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lunes, 22 de abril de 2013

Carta de Ada Colau a Mariano Rajoy


Carta de Ada Colau
al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy
(Los escraches y los nazis o, injuria lo puedas, que algo queda)

Foto de archivo

Señor Mariano Rajoy. Señores diputados y diputadas del PP, miembros del Gobierno de España. Les escribe Ada Colau, pero esta vez no como portavoz de la Plataforma de Afecta­dos por la Hipoteca (PAH), sino como una ciudadana cual­quiera.

Estos últimos días han sido intensos. La señora delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y otros miem­bros del Gobierno y de su partido, así como algunos medios de comunicación, han lanzado graves acusaciones contra mi persona. Se han dicho muchas mentiras o medias verdades deformadas: que si era filo terrorista, que si era simpatizante de no qué, que si estaba condenada en juicios inexistentes, que si era antisistema por acciones pacíficas varias, que si estaba subvencionada con millones de euros... Es igual. Los abogados me dicen que debo denunciar, y en algunos casos graves lo haré, pero no vale la pena perder tiempo respondien­do a la difamación. Sin embargo, se han acumulado algunos malentendidos de fondo que creo oportuno aclarar.

En primer lugar, ustedes no han entendido el movimiento de la PAH. Dejen que les cuente. La PAH es un movimiento ciudadano en el que participan miles de personas, la mayoría afectadas, algunas otras solidarias, todas movilizadas por la defensa del derecho a la vivienda. Es un movimiento apartidis­ta, muy plural y transversal, en el que personas muy distintas hemos coincidido movidas por la indignación frente al abuso de las entidades financieras y la complicidad que éstas han encontrado tanto en su Gobierno como en el anterior. Por ello les digo que sus acusaciones de que el PSOE mueve los hilos de la PAH son ridículas y demuestran un desconocimiento de la realidad preocupante. Deberían venir a nuestras reuniones y comprobarlo. En ellas encontrarán votantes de todos los par­tidos y abstencionistas; clases medias y bajas; inmigrantes y autóctonos; jóvenes y mayores... Vamos, la ciudadanía en ge­neral.

Foto de archivo Inicios de la PAH Burgos
En segundo lugar, la PAH no tiene ni necesita lideresas. Parece que ustedes se han empecinado en buscar cabecillas a los que poder decapitar, como forma rápida de acabar con una protesta que a las entidades financieras, y ahora parece que también a ustedes, les resulta molesta. Yo no soy nadie importante ni especialmente brillante. Soy en estos instantes una portavoz, pero como yo hay miles de personas tanto o más implicadas. Ésa es la fuerza del colectivo: somos un movi­miento profundamente democrático, que apuesta por la des­centralización y el protagonismo de todas y cada una de las personas que en él participan. Ése es uno de los ingredientes secretos que explican que en los momentos más difíciles las personas saquen lo mejor de mismas. El empoderamiento y la solidaridad nos hacen imparables.

Y, finalmente, hablemos de los escraches. Les molesta que podamos ir a protestar frente a su casa. Lo entiendo. A tampoco me gustaría. Pero si alguna vez hubieran acudido a un desahucio, entenderían que se trata de algo infinitamente más molesto. Hay miles de personas en una situación límite, en la calle y con deudas, en paro, sin tener qué comer... Y todo ello a pesar de que viven rodeadas de abundancia. Miles de familias viven en la calle en el país de Europa que más vivien­das vacías acumula. Pasan hambre en un Estado que permite que cada día se tiren toneladas de alimentos en buenas condi­ciones. Y ustedes gobiernan ese país, por lo que no debería sorprenderles que esas familias llamen a su puerta después de haber intentado en vano llamar su atención.

Este movimiento, absolutamente ejemplar, ha agotado to­das las vías que la insuficiente democracia española ofrecía: durante más de cuatro años hemos intentado negociar con las entidades financieras, hemos hablado con los partidos políti­cos, con servicios sociales, ayuntamientos... Hemos puesto recursos en los juzgados y hemos recogido como hormiguitas casi un millón y medio de firmas. Pero nada, el Partido Popu­lar no se ha movido ni un milímetro y anuncia que rechazará las medidas de la Iniciativa Legislativa Popular.

Qué casualidad. Justo en el momento en que la PAH cuen­ta con más apoyo social (entre el 80 por ciento y el 90 por ciento, según todas las encuestas). Cuando ya se han entre-gado el millón y medio de firmas de la ILP. Cuando la presión social les ha obligado a admitir a trámite esa ILP que no pen­saban ni debatir. Cuando llega una sentencia europea que da la razón a las personas afectadas y dice que las miles de ejecuciones hipotecarias y desahucios que se han producido los últimos años en España son ilegales. Justo en este momento, cuando parecería que ya nada más puede retrasar la necesaria reforma legislativa, ustedes nos salen con una campaña de criminalización como única respuesta. En lugar de escuchar el clamor popular, intentan generar confusión llegando a com­parar nuestras acciones pacíficas con el terrorismo de ETA o la Alemania nazi. Hay que ser mala gente para decir algo así.

Foto de archivo
Recuerden que en este tema de los desahucios de momen­to los únicos domicilios violados y los únicos muertos los ha puesto la población. No sus señorías, que hasta la fecha se han limitado a mirar desde lejos, y desde la comodidad, un drama que podrían haber evitado si hubieran actuado donde les compete, en el Congreso. Por supuesto que la ciudadanía no es tonta y en seguida ha visto que en toda esta campaña de difa­mación no se buscaba más que hacer ruido para desviar la atención. De modo que no les va a funcionar. La realidad es tozuda y miles de personas estafadas y desahuciadas no van a desaparecer por mucho que su Gobierno las ignore.

Dejen que termine usando el paralelismo con la Alemania nazi al que ustedes recurren con tanta ligereza. Si bien la gra­vedad no es comparable, en ambos casos estamos hablando de situaciones de vulneraciones sistemáticas de derechos huma­nos. En España, afortunadamente, no estamos frente a cam­pos de concentración, deportaciones ni asesinatos masivos. Pero tenemos violentos desalojos y miles de personas empo­brecidas que ven comprometidas sus necesidades básicas, y condenadas de por vida a la exclusión social y la economía sumergida. Y todo para mantener los privilegios y los benefi­cios astronómicos de las élites financieras.

Décadas después del nazismo, la sociedad alemana aún no se ha perdonado a misma el no haber sabido reaccionar a tiempo para evitar la barbarie. Pues bien, en España miles de ciudadanas y ciudadanos hemos decidido que en el futuro queremos poder mirarnos al espejo. Una democracia que per­mite la vulneración sistemática de derechos humanos, e inclu­so la promueve, no es democracia, por mucho que se vote cada cuatro años. Democracia será cuando el interés general se anteponga a los dictados de los mercados. Cuando nada sea más importante que la vida y la dignidad de las personas.
Señor presidente, nunca es tarde para rectificar. No teman los escraches, no teman a la población. Bajen a la calle y ha­blen con la gente. Hagan justicia y detengan los desahucios. Hay vidas en juego que no pueden esperar más.

Ada Colau                                                                                     Barcelona, 8 de abril de 2013

viernes, 19 de abril de 2013

Charla informativa : Fractura hidráulica NO

ESTE SÁBADO 20 DE ABRIL, A LAS 19:30H, OFRECEMOS UNA CHARLA INFORMATIVA SOBRE EL FRACKING EN LA SEDE DE LA ASOCIACIÓN DE VECINOS 'FERIAL BAÑUELOS', SITA EN CALLE JUAN PADILLA Nº 5, BAJO.

ARANDA DE DUERO


Masculinidades parodianas


Por Eduardo Nabal
Cuando vi por primera vez "American Pyscho", adaptación del best-seller homónimo  de Breat Easton Ellis, no me gustó demasiado. Mis sospechas acerca de un libro sensacionalista  que no había leído parecían confirmarse.  Ciertamente uno esperaba otra cosa de la directora Mary Harron ("Yo disparé sobre Andy Warhol"), de la productora Christine Vachon ("Boys don't cry") y la guionista Genevieve Turner ("Go Fish"). Parece como si "Killer films" se hubiera apuntado a los "serial killers" con oportunismo, saña y humor negro. Chloë Sevigny (adorable musa del cine indie) y Christian Bale ("Velvet Goldmine") no eran suficientes. Sexo oral y morbo gratuito. Pero hay secuencias en la película que todavía me obsesionan y cautivan. 


El filme no solo contiene algunos pullazos a los yuppies descerebrados de Wall Street, a la era Reagan-Tatcher o el post-capitalismo tardío y  más salvaje sino también una performance de Bale como Patrick, un hombre fálico pero coqueto y desequilibrado hasta el narcisismo homicida. Capaz de dar una paliza a un mendigo en un callejón y después disertar como un sacerdote sobre el alcance social y humano de las canciones de Whitney Houston ante dos prostitutas anónimas y atónitas que quiere "convertir en lesbianas" para la ocasión antes de asesinarlas con chubasquero. Dos secuencias que contrastan brutalmente. Como contrastan brutalmente lo que los personajes hacen, dicen y callan. El propio Patrick pontifica como un pastor protestante  sobre la pérdida de “los valores morales  tradicionales” mientras liga en un café con dos jóvenes punkis a las que pretende descuartizar después de acostarse con ellas. Algo muy negro, cruel y perverso pero también con altas dosis de ironía, mala leche y autoparodia. 
Cómo el personaje se autoparodia con geles, cortaúñas, cremas depilatorias, mascarillas, asteroides, espejos, jacuzzis, objetos punzantes, gimnasios y abdominales mientras adora la música culta, la ropa de diseño y la cultura pop con maniática religiosidad. Clasista y racista se pone histérico cuando acude a una lavandería regentada por dos ancianos  inmigrantes asiáticos  y su ropa no ha quedado a la perfección, esa perfección con la que esconde los cadáveres de sus víctimas a las que ha descuartizado con su sierra mecánica. Patrick es sofisticado, frívolo y detestable, pero idolatrado en sus círculos de amistades y trabajo.  Algo así como la imagen que, sin ningún tipo de éxito, han querido vender derechas varias (e incluso "personajes" de la izquierda tradicional) de la "comunidad gay" emergente. Gente frívola, hedonista  y con dinero. Eso nadie se lo cree ya. Y aquí y ahora aún menos.  El filme de Harron nos muestra el heterosexismo y el homoerotismo sublimado en las altas esferas de la economía y las finanzas. Quienes manejan a nuestros políticos cada vez más tristes e impresentables. Como impresentable es el feminismo tradicional e institucional con campañas del tipo “Si pegas a una mujer no eres un hombre” secundadas por filas de “heteros antipatriarcales” con complejo de culpa. Masculinidades de luto pero con corbata, pisos de lujo y ropa para salir de fiesta. Masculino plural cuando los ejecutivos sin cerebro sacan sus nuevas tarjetas de visita en la oficina y las comparan con envidia, como un grupo de adolescentes compite por el tamaño de sus penes o se hacen bromas gruesas en el vestuario de caballeros. Nada equiparable con la estupenda "Shame" de Steve McQueen y su amargura pero muy útil como herramienta para reírse del "homo urbano" por excelencia. 
La obsesión en el mundo laboral (sea cual sea el nivel económico) por las apariencias, las mujeres como objetos sexuales y la homosexualidad o el VIH como amenazas latentes está presente de principio a fin en la película, como sigue todavía aún  vigente hoy día en muchos lugares de trabajo, ocio o estudio. El filme de Harron va más lejos que la idolatrada y machista "Fight Club" al hablar sobre masculinidades y mercado, consumismo y alienación y sobre todo su mensaje es más ácido, inteligente y ambiguo. Todo ambivalente como esas gotas de crema de frambuesa que podemos tomar por sangre o esas gotas de sangre derramadas que podemos tomar por crema de frambuesa- en los títulos crédito- cayendo sobre la superficie de un pastel de nata. 
Una pista misteriosa sobre la historia de un hombre que puede comprarlo todo con su nueva tarjeta de crédito. Un hombre que no teme que le roben el banco porque es suyo y sabe cómo hacerlo. Patrick lo tiene todo para ser un “hombre de verdad”. Todo menos su cordura y esa masculinidad excesiva, histriónica, desequilibrada  y de diseño que debe demostrar continuamente a sí mismo y a su entorno social.  Un entorno social que convive al lado y  de espaldas a los que- cada vez más-  ya pueden decir y hasta cantar  “I have nothing”.

PAH Burgos : continúa la "Primavera Verde"


Te invitamos a sumarte a nuestra campaña "Primavera Verde" este sábado estaremos en la plaza mayor a partir de las 12:00h. con un taller de pancartas, chapas y todo lo que se te ocurra!
Os animamos también a colgar pancartas verdes en vuestras ventanas como apoyo a la plataforma, hacer pulseras con el lema "si se puede" o todo lo que se os ocurra para colaborar.
 
Gracias por vuestro apoyo.
¡Os esperamos!

PAH Miranda de Ebro: próximas actividades



Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Miranda de Ebro os comunicamos la próxima “salida a la calle” que realizaremos este sábado 20 de Abril.

Se trata de una jornada informativa en el Mercadillo de la ciudad. Con motivo de la campaña #PrimaveraVerde repartiremos broches en forma de flor verde para que todo el que así lo desee pueda mostrar su apoyo a las reivindicaciones de la plataforma luciendo este distintivo del color característico de la PAH.

De 12:00 a 14:00 horas colocaremos una mesa informativa donde repartiremos los broches, información de la plataforma, de la ILP y los vecinos y vecinas de Miranda podrán colaborar a través de los bonos de ayuda que venimos utilizando desde hace tiempo.

Por último recordar que nos reunimos los Miércoles a las 19:00 horas, así que aquellos interesados en participar con nosotros pueden hacerlo ese día y a esa hora en la Sala Polivalente 1 de la Casa de Cultura
Para los que no puedan acudir o deseen informarse pueden escribir a pahmirandadeebro@gmail.com.