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sábado, 31 de diciembre de 2011

La subida de tributos nos deja "tiritando"

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No podía ser de otra forma y de nuevo este año el Ayuntamiento utiliza a los medios de comunicación para propagar el ya manido mensaje de que “congela los impuestos municipales”, esgrimiendo una especial sensibilidad para estos difíciles tiempos de crisis. Capítulo aparte merece la utilización de medios públicos, como la revista ‘Plaza Mayor’ que hace ya mucho dejó de ser un servicio informativo del Ayuntamiento y de la actividad cultural municipal, convirtiéndose en mero instrumento de propaganda del partido en el poder y un ejemplo más de mala utilización y despilfarro de lo público a que tanto nos tienen acostumbrados.

“El Ayuntamiento congela los impuestos municipales”  titula la publicación municipal, indicando a continuación:  “Con el fin de ayudar a las familias burgalesas en tiempos de crisis, el Ayuntamiento congela los impuestos y propone una actualización del IPC en la mayoría de las tasas” … JA.

Ésto, además de ser (como decíamos) propaganda política y una inadecuada gestión de lo público, es sencilla y llanamente un intento de manipulación de la realidad. Con este artículo (incluido en el número del mes de diciembre de la mencionada publicación) el Ayuntamiento quiere transmitir la idea de que paraliza los costes impositivos que gravan a los ciudadanos y que se limita únicamente a actualizar las tasas por los servicios prestados, adecuando estas últimas a la subida experimentada por la vida durante el último año; cuando la realidad no es ni mucho menos así. Veamos.

Si verdaderamente el Ayuntamientos quisiera informar adecuadamente debería confesar que los impuestos suben (y tanto que suben) pero que esta subida no se debe en ningún caso al aumento del tipo impositivo de los mismos, el cual efectivamente se mantiene. Que éstos se incrementan debido, como por ejemplo en el caso del impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por el ascenso escalonado que ya se inició el pasado año y que se prolongará durante los próximos 8 años hasta lograr la corrección con respecto al valor catastral establecido en el año 2007 (antes de la crisis), cuando el valor de los inmuebles flotaba con el viento. Decirlo de otra forma es tergiversar la realidad.

Hacer ver al ciudadano que las recaudaciones municipales han de distinguirse entre ‘impuestos’ y ‘tasas’ tampoco es ser fiel a la realidad sino un intento de crear confusión, puesto que lo adecuado es llamar a todo por su nombre: ‘Tributos’ municipales; y de hacer una distinción entre diferentes tipos de tributación, habría que añadir a las anteriores también los llamados ‘precios públicos’ (los cuales también suben).

Vamos con las ‘tasas’. A éste respecto el Ayuntamiento a través de los medios de comunicación y de su “Propaganda Mayor” divulga la idea de que únicamente las ajusta al incremento anual experimentado (IPC: 3,2%), cuando no es cierto. Así de las 22 ‘tasas’ existentes: 12 suben ajustando el IPC y 4 no varían, mientras que 6 de ellas suben por encima de este índice. Lo mismo sucede con los ‘precios públicos’ por el disfrute de servicios municipales que de los 8 existentes, sólo a uno se le ajusta el IPC, porque 5 de ellos suben por encima de éste y uno resulta de nueva creación (por añadidura).

Por otro lado, habría que analizar qué ‘Tributos” se mantienen y cuáles se ven incrementados y en qué cuantía. Por ejemplo y sobre todos ellos destaca el IBI (el más gravoso y del cual depende el 20% de los ingresos municipales), el cual experimenta –y lo seguirá haciendo durante los próximos años- un incremento anual superior al 5%. Es decir, en los próximos años los burgaleses seguiremos viendo incrementada continua y sucesivamente la partida de nuestro presupuesto destinada a este concepto, además de la posibilidad de que con el tiempo también aumente el tipo impositivo sobre el que éste se calcula (sólo es cuestión de tiempo).

Nada se hace mención tampoco (vaya despiste, ¿cómo se les habrá pasado?) de la tremenda subida de la tarifa del agua que a partir del 1 de enero se incrementará hasta en un 80%, con un subida anual que supondrá de media en su factura unos 50€ más por familia. Lo mismo que sucederá con el transporte público que apreciará el coste del billete ordinario en casi un 12% y de prácticamente un 6% en el caso de las tarjetas de transporte (no se nos ocurre mejor manera de fomentar su uso).

De los demás ’tributos’ que experimentan subida por encima del IPC anual (Recogida y Depósito de vehículos, Instalaciones Deportivas municipales, etc.) cabe señalar los que afectan a los servicios sociales, es decir aquellos dirigidos precisamente a los menos favorecidos, que irónicamente sufren un especial aumento por su disfrute. Así, la Ordenanza reguladora del ‘precio público’ por prestación, talleres formativos y ludotecas (CEAs) sufre una subida de un 10%, la de prestación de servicios de ayuda a domicilio un 4,5%. También los precios de las escuelas deportivas suben un 15% y las de la Ordenanza de precios de las Escuelas Infantiles Municipales (0-3 años) y los servicios de cuidados infantiles municipales un 12%.

Queda claro que los ‘Tributos’ municipales no se “congelan” como anuncia tramposamente el Ayuntamiento. Ni mucho menos y muy al contrario, podríamos decir que su subida nos deja más bien “tiritando” de frío (jugando con la misma analogía). Visto así ahora no sabemos cómo encajar el barato eslogan navideño que nos quieren vender de: “ayudar a las familias burgalesas en tiempos de crisis…”; ¿Cómo? ¿Subiendo la mayor parte de los “Tributos” por encima del incremento del IPC? Puede que debieran cambiarlo por un eslogan mucho más sincero como: “Les mentiré hasta que se lo acaben creyendo”; que resulta más cínico, pero al menos mucho más honesto.

Tampoco es que esta subida nos pueda pillar, a estas alturas, desprevenidos y con la guardia bajada. De lo contrario no se entiende cómo podría afrontar los mil y un frentes en inversión pública que tiene el Ayuntamiento abiertos en estos momentos (Consorcios varios, ARIs, Auditorio, Depuradora de aguas, etc.) y los faraónicos proyectos que nos esperan como el “LACALLE-ARENA” y la transformación de la calle Vitoria en bulevar. Para ésto no hay grandes misterios, se recauda más o se reduce la partida de gastos, y este Ayuntamiento –con su alcalde a la cabeza- no está por la labor de dejar pasar la ocasión de ser recordados por las grandes obras que dejarán a la ciudad. Aunque al ritmo de endeudamiento que llevamos, podría más que se les recuerde por la situación de bancarrota y de quiebra técnica a la que condenaron a la ciudad de Burgos.


1 comentario:

  1. Sigo reivindicando que A-lacalle debe ser llamado Quimby.

    http://fansdelrotten.blogspot.com/2011/12/lacalle-ahora-sera-quimby.html

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