros vean perjudicada su economía o restringida su movilidad.