Por Ecologistas en Acción
La convocatoria europea pretende servir para cambiar y concienciar sobre la necesidad de cambiar las pautas de movilidad urbana; con el objetivo de cambiar el modelo de ciudad actual por uno más sostenible, reclamando métodos de transporte sostenible y de bajo impacto. En concreto, el Día sin coches pretende que podamos disfrutar de la calle sin automóviles; para poder ser conscientes del espacio que ocupan en la ciudad, el ruido que generan, el riesgo de sufrir un accidente, y animar a la ciudadanía a utilizar otros medios de transporte en sus desplazamientos cotidianos, que son mejor opción para la salud, el medio ambiente y, también, para la economía, ya que se gastarían menos recursos energéticos disponibles.
Este
lunes 22 de septiembre se celebra el “Día sin coches”, que
supone el punto final a la Semana de la Movilidad. Desde Ecologistas
en Acción denunciamos que no ha habido -ni hay el resto del año-,
campañas de sensibilización, ni políticas de movilidad adecuadas.
La Semana de la Movilidad concluye con una escasa implicación del
Ayuntamiento y poca voluntad
epara un cambio real en el reparto modal
de los desplazamientos en la ciudad.
La convocatoria europea pretende servir para cambiar y concienciar sobre la necesidad de cambiar las pautas de movilidad urbana; con el objetivo de cambiar el modelo de ciudad actual por uno más sostenible, reclamando métodos de transporte sostenible y de bajo impacto. En concreto, el Día sin coches pretende que podamos disfrutar de la calle sin automóviles; para poder ser conscientes del espacio que ocupan en la ciudad, el ruido que generan, el riesgo de sufrir un accidente, y animar a la ciudadanía a utilizar otros medios de transporte en sus desplazamientos cotidianos, que son mejor opción para la salud, el medio ambiente y, también, para la economía, ya que se gastarían menos recursos energéticos disponibles.
En
Burgos, el Día sin coches no será una realidad porque los y las
responsables municipales han decidido no cerrar al tráfico ningún
área en Burgos. Es evidente que la celebración durante esta semana,
debe centrarse en actos de sensibilización y que las políticas de
movilidad deben estar en el cotidiano. Sin embargo, como queda
patente, el Ayuntamiento de Burgos no tiene en su agenda ninguna de
las dos prioridades.
Durante
la Semana de la Movilidad las actividades que ha presentado son
difusas y meramente decorativas. La principal de ellas: la promoción
de buenas prácticas en la conducción de turismos; una clara muestra
de que para las y los responsables municipales en esta materia, la
movilidad está centrada casi exclusivamente en el transporte privado
en automóvil, descartando medios mucho más sostenibles y dignos de
ser promocionados y apoyados por las medidas municipales en materia
de movilidad. La
movilidad sostenible y accesible debe ser una de las prioridades
municipales y son muchas las medidas deben ser implementadas para
favorecer el cambio. En general, las políticas adoptadas en materia
de transporte y movilidad desde ayuntamiento de Burgos no disuaden
del uso del automóvil, ni facilitan el uso del transporte público y
de los modos no motorizados, como la bicicleta. Más al contrario, si
analizamos las actuaciones que relacionadas con este tema se han
llevado a cabo en los últimos meses desde el gobierno municipal, nos
encontramos que el transporte en coche y la construcción de la
ciudad, pensada por y para el automóvil – y los beneficios que hay
tras este modelo-, es la pauta que se ha seguido.
Cuanto
más se promocione y utilice el coche, mayor interferencia negativa
habrá sobre otros medios de transporte. En calzadas con coches
circulando a elevada velocidad, es más difícil que ciclistas se
animen a circular por ellas. Las personas que transiten por las
aceras también se ven afectadas por este modelo, no solo por la
polución y los accidentes, sino porque un uso excesivo del automóvil
transmite el ritmo que debe seguir toda la ciudad, haciendo que
tengamos que movernos por la ciudad de la forma más cómoda para los
automóviles y no para el conjunto de la población.
Otra
influencia negativa es la que se establece sobre el transporte
publico, que es entre 10 y 30 veces más seguro que el coche, sin
embargo, no se promociona adecuadamente. Es un paso necesario que se
mejoren una serie de aspectos en el parqué de autobuses y en sus
recorridos y líneas, de forma que respondan a los intereses de la
población. En el manual de la organización del evento europeo se
citan una serie de propuestas en esta materia, que deberían ser
valoradas y puestas en práctica: instalación de paradas cerca de
los centros de trabajo, garantía de acceso a las personas con
movilidad reducida, medidas que permitan combinar el uso de autobuses
y bicicleta.
Mientras
se priorice el transporte en coche y el transporte publico no
responda a las necesidades de la población no podrá ser una
alternativa económicamente viable. Pero hay que señalar, que no es
porque el transporte publico sea una alternativa de por si poco
rentable económicamente sino que su diseño y gestión en Burgos lo
hacen así. Rutas mal diseñadas; horarios reducidos y que no se
responden a las necesidades de los y las posibles usuarios y
usuarias; y mal estado del parque de autobuses urbanos, son algunas
de los factores que influyen.
Desde
el punto de vista de la participación pública, el Ayuntamiento
tampoco ha sabido estar a la altura. La Oficina de la Movilidad,
herramienta que podría haber sido de gran utilidad e interés, no
cuenta con recursos para poder desarrollar la tarea. Tampoco se
dinamizan otras herramientas como la Mesa de la Movilidad, ni se
lleva a cabo un seguimiento que permitan aplicar propuestas de mejora
continua, campañas de sensibilización, seguimiento de la movilidad
en la ciudad, actividades formativas.
Por
ultimo, señalar que desde una perspectiva estatal, el panorama no es
mucho mejor. El Gobierno ha decidido destinar todos los fondos
reservados para incentivar la elaboración de planes de movilidad
urbana sostenible en municipios (PMUS), al plan PIVE, para el fomento
de la compra de automóviles. Una clara declaración de intenciones.
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