Juan Fernández Abal (Vigo, 1989). Estudiante de último curso de comunicación audiovisual en la Universidad de
Burgos y activista social en nuevas fuerzas sociopolíticas y proyectos
culturales.
“Me parece que hay que subrayar que la universidad se ha ido
convirtiendo, en el mejor de los casos, en una agencia de colocación y de personal en la economía neoliberal”
-Hola Juan. ¿Qué te llevó a estudiar comunicación
audiovisual? ¿Te consideras más audio o más visual?
Juan Fernández Abal: Respecto
a mis motivaciones a la hora de elegir los estudios universitarios, la
respuesta es simple: me horrorizaba imaginarme en un futuro próximo en un
trabajo a mis ojos ''deprimente''. Esa tristeza abarcaba multitud de tareas: desde una cadena
de montaje como Citroën de tipo ''taylorista-toyotista'' o la ''autonomía'' de
estar detrás de una pila de papeles encerrado en un despacho, totalmente
aislado de la realidad. Es ilustrativo
que antes de venir a Burgos, hice un curso de derecho-económico en Vigo,
carrera que abandoné por el total desinterés. Y repito, la imagen de un
despacho me inquietaba cada vez más.
Elegir comunicación audiovisual viene determinado por varios
motivos. En ese momento mi ''divertimento'' y mí pasión era el cine: analizarlo, aislar
sus partes para ir hacia el detalle, la funcionalidad de la música, la
alternancia de los planos... Por otro lado, aunque aún no era tan consciente,
todo el material digno de estudio que se esconde tras el medio de masas por
excelencia del siglo XX; habría que incluir la televisión, que se apropia y
articula su lenguaje, de forma noble o banalizándolo.
Hay todo un mundo tras el
aparentemente ''lúdico'' cine. Abrumaría la cantidad de material que aborda el
cine desde diferentes perspectivas: feministas, sociológicos, políticos, sexuales,
culturales...basta recordar la capacidad que tiene el cine para modular los
gustos de los consumidores, o la creación de diferentes subjetividades de las
personas.
-Aunque
la cosa ha ido cambiando, al principio, los profesores/as que daban la
asignatura o parte de ella poco o nada tenían que ver- así de entrada- con la
Comunicación Audiovisual. Al menos, eso me han comentado y he comprobado.
¿Crees que se empezó la casa por el tejado o se aprovechó lo que había?
J.F.Abal: A
lo largo del temario de licenciatura en comunicación audiovisual (ahora solo se
oferta la diplomatura), hay numerosa asignaturas que a priori no parece que
tengan que ver con la carrera (como, por ejemplo, ''Historia del siglo XX'').
Aun conociendo la importancia crucial de esta asignatura, su implementación no
obedeció a intereses intelectuales o pensando
en la mejor formación del alumnado.
Esto es así por un doble movimiento. El primero por la creación del
título en la UBU: se requiere la creación rápida de este título debido a la
demanda de la carrera y la escasa oferta de plazas existentes en el estado
español.
Es sabida la necesidad de notas muy altas para acceder a esta
titulación. Por otra, el descenso de matriculaciones en carreras
''humanísticas'' hacen necesarias las
recolocaciones, al menos parciales, de un número de profesores, aunque, a
priori, no eran siempre los más
indicados.
Respondiendo
más claramente a tú pregunta. La casa se empezó por el tejado, y a la vez se
aprovechó lo que había.
Es un problema que no circunscribiría exclusivamente a
la UBU, sino que considero que es una salida fácil al caos que se produce en
las últimas tres décadas en este ámbito, a la mercantilización de la
universidad pública, como el Plan Bolonia, o al reciente regalo de dos años de
matriculación a la universidad privada con sus másteres. No veo un futuro nada
prometedor.
-En
casi todas las carreras las asignaturas más, digamos, “apasionantes” o “prácticas”,
suelen estar en el último curso. ¿Crees que eso desanima al alumnado o tiene su
razón de ser?
J.F.A: En
mi caso, a pocos meses de finalizar la carrera puedo afirmar que las llamadas
asignaturas ''apasionantes'' no han aparecido por ningún lado. Alguna puede
gustar más o menos, pero la sensación es fría. Si esto produce desánimo en el
alumnado, me parece obvia la respuesta.
Totalmente. Sin embargo lo enmarcaría
en un mapa más global. Me parece que hay que subrayar que la universidad se ha
convertido en una agencia de colocación de personal en la economía neoliberal. En
Burgos además el inmovilismo es casi una ley. Que la formación de las
personas no se base en las necesidades
sociales, y sean las que dicta el mercado y el interés privado me parece una barbaridad
de consecuencias devastadoras e impredecibles.
Y
profundizando más en el desánimo del alumnado, hay que remarcar que parte de
ese desánimo, es por las perspectivas de trabajo y colocación futuras. Si hay algo que enseña la historia
intelectual del trabajo de los últimos siglos, es que la relación entre el ser
humano y el trabajo está enormemente deteriorada. No ya desde una óptica como
la de Rousseau o Marx, sino también desde la concepción de trabajo ''animado''
del propio Adam Smith, desde el neoliberalismo No es casual encontrar cada vez
más gente que desconozca lo que quiere estudiar, o que no valore el trabajo que realiza más allá del
dinero percibido a final de mes.
-No
eres de Burgos, creo. Los de aquí estamos hartos de muchas cosas, supongo que
heredadas de otros tiempos. Cuando leí que iban a crear la cátedra Giménez Rico
me pareció terriblemente casposo. ¿Recomiendas la emigración o hay de todo en
todas partes?
J.F.A:
Así, de entrada, la emigración es un fenómeno, económico de origen, en el cual
una sociedad no es capaz de absorber un número determinado de ciudadanos para
darles seguridad vital. En ese sentido la emigración señala un problema
económico de gran envergadura. Es un fenómeno arraigado históricamente en
Galicia, una de las zonas más subdesarrolladas de España en algunos aspectos, y
que funcionaba como un ajuste económico duro. Buenos Aires se consideraba la
quinta provincia gallega. Lo estamos viviendo ahora mismo en el todo el estado.
Desde este punto de vista, la emigración es un fenómeno negativo.
Lógicamente,
el conocer otras culturas y vivir voluntariamente en otros países o regiones es positivo. Pero el ''mundo de las finanzas''
vacía de significado ese término, y lo resitúa con conceptos como ‘‘emprendimiento’’,
'' espíritu aventurero '', ''libertad personal''...el problema es que hay gente
que muerde su anzuelo.
-¿Crees
que el aula de cine de la UBU y su entorno debería servir para algo más que
para poner cuatro películas al mes? Lo digo porque yo estuve allí y había mucho
dinero de por medio que ahora ya no sé ni dónde va a parar.
J.F.Abal:
Siempre defenderé las ''inversiones'' que realizan las instituciones para poner
cine y socializar la cultura. No podemos caer en lo peligroso de despreciar
bajo criterios económicos la utilidad de la misma. Así que mejor cuatro
películas interesantes que ninguna. Pero por supuesto todo esto es ampliamente
mejorable.
Respecto al dinero empleado, debería ser el justo, ni más ni menos,
y con la publicación de cuentas detalladas y de acceso público, claro e instantáneo. Pero en el Aula de Cine y en
cualquier otra. Ya va siendo urgente, sobre todo que sea gente preparada la que
se encargue de estos temas y no los amigos de los amigos.
D.P:
¿Te sientes cerca del periodismo de investigación a lo Tom Wolfe o Dave Eggers?
¿Qué opinas de este género en España? ¿Qué universo fílmico te resulta más próximo, el de David Lynch o el de Billy Wilder?
-Estamos
en un país donde el periodismo de investigación tiene un nivel realmente bajo,
y parece que interesa que siga siendo así.. No olvidemos que venimos de una
tradición política franquista y postfranquista, en la cual hacer un periodismo
serio significaba ir a la cárcel. Nos ''enganchamos'' brevemente a corrientes
modernizadoras sobre todo en el período
que va de los años 70-inicios 80)
publicaciones de mucha tirada como Interviú supieron dar la talla durante
un tiempo.
Sin embargo la cultura salida de la transición, es una cultura
altamente limitada y vertical (De arriba a abajo, muy controlada), donde toda
crítica seria es condenada al ostracismo o a la caricatura. Los métodos de
censura tienen un talante mucho más
democrático. Sin embargo vienen observándose grietas desde la irrupción
esperanzadora del 15-M o Podemos.
Respecto
al cine, ambos son directores magistrales. En la pregunta parece implícita una
cuestión sobre, si prefiero a Billy Wilder el gusto del gran público, o del
minoritario-intelectual. Ambos son
necesarios y es muy variable esta percepción con el paso tiempo, de hecho hoy
se difuminan. El propio Lynch ha reconocido la importancia de Wilder y otros
clásicos en su cine. Le auguro mucho público a la nueva temporada
que saldrá en 2014 de Twin peaks y un ''revival'' del original.