Este año la
Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León ha decidido convocar
oposiciones al cuerpo de Maestros. ¿Que cuántas plazas sacan? Pues 176. A
alguno le podrían parecer muchas. Repartidas entre las diferentes
especialidades, quedan de la siguiente manera:
Audición y lenguaje: 10
Educación física: 22
Educación infantil: 52
Inglés: 28
Música: 10
Pedagogía terapéutica: 15
Educación primaria: 39
Para que se hagan una ligera idea de cómo ha involucionado la cosa en los
últimos años, en 2011 se convocaron en total 510 plazas (y ya parecía que la
reducción había sido drástica), cuando en 2009 habían salido a concurso 1100
plazas o en 2007, 975.
El curso pasado no se convocaron oposiciones al cuerpo
de Profesores de Enseñanza Secundaria (por aquello de cumplir con tan sólo el
10% de la tasa de reposición), y este año la convocatoria de oposiciones a
Maestros roza el ridículo, teniendo en cuenta que varias comunidades autónomas
de nuestro entorno no convocan proceso selectivo en ninguna especialidad o solo
convocan en algunas de ellas (provocando un efecto “llamada” a los opositores de otras
comunidades).
Yo me pregunto… ¿merece la pena, a nivel económico (“que no hay dinero para más puestos de trabajo”, que es lo que se argumenta para convocar tan exiguo número de plazas) comenzar un proceso selectivo largo y costoso para el mínimo número de plazas que constituirán “consolidación” de empleo? Para el que no lo sepa, en unas oposiciones de enseñanza, cada uno de los tribunales de valoración está formado por 5 miembros pertenecientes al cuerpo al que se opta, y a los que hay que pagar dietas de manutención y alojamiento y transporte (en algunos casos) durante todo el tiempo que dura el proceso, que dadas las circunstancias será largo por el alto número de inscritos (varios miles de opositores que tienen que pasar varias pruebas teóricas y prácticas).
A mí me da la sensación de que se convocan oposiciones para acallar las
protestas ciudadanas y sindicales, aunque no compense, aunque no respondan a
las necesidades reales de la oferta de empleo que debería hacerse.
Seguimos con los recortes en personal, las disminuciones en presupuestos, la perpetuación de empleo precario en el ámbito público, la inestabilidad en las plantillas de los centros… Pero luego queremos ser como Finlandia. ¿Altos y rubios?
Seguimos con los recortes en personal, las disminuciones en presupuestos, la perpetuación de empleo precario en el ámbito público, la inestabilidad en las plantillas de los centros… Pero luego queremos ser como Finlandia. ¿Altos y rubios?