Por Carolina Rueda Tenaz
Burgos
no es ciudad para las y los ciclistas.
Autoridades y demás caspa local parecen decididas a declarar la guerra a
un medio de transporte limpio, barato, seguro y rápido. Diario
de Burgos, como no podía ser de otra manera, no ha perdido la oportunidad para
poner en solfa a todo un colectivo aprovechando una desgracia. ¿Habrá conseguido atenuar su imparable caída
de ventas?
Hace
aproximadamente un mes, una anciana fue atropellada por un vehículo cuando se
disponía a atravesar un paso de
peatones. Por si esto no fuera
suficiente, el desaprensivo se dio a la fuga… Ah! Se me olvidaba un pequeño
detalle clave en esta historia, el presunto
delincuente, no conducía un coche como en la mayoría de los accidentes
mortales, sino una bicicleta. En lugar de tratar el asunto con un mínimo decoro, el Diario Corrupto, decidió poner en el punto de mira a todo el mundo que se
mueve en bicicleta en la ciudad. Un
colectivo cada vez más variado y numeroso pero que sigue siendo despreciado
por el PP burgalés.
El Diario Corrupto fue más allá de lo esperado al publicar una entrevista al desgraciado viudo. Nunca me hubiera imaginado que el Diario Corrupto fuera capaz de hacer una demostración tan chabacana de sensacionalismo barato, falta de profesionalidad y populismo rastrero… Se trata sin duda de una de las jugadas más deshonestas de la prensa de la ciudad. El buitre acudió al olor de la sangre. Quizás porque a estas alturas todo el mundo pasa de Atapuercas y Atapuercos, nada mejor que una tragedia para vender ejemplares mientras se pone en la picota a un medio de transporte sospechoso de perroflautismo. Miel sobre hojuelas. Ana Rosa no lo hubiera hecho mejor.
¿Por qué la Caspa local sigue teniendo esa
animadversión hacia uno de los medios de transporte más eficaces? Huyamos a
este respecto de teorías conspiranoicas o de lobbys feroces del motor. Haberlos
haylos pero eso sería dar un crédito inmerecido a su inteligencia. La negativa neanderthalesca que el peperismo
local tiene a la promoción de la
bicicleta en Burgos, se debe más al poblerinirismo, la pereza intelectual, y
la incapacidad política de la élite de la ciudad que a los amores
que Lacalle tiene por Julianín el concesionarios.
En España, el mundo de la bicicleta no ha
gozado de buena prensa. Hasta los los 80, la bicicleta era
considerada un juguete, algo exclusivo de la infancia. Un cacharro que caducaba con la pubertad cuando era desterrado por la motocicleta. Creo recordar algún capítulo de Verano Azul que tocaba transversalmente
este trasunto. La bici, no sólo tenía
connotaciones pueriles, sino que estaba relacionada con el subdesarrollo y el comunismo. Mientras el paradigma del
desarrollo occidental eran los atascos de New York City, de tanto en tanto en
Informe Semanal salían imágenes de países como China, Cuba o Vietnam, con
ciudades plagadas de subdesarrollados rojos afanados a sus pedales ¡Carajo, los
pobres van en bici y no en BMW! Por si
fuera poca desgracia, en los 90 descubrimos que el ciclismo, uno de nuestros
deportes fetiche estaba plagado de drogatas y que posiblemente hasta Induráin
se ponía hasta las cartolas… Así que las bicicletas, para algunos han están relacionadas, con
inmaduros, subdesarrollados, comunistas, y drogatas... Así que nada de concesiones que por la caridad entra la peste.
Bien es cierto que allá por el 73, coincidiendo con la primera crisis del
petróleo los holandeses empezaron a romper esquemas: a pesar de ser más ricos,
más rubios, más altos que nosotros utilizaban la bicicleta como medio de
transporte. Para rizar el rizo en
Amsterdam no son comunistas, llueve más que en Bilbao y hace más frío que en Burgos. Los holandeses fueron los primeros en ver la eficacia de la
simplicidad de las dos ruedas. Además sus
instituciones trataron de seguir el ritmo que les marcaba la gente, así que protegieron
tanto a los peatones como los ciclistas, restringiendo el uso del coche por contaminante
y caro.
Es Cierto que los holandeses constituyen un paradigma complicado para las mentes forjadas por la contrarreforma católica, y no lo digo porque sean protestantes. ¿Se puede acaso confiar en la gente que fuma porros tranquilamente en cafeterías, y donde las prostitutas están
dadas de alta en la seguridad social? … Seguramente sí, pero aunque no lo fuera el caso es
que hoy en día, desde Francia hasta Suecia, todas las ciudades de nuestro
entorno apuestan sin ambages por la promoción de medios de transporte sostenibles
y alternativos al coche. Bueno no todas. Burgos corre el riesgo de seguir haciendo el
troglodita si no ocurre algo extraordinario como que Arsuaga y Carbonell encuentren
con premura una bicicleta de sílex asociada a un resto de Antecessor.
Cada vez más gente elige la bici en lugar del coche para desplazarse por la ciudad, pero a la mayoría les sigue dando miedo hacerlo por la calzada. Por eso invaden las aceras. La inhibición del PP está creando un conflicto innecesario entre ciclistas y peatones al obligarlos a competir por un espacio insuficiente. El gobierno de la ciudad debe dar soluciones a los problemas de la ciudadanía que le conciernen como la movilidad y dar respuestas políticas que eviten los conflictos absurdos. La oposición tiene la oportunidad defender un modelo de movilidad urbana que ponga a Burgos a la altura de Europa, con un reparto del espacio público respetuoso con la ciudadanía y que refleje una apuesta por los medios de transportes, sostenibles, limpios y saludables. Al menos tendrán la ocasión de presentar el debate de una forma útil y seria, lejos del sensacionalismo a lo Sálvame de Luxe que promueve ese diario que se vende cada vez menos en los quioscos de la ciudad.