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Manifestación del día 7 de junio: Monarquía o Democracia |
Por Lucas Mallada
Si algo
significa la palabra “democracia” es la posibilidad de
participar en las decisiones con las que construir una manera de
organizarnos colectivamente. Las decisiones que tomaron las
generaciones que nos precedieron acertadas o no, respondieron a su
momento histórico y social. Nosotros, como nuevo agente político, y
deseando ser activos en la realidad que nos ha tocado, reclamamos
también ese derecho intrínseco que nos corresponde en sociedades
abiertas.
Por eso
salimos a la calle y planteamos la cuestión. Queremos decidir
nuestra forma de Estado, y todo lo demás..., colectivamente, y
respetando los acuerdos que vayan surgiendo. No nos pueden venir con
la cantinela de “los consensos de la Transición”. Aquello suena
a cofre cerrado con siete llaves.
Tenemos el derecho y la obligación
de tomar las riendas de nuestro destino y también ser responsables
de él. La corresponsabilidad que exige la participación activa nos
hará una sociedad mejor y logrará un país más inclusivo. No
permitiremos que nos callen la boca aludiendo a relatos míticos del
pasado..., el presente nos pertenece y lo conquistaremos como sea,
tanto si nos lo facilitan como si no. Esto es un aviso al poderoso
Bunker de las alianzas político-económicas que pretenden pilotar a
su gusto e intereses lo que nos corresponde a todos.
Y si como
generación, o sociedad, entendemos que ahora, tras el progresivo
hundimiento del Régimen de la Transición, que pudo ser de utilidad
durante un tiempo, pero que ya está gastado, necesitamos abrir un
nuevo Proceso Constituyente,
que nos obligue a debatir -lo que en este país tanto miedo da- y a
tomar decisiones, a erigirnos en protagonistas necesarios. Recordamos
que los menores de 50 y pico años no hemos votado la Constitución
del 78, y parece que somos mayoría... Necesitamos
aire fresco y abrir las ventanas y los archivos de nuestras
instituciones y de nuestras cabezas...
En España no se enseña a participar, tenemos una carencia histórica
en esta cuestión, recuerdo los mensajes de nuestros mayores que en
cada ocasión te recomendaban no “significarte”, que no se note
que estás.
Esa pesada herencia del franquismo se arrastra en el modo
en como educamos a nuestros hijos, en como organizamos nuestros
Ayuntamientos, en la escasa participación en asuntos públicos, en
la endeblez de nuestro asociacionismo. Y desde luego el “poder”
se ha cuidado mucho de no fomentarlo, de poner zancadillas o de
cooptar a algunas de las personas más significativas de los
movimientos sociales (en eso el PSOE ha sido especialista) Porque el
entramado del poder establecido aborrece la idea de la participación,
esto supondría compartir decisiones, ceder, perder sus privilegios
en definitiva.
Es por eso, por lo que ayer volvimos a las calles y a las plazas,
para gritar una vez más que estamos aquí, que nosotros somos los
ciudadanos de este país y que por tanto reclamamos nuestro derecho a
elegir nuestra forma de Gobierno y quién y cómo tiene que tomar
esas decisiones. Eso sí por delegación y consentimiento nuestro,
que no se les vuelva a olvidar. Basta ya de tomadura de pelo, basta ya de cofres cerrados, abramos la
democracia a los ciudadanos españoles, eso es SOBERANÍA. En
democracia el soberano es el pueblo español