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Foto de archivo Vecinos de Gamonal en la calle |
Por Víctor Atobas.
La
representatividad frente a las instituciones.
Investigando sobre la experiencia del movimiento
vecinal del Estado español, la posición de consenso parece hallarse en elegir a
un@s representantes de la asamblea, que jamás negociarían
con el poder institucional, sino que exigirían el cumplimiento de una serie de
demandas que habrían sido previamente debatidas y acordadas por tod@s los miembros de dicha asamblea, gestionada por l@s vecin@s sin la intromisión de intereses
partidistas o electorales, y en igualdad de condiciones. Por supuesto, nos
referimos a una representatividad con posibilidad de revocación, de carácter
temporal y rotatorio, sujeta a la voluntad del colectivo.
Lo fundamental es que el mayor número de vecin@s participen en la asamblea porque perciban que son ell@s quienes han tomado la decisión, así como configurado la
agenda de demandas y movilizaciones, a partir de sus necesidades materiales; que
sepan que, el acuerdo que han tomado entre tod@s, no
puede ser cambiado, ni un ápice, por la representatividad sujeta al colectivo.
El ejemplo más claro lo encontramos en la exitosa
lucha contra el Bulevar y la especulación urbanística, cuando se presentaron
tres demandas concretas al Ayuntamiento, exigiendo su inmediato cumplimiento. Esta parece ser la posición mayoritaria y de
consenso; mediante la presión, imponer la voluntad del barrio a las
instituciones políticas, de forma que el dinamismo de Gamonal se construya fuera
de la lógica del capital.
¿Cómo
construir y vehicular las demandas?
Este es el punto primordial del debate, puesto que el
movimiento vecinal es por y para los vecinos; esto es, para la masa obrera de
Gamonal. Cuando la masa abandona el movimiento, este corre el
peligro de ser acaparado por las estructuras partidistas; en esta hipotética
deriva, que no se ha producido en la realidad, los participantes de la asamblea
podrían percibir que “alguien toma las decisiones por ellos”. De ahí la
importancia de preguntarse dónde se encuentra la masa y de mantener la
autonomía asamblearia. La expresión de las demandas obreras se encuentra en
los movimientos sociales; aun éstos reproducen el carácter reformista de la
clase, las luchas y movilizaciones, así como la memoria de las victorias
alcanzadas en Eladio Perlado o el Bulevar, suponen tanto la acumulación de fuerzas
en el proceso dialéctico que enfrenta los intereses de clase con los del
capital, como la transformación de la materia, del barrio y su sociedad.
Gamonal, donde el paro y la precariedad, la falta de
oportunidades y la desigualdad, se expanden al tiempo que aumentan los
beneficios empresariales y desaparecen los servicios públicos, advirtió que
gracias a la movilización podía derrotar los intereses de Méndez Pozo y
compañía, haciendo prevalecer los suyos. Gamonal no quiso Bulevar, y sobre el
“no” se construyó el “sí”: esto es, lo que somos y queremos.
El movimiento vecinal se nutre del conflicto y, tras
la victoria de las protestas de enero, ocurrió lo que sucede en cualquier otro
movimiento social; que la masa abandonó el movimiento. El conflicto es el motor
el cambio y en Gamonal subyacen distintos conflictos; sin duda, relacionados con
las condiciones de vida de l@s trabajador@s
y parad@s, hacinad@s en un parque
de viviendas construidas en los años 60 y 70, durante la industrialización de
Burgos, y a l@s que afectan el deterioro y la
privatización de los servicios públicos. En este sentido, la pregunta parece dirigirse hacia
cómo “hacer aflorar” unos conflictos que se hallan sumergidos, expresados en la
vida cotidiana de l@s vecin@s de
Gamonal que, en la mayoría de ocasiones, no relacionan esta situación con la
realidad política del barrio, material y en constante transformación, que ell@s mimos son capaces de transformar. En el caso de las
protestas contra el Bulevar, la ruptura de la normalidad propició una conexión
más directa entre la vida cotidiana y la realidad política del momento, la
especulación urbanística.
El conflicto vecinal se divide en distintas fases:
concienciación y crítica, movilización y alternativa, vehiculándose a partir de
las necesidades del barrio. En el momento de la crítica, la vinculación con lo
concreto y lo cotidiano reviste de una importancia considerable; en tanto que
va formándose la conciencia del problema, entra en juego la socialización del
conflicto, a través de la auto-organización de los vecinos y las labores de
propaganda.
El “no” quiero que mi hij@
tenga que exiliarse para encontrar una dudosa y precaria oportunidad, o el “tampoco”
quiero que los aparcamientos del barrio disminuyan y encima enriquezcan a l@s de siempre, se convierte en la identificación con el resto
de vecin@s que “no lo quieren”, pero que se ven arrastrad@s a soportar dichas situaciones hasta que aparece el “sí”;
irrumpe el momento de alternativa.
El momento de alternativa supondría lo que “sí
queremos”, las exigencias concretas que pretendemos conseguir y que, en
principio, nos negarán, dado que el ayuntamiento y las instituciones sirven a
los intereses de los empresarios y caciques locales, que controlan también los
medios de comunicación. Por una parte, la campaña de la Asamblea de Gamonal
de “Pateando el Barrio” ha
encontrado una calurosa acogida porque plantea, precisamente, la pregunta de en
qué utilizar los fondos destinados al Bulevar. De esta campaña podrían
extraerse las alternativas que plantean l@s vecin@s, a partir de su vida cotidiana y sus necesidades.
Por otra, el Área de Sociología de la universidad
colabora con la Asamblea de Gamonal desarrollando un minucioso e interesante
estudio, centrado en el uso que hacen l@s vecin@s del suelo y de los espacios del barrio, tanto públicos como
privados. En este sentido, el estudio podría reunir y sentar unas bases sólidas
del conocimiento del barrio; los espacios verdes, el estado de las
infraestructuras o servicios, entre otros, sobre los que sustentar el momento
de alternativa.
Entre los problemas que afectan al barrio: miles de
personas se encuentran en el paro, o en riesgo de perder la vivienda,
mencionando también el deplorable estado de la sanidad pública, expoliada por
enemigos ya derrotados en el Bulevar. Como decíamos antes, las demandas obreras
encuentran su expresión en los movimientos sociales. La unión de los barrios, representada en la
inter-conexión del movimiento con las protestas de l@s
vecin@s de Fuentecillas, que rechazan la construcción del
vial elevado, podría encaminarse también hacia el resto de movimientos
sociales.
La
vinculación con el resto de movimientos sociales.
En estos momentos, la masa se encuentra representada
en las demandas obreras de carácter defensivo, puesto que se basan en
necesidades como los servicios de atención a la dependencia, la educación o la
sanidad pública, para que l@s hij@s
de los obreros puedan estudiar y l@s ancian@s no se mueran debido a la negativa a operarl@s,
a la retirada de tratamientos o las altas prematuras, entre otros ejemplos.
En la vida cotidiana de Gamonal, nos encontramos con el
deterioro de los centros de salud, empeorando así mismo la calidad asistencial
del HUBU, y afectando a vecin@s que han tenido que
desplazarse para recibir tratamiento a otros lugares; repercutiendo en el
aumento de la mortalidad respecto al antiguo hospital. Siguiendo el esquema que hemos mencionado antes, el
siguiente paso consistiría en detectar y socializar el conflicto; en el caso de
la sanidad, el rescate público del hospital y la mejora de los centros de salud
del barrio, parecen demandas obreras, al igual que las referentes a las
guarderías o las bibliotecas.
La propuesta consistiría, entonces, en la confluencia
del movimiento vecinal con el resto de movimientos de Burgos, de modo la
Asamblea de Gamonal aportaría los datos, las denuncias y las demandas
concretas, englobándose en la agenda de movilizaciones y el programa de exigencias
del resto de colectivos. Esta confluencia podría basarse en el modelo de
representatividad del que hablábamos antes; elegir a un@s
representantes de la asamblea que, en este caso, acudirían al resto de
movimientos sociales a defender la postura y las demandas de l@s
vecin@s; representatividad con posibilidad de revocación,
de carácter temporal y rotatorio, sujeta a la voluntad del colectivo.
Para entenderlo, ilustraremos el caso con un ejemplo
hipotético. Un grupo de trabajo de la Asamblea de Gamonal se reúne para tratar la
posible llegada de McDonald's; el empleo
precario como “el futuro prometido” para l@s jóvenes del
barrio. Si la Asamblea de Parad@s y Precari@s encontrara la conexión con l@s vecin@s del Gamonal, probablemente incluyera dichas demandas entre
sus propias exigencias, amplificándolas. El conflicto se extendería no sólo como el problema
concreto que afecta a un@s poc@s
vecin@s, sino que se orientaría hacia la masa en el
sentido en que se socializara el conflicto; no contra el McDonald's en
Gamonal, sino contra el empleo precario. Es decir, la lucha concreta sería enmarcada en un
conflicto más amplio, al igual que ocurrió en la exitosa lucha contra el
Bulevar.