Llegadas las fechas de las fiestas locales, salimos a la calle, disfrutamos de los conciertos, el teatro, los fuegos artificiales…, y acudimos a las calles y plazas a comer y beber en las casetas de la feria de tapas. La gente de esta ciudad necesita aprovechar estos días de clima benigno pasa salir, para disfrutar, para vivir el espacio público. Nos gusta y nos parece bien.
Reflexionando sobre el uso del espacio publico, y concretamente de la Plaza Mayor, recordamos que no hace muchos días estaba siendo escenario de una de las reivindicaciones ciudadanas que más ha dado que hablar en los últimos años. Recordamos que algunos comerciantes alzaron sus voces en contra de los “indignados” porque perjudicaban sus negocios, al dificultar la entrada de clientes y tapar sus escaparates. Pedían que acamparan en el centro de la plaza.
La prensa local fue en extremo sensible a las quejas de dichos comerciantes, y rápidamente se hizo eco de ellas. También, recordémoslo todo, se reconoció en prensa que los indignados tendrían en cuenta la posición de los comerciantes. De hecho, los últimos días se desplazaron al centro de la plaza. Entonces ya no valía el argumento de que perjudicaban la visibilidad y entrada en sus establecimientos. Los comerciantes cambiaron el discurso, para denunciar el hecho de que no tenían licencia ni pagaban tasas, como si se tratara de un negocio normal.
De vuelta al presente, viendo las casetas de la Plaza, nos preguntamos: ¿no perjudicará este uso a algunos comerciantes, en especial hosteleros?; ¿no habrá locales que no participen de la feria y sin embargo tengan que ver cómo se usen sus aseos sin recibir el abono de la consumición a cambio?; ¿no impiden las casetas la visibilidad de algunos escaparates?; ¿no pensará alguno que el olor, la cocina, el beber en la calle sean indignos de la Plaza?; ¿no se sentirán ofendidos algunos bares de tapas al ver funcionar casetas que nada tienen que ver con la oferta de pinchos, tapas o comidas a lo largo del año?...
La duda esta ahí. Pero nos cuesta imaginar que tales quejas tuvieran un eco semejante y un tratamiento tan atento por parte de la prensa como lo tuvieron las arriba escritas. Por algo será.