El personal sanitario de las fundaciones públicas de Sanidad con peores condiciones laborales que en SACYL

Por SATSE

SATSE exige al consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León que extinga las dos fundaciones públicas de Sanidad y las integre en Sacyl

• Son el Centro de Hemoterapia y Hemodonación y el Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León y su personal sanitario dispone de peores condiciones laborales y profesionales que el de Sacyl

El Sindicato de Enfermería, SATSE, de Castilla y León exige al consejero de Sanidad de la Comunidad que extinga las dos fundaciones públicas de relacionadas con la Sanidad: la del centro de  Hemoterapia y Hemodonación y la del Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León (IECSCYL) y las integre en Sacyl.

SATSE hizo esta petición al consejero ayer en la reunión del Consejo Castellano y Leonés de Salud y la extinción de esas fundaciones estaba prevista tras las medidas de recorte establecidas a nivel estatal y aprobadas por la crisis económica y que perseguían la reducción de organismos públicos de este tipo y redimensionar la administración para ahorrar en gasto público, pero sin embargo, estas dos fundaciones de Castilla y León siguen existiendo.

En concreto, el Centro de Hemoterapia y Hemodonación está gestionado por una fundación pública, su presidente es el consejero de Sanidad y en ella están representados otros organismos y organizaciones que son privadas, por lo que SATSE exige que se anule esta forma de gestión que termina siendo privada porque entran organizaciones ajenas al ámbito público y con ánimo de lucro en algunos casos.

SATSE exige que se integren en Sacyl también para que los profesionales que trabajan en ellas tengan las mismas condiciones laborales y profesionales que las del resto del Sistema Regional de Salud, ya que hasta ahora no es así y supone una discriminación entre profesionales de igual categoría y competencias. Así, las enfermeras que trabajan en el Centro de Hemoterapia son personal laboral sujeto a un convenio colectivo como en el ámbito privado y con condiciones más penosas que en Sacyl, sujetas a peligrosidad por los continuos viajes que deben hacer para las colectas de sangre, disponibilidad horaria que prolonga su jornada, etc.

Además, la Consejería de Sanidad las considera empleados públicos para aplicarles iguales recortes de condiciones laborales y profesionales que al resto de empleados de Sacyl y sin embargo, no disponen de otras condiciones más ventajosas que sí tienen las del Sistema de Salud porque trabajan en una fundación y tienen su propio convenio. Además, si el centro ha llegado a alcanzar los mejores resultados en el territorio nacional es debido exclusivamente al esfuerzo que realiza el personal sanitario, no siempre reconocido por Sacyl.

SATSE no entiende que teniendo como tiene Sacyl un programa informático muy costoso para gestionar la formación de los profesionales sanitarios mantenga funcionando el IECSCYL para la gestión sólo de determinados cursos y la Consejería tampoco explica por qué no se produce esa integración en Sacyl cuando el consejero reconoce abiertamente que dicha integración no supondría costes añadidos a la Administración autonómica y sanitaria ni empeoraría la calidad de los servicios que presta un centro como el de Hemoterapia.