Veamos, parece ser que algunos padres y madres están tratando de sacar adelante un proyecto educativo para primaria enmarcado en la amplia corriente que engloba la “educación libre”. Sí, han entendido bien, se plantea crear un centro educativo de primaria, al margen de la oferta pública y por su puesto, no confesional, y con una apuesta pedagógica atrevida y novedosa en Burgos.
No contamos con el espacio para entrar en harina sobre modelos pedagógicos, pero hablamos de todas aquellas corrientes pedagógicas que tienen que ver con métodos como Waldorf, Montessori u otras aportaciones como las del matrimonio Wild[1]. Resumiendo quieren alentar la creatividad, despertar el gusto por el aprendizaje, promover las actividades fuera del centro, ampliar el espacio físico que favorezca el aprendizaje experimental, un mayor contacto con la naturaleza, evitar la competitividad, la presión de los exámenes, respetar los ritmos de cada uno, promover el pensamiento libre,… . Sin pretender entrar en disquisiciones metodológicas y celebrando, inicialmente, el interés que se está tomando esta gente, sí que queremos lanzarnos al debate y realizar algunas consideraciones que nos parecen relevantes.
El motivo de esta iniciativa se enmarca en el disgusto, rechazo o desagrado que produce la educación, vamos a definirla como “formal”, tanto de los colegios públicos, como de los concertados, y es que, ciertamente, parece que las posibilidades educativas en nuestra ciudad son bastante poco plurales en cuestiones de fondo, que vayan más allá de la jornada partida o continua, o el debate del uniforme. Acerca del bilingüismo de bajo coste ya hemos hablado en otro artículo.
Y aquellos padres que sienten sarpullidos ante los métodos educativos que dominan en las aulas, a saber: fomento de aprendizajes repetitivos y poco significativos, excesiva carga de tareas, no se tiene en cuenta la creatividad, se estrangula la curiosidad innata de los niños y su deseo por aprender, y una larga retahíla de cuestiones que no satisfacen el deseo de unos padres, creen que otra educación es posible y que el índice de fracaso escolar más alto de Europa y la tremenda insatisfacción frente a una institución: la escuela por la que pasamos todos, podría tener que ver con estas cuestiones. Aunque también, podrían no estar del todo en lo cierto.
La cuestión que nos entristece es porqué, estos enfoques no se pueden aplicar en los centros de enseñanza públicos de nuestra ciudad, aunque sabemos que hay alguna excepción; por qué, en definitiva desde los órganos de decisión de los centros no se aprovecha la autonomía y capacidad de decisión de que disponen para abrirse a otras experiencias y fomentar otras actitudes educativas, que les diferencien de lo común y conocido que parece que no termina de convencer.
Por otro lado, valorando el arrojo de estos intrépidos padres y madres, y deseándoles que lleguen a buen puerto, pensamos si su experiencia podría servir como reflexión a otras entidades que forman parte de la red formal para iniciar cambios en la línea de la “enseñanza libre”, especialmente centros públicos, no confesionales y abiertos a toda la población. Tenemos las dudas razonables de que una iniciativa así, que tuviera éxito, imaginaos, una escuela de pedagogía libre en Burgos, de acceso privado, que necesita abundantes recursos para mantenerse… ¿no terminaría convirtiéndose en un reducto de hijos de progres con posibles? Es ahí donde nosotros tenemos nuestras dudas, porque desde luego, si su pedagogía fomenta la libertad, la creatividad de los individuos y el espíritu crítico de algunos niños que mañana serán adultos, supongo que habría que celebrarlo, pero también llevaría inoculado el virus de la desigualdad, el acceso restringido, las diferencias de clase social... . Lo que a la larga corrompe la libertad, porque, la libertad o alcanza a todos o no es más que una cerca espinosa y a veces jodidamente intangible que crea compartimentos diferenciados en los que no cabemos todos, y eso, lo vendan como lo vendan no es la LIBERTAD que queremos.
A pesar de todo, reiteramos nuestro interés y apoyo por la iniciativa, nos gustaría, claro está, que aquellos que la promueven tuvieran en cuenta nuestras humildes reflexiones.
[1] PD.: para saber más sobre educación libre, buscad en la red: Waldorf, montessori, aulaabierta, Rebeca Wild. Y otras alternativas: comunidades de aprendizaje, Ramón Flecha, etc…
Pues sí un cole laico de verdad en Burgos, habrá que seguir la pista al proyecto.
ResponderEliminarmuy bueno
ResponderEliminarque lo inaugure Rouco Varela, chachi.
ResponderEliminarLos vecinos de burgos no nos damos cuenta de lo necesria que es una alternativa educativa como esta hasta que tienes que matricular a un hijo en el colegio.
ResponderEliminarEs entonces cuando recuerdas las miles de horas encerrado en el aula,aperndiendo cosas tan prácticas como técnicas de hogar y religión.
Piensas: eso ha cambiado y ahora son centros bilingues... La realidad es que el metodo es muy parecido al plan del 73, bilingües solo hay 2 centros públicos y los demas concertados dicen serlo pero no tienen nativos en esa lengua.
Un panorama que nos hace pensar que la escuela no ha entrado aún en el siglo XXI
Tienen web? Alguien sabe como se puede contactar con ellos?
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