Por Tom Ferrer
Según
informaba recientemente el Diario de Burgos, en el mes de Noviembre el embajador de Israel visitará nuestra
ciudad. Lo hará acompañado por el agregado comercial, y será en busca de
la apertura de relaciones económicas con la cámara de comercio local. Es decir,
que se reunirán con los empresarios burgaleses, y Méndez Pozo, en calidad de presidente de dicha cámara, hará las veces
de anfitrión. Seguramente no faltarán a dicha cita los representantes de
otros poderes fácticos de nuestra ciudad.
No es
posible saber qué tipo de negocios iniciarán los empresarios burgaleses con
Israel. Quizá a los constructores se les ocurra construir más carreteras
exclusivas para los asentamientos ilegales que Israel levanta y amplía cada año;
agilizar el derribo de viviendas palestinas en Jerusalén u otras ciudades en
disputa; o tal vez ampliar el muro de Cisjordania, que divide y aísla a la
población entregando su territorio a la entidad sionista; o bien construir más
cabinas para los checkpoints por los
que deben pasar cada día miles de palestinos y palestinas. En cualquier caso,
aunque tuvieran otros negocios más inocuos en mente, colaborarán con el proyecto sionista financiándolo, y lavarán su imagen
presentándolo socialmente como aceptable y legítimo.
Personajes
corruptos como Méndez Pozo nunca han tenido escrúpulos a la hora de ganar
dinero; eso parece que no sorprende a ningún vecino ni vecina de Burgos. Lo que
quizá no sepamos, o bien no hayamos valorado suficientemente, es que en nuestra ciudad y provincia han existido
otras colaboraciones con Israel y su racismo colonial.
Hace
ya varios años se denunció la inversión
estable y creciente que Caja Burgos
tenía en la industria armamentística, teniendo a Israel como principal cliente.
La finiquitada caja se implicó activamente en el negocio de armas con empresas
que viven de la ocupación de Palestina y la exportación de tecnologías
militares y represivas. A través de su participación en una sociedad inversora
(Oesía Networks), financió el
desarrollo de armamento por parte de la empresa Tecnobit, cuyo principal cliente es la empresa israelí de seguridad
militar Rafael Advanced Defense Systems.
Cuando Caja Burgos se fusionó en Banca Cívica, esta participación aumentó, ya
que Caja Navarra también poseía acciones en Oesía Networks. Después Banca
Cívica pasó a formar parte de Caixabank.
Pues bien, ésta última entidad financia
a 14 entidades militares diferentes, la mayoría de ellas con relaciones
estables con Israel.
Por
otro lado, el Ayuntamiento de Burgos ha contratado en diversas ocasiones a
grupos "culturales" israelíes para espectáculos diversos. No existe
constancia de que en alguna ocasión el Ayuntamiento haya tratado de fomentar
vínculos con artistas que representen a Palestina, pero sin embargo algunos artistas
israelíes han sido contratados por el ayuntamiento en varias ocasiones. Tal es
el caso de "Mayumaná", que
vende una supuesta progresía y modernidad cuando su propio teatro se encuentra
en una localidad (Jaffa) en la que el 95% de los palestinos fueron expulsados
por grupos terroristas israelíes en la ofensiva de 1948. Es decir, ensayan y tienen su sede en un territorio
que fue robado por la fuerza.
También
la universidad de Burgos ha colaborado con Israel en diferentes contextos
académicos. A muchas personas puede parecerles algo habitual, que no debería
llamar la atención, pero el llamamiento internacional al boikot a Israel recoge
la NO colaboración con universidades
israelíes mientras éstas sigan formando parte del sistema segregador y colonial,
y continúen formando parte de un estado que ocupa Palestina. Varias universidades israelíes están
situadas en asentamientos establecidos con posterioridad a 1948, siendo por
tanto terrenos robados al pueblo palestino. Además, dentro de la universidad
sionista es común la segregación por
etnia y religión, y resulta muy complicado establecer tesis académicas u
opiniones argumentadas contrarias al sionismo. Pues bien, uno de los
investigadores israelíes que ha colaborado con Juan Luis Arsuaga en los
yacimientos de Atapuerca, Israel
Hershkovitz de la universidad de Tel Aviv, ha llegado a decir que el
origen del homo sapiens moderno se encuentra precisamente dentro del territorio
israelí. ¡Qué casualidad! Justamente dentro del territorio ocupado, a un
kilómetro escaso del muro de Cisjordania. Esto ha supuesto en Israel un apoyo
académico implícito y explícito al trazado del muro, con el fin de estudiar ese
yacimiento arqueológico y no dejarlo en manos palestinas.
Como
última muestra del acercamiento del estado israelí a nuestra provincia cabe
destacar el establecimiento de relaciones muy cercanas entre representantes de
dicho estado y el municipio Castrillo Mota de Judíos (antes Matajudíos). El
actual alcalde propuso el cambio del nombre ya que resultaba ofensivo para con
el pueblo judío (algo absolutamente indiscutible, por supuesto), y poco después
se iniciaron una serie de contactos que culminaron el pasado 18 de Octubre en
las fiestas del pueblo con la lectura
del pregón oficial por parte del embajador israelí. Parece ser que el
estado israelí financiará ampliamente al municipio para que éste pueda
restaurar la antigua judería y cementerio. Sin duda, esta ayuda está motivada
tanto por la utilidad para Israel de potenciar su cultura en el exterior como
para agradecer al pueblo el hecho de que la entidad sionista pueda lavarse la
cara en público de forma amable y amistosa tras haber perpetrado un auténtico
genocidio en Gaza hace unos escasos meses. El cambio de nombre era acertado,
por supuesto, pero tras invitar al embajador de Israel a pregonar las fiestas
patronales pareciera que el pueblo ha
pasado a llamarse "Castrillo Matapalestinos".
Ante
el aumento de relaciones del estado israelí con nuestra provincia, a varios
niveles (académico, cultural, político y económico), el pueblo llano de Burgos debe actuar. En nuestra ciudad, muchas
personas y organizaciones han mostrado de forma habitual una importante
solidaridad con el pueblo palestino, ya sea invirtiendo su tiempo y recursos en
cooperación internacional directa, denunciando las atrocidades que el estado
israelí comete, exigiendo el boikot y la ruptura de relaciones con los
representantes del sionismo o bien clamando por los derechos nacionales y
políticos que no se reconocen a Palestina. Por
ello es ineludible responder contundentemente a la visita del embajador israelí
si finalmente se produce, más aún teniendo en cuenta que se reunirá con los
enemigos de la clase trabajadora: empresarios corruptos, especuladores y explotadores,
de rancio abolengo, encabezados por el
cacique Antonio Miguel Méndez Pozo. Sería una buena ocasión además para dar
continuidad a las escasas iniciativas de boikot a Israel que se han
desarrollado en nuestra ciudad. Si para el hundimiento del apartheid de Sudáfrica el aislamiento político fue clave, el futuro
de los palestinos y palestinas depende en cierta medida de la solidaridad internacional
y el rechazo explícito y contundente al estado israelí mientras perdure la
ocupación. Mientras el pueblo palestino y sus organizaciones luchan contra el
régimen sionista, está en nuestra mano impedir que el embajador de un régimen
genocida se dé un baño de multitudes o que su visita pase desapercibida.
Mostremos nuestra rabia por la sangre palestina que Israel seguirá derramando
todo el tiempo que le dejemos.