El advenimiento de Javier Lacalle a la alcaldía de la ciudad tras las elecciones del pasado 22 de mayo simboliza el encumbramiento local de una generación de políticos que nació en la década de los 70. Además del alcalde también podemos citar al superconcejal pluriempleado Ibáñez, a la superconcejala Gema Conde y también a otros más decorativos como Villanueva.
Esta generación empezó a emerger casi por casualidad a finales del siglo pasado, cuando arribó a nuestra ciudad un ciclón social, mediático y político llamado Álvaro Baeza. Su llegada provocó el fracaso electoral del PP en 1999 y una limpia importante en la derecha postfranquista que les cerraba el paso. El PP miró al banquillo de sustitutos y allí se encontró con las Nuevas Generaciones. Después la legislatura de Olivares y la falta de entendimiento en la coalición hizo el resto. Probablemente alguno, además de Lacalle que ya lo había sido, hubiera llegado a ser concejal al cabo del tiempo, quién sabe si con 50 años o más Ibáñez, Conde o el mismo Lacalle hubieran llegado a la alcaldía después de ir a rueda de Ariznavarreta durante largos lustros. En cualquier caso el paso del populista Baeza por Burgos, favoreció el rápido ascenso de la generación de políticos que aparentemente manda en la ciudad. Ya se sabe que más vale llegar a tiempo que rondar 100 años.
Sociológicamente hablando, no son niños bien. Son más bien arribistas, personas que cuando terminaron la universidad tenían un futuro harto incierto y vieron en la política la mejor manera de ganarse bien la vida. Lacalle, Ibáñez y Conde prácticamente nunca se han dedicado profesionalmente a nada más. Por eso nunca sabremos si alguna vez les interesó otra cosa que no fuera ocupar un cargo público, y nunca sabremos si les interesó la política como servicio a la ciudadanía. Nosotros/as creemos que a la generación Baeza le interesó la política cuando vieron la posibilidad de vivir de ella.
A pesar del poco aprecio que nos inspiran conviene matizar. Han demostrado unas habildades notables a la hora de la gestionar e incrementar sus patrimonios personales, lástima que no haya ocurrido lo mismo con el patrimonio público que han gestionado. Ángel Ibáñez es el paradigma. Ha sido capaz de conjugar tres fuentes de ingresos: la universidad, el ayuntamiento, y Cajaburgos durante la mayor crisis mundial en los últimos 80 años, momento en el que millones de personas perdían el único que tenían. Este éxito personal no ha sido correlativo a su gestión pública. Después de 11 años al frente de la Unidad de Empleo de la UBU no creemos que las dificultades de los titulados/as burgaleses/as para encontrar un trabajo hayan sufrido mejora alguna. Siguen emigrando en masa, ahora hacia Alemania. Como consejero de Cajaburgos, no parece que le haya ido bastante mejor, no hace mucho, Banca Cívica era colocada en el puesto 24 de 27 entidades financieras españolas en uno de esos stress test tan famosos. (diario expansión). Sin embargo estos hechos palidecen cuando analizamos su labor al frente de la concejalía de hacienda porque ha conseguido convertir al ayuntamiento de Burgos en el más endeudado de la región por habitante y uno de los más endeudados de España con 159 millones de euros de deuda(puesto 15). Deuda, que sin contar la de los proveedores, suponen cerca 1000 euros por persona (familia de 5 miembros= deuda de 4500 euros). En esto sí que ganamos a San Sebastián (90 millones)... y a casi todas las demás, es más podríamos decir que Burgos gracias a su puesto 15 en el total de ayuntamientos de España juega en la primera división de los deudores. De hecho el pasado mes de junio apareció una noticia que tuvo una sorprendente irrelevancia en la prensa burgalesa y es que el ayuntamiento tiene ya cortado el acceso a más prestamos por ley. En fin, un tigre de las finanzas. Las suyas.
Estas son las personas que van a gestionar el ayuntamiento en el momento más crítico para Burgos en los últimos 40 años, cuando Europa entera amenaza con derrumbarse. Son, a escala local, los que nos han vendido un progreso que ellos han rentabilizado políticamente pero que vamos a pagar entre todos con intereses. Son los ejemplos de políticos denostados por la gente en la calle. Los que, si se lo permitimos, nos recetarán medicina griega para acabar con el galopante déficit provocado por el despilfarro en obras estúpidas, inútiles y caprichosas. Los que nos van a tratar de hacer pagar a precio de oro cada centímetro cúbico de H-ormigón. La Generación Baeza ha sido la más joven en llegar a responsabilidades de gobierno en nuestra ciudad. Probablemente, a poco que trabaje la oposición, será también la más joven en desaparecer políticamente por ese otro ciclón llamado crisis que se ha instalado entre nosotros/as y a la que ellos tan generosamente han contribuido. Ellos saldrán personalmente bien, ¿y nosotros/as? Hagan sus apuestas.