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martes, 19 de agosto de 2014

Instituto Municipal de Cultura de Burgos versus Cultura

Arco de Santa María en cuyo interior se ubica la sala de exposiciones

Por Juan Vallejo

Un año más, si Dios no lo remedia, llegado diciembre, el Instituto Municipal de Cultura, IMC, perpetrará otro de sus vergonzosos eventos concediendo la sala emblemática de la ciudad, el Arco de Santa María, al pintor del Río. Este hecho, no tendría mayor significación si no hubiese adquirido carácter de eternidad a lo largo de los años, en que el organismo municipal cede anualmente, gratis et amore, la sala referida. Esta forma sistemática de prevaricar, agrede y desprecia a tantos y tantos creadores, jóvenes y no tan jóvenes, que luchan por exponer su obra en cualquiera de los espacios expositivos municipales que pagamos y mantenemos los contribuyentes. Es más: ni siquiera se contesta a sus intenciones de colgar o mostrar su obra,  sus instancias van directamente a la papelera. Este desprecio y esta desvergüenza, viene de muy lejos. 

El referido pintor monta cada Navidad su tienda de cuadros en el Arco de Santa María con el único afán de vender sus productos, lo cual, está prohibido según el Reglamento de las salas de exposiciones municipales. No se pueden vender cuadros en las salas de exposiciones municipales. Como prohibido está exponer dos años sucesivos en dichas salas.


Sí, el Reglamento contempla esto y que es a Criterio del Alcalde ceder la sala un año consecutivo. Lo que tendría explicación si la obra mereciera la pena o el evento así lo necesitara, una antología, una monográfica, etc. Pero da la casualidad de que año tras año, esta actitud repugnante del IMC, vierte su capricho sobre los bolsillos de los ciudadanos que pagan la luz, los empleados, los anuncios, etc, etc, a este pintor, alimentando estos circos que, bajo el signo del arte, tratan de satisfacer las bufonadas del personaje y sus correligionarios, dando a la ciudad un estigma seudocultural que nada tiene que ver con la seriedad que cualquier exposición requiere. Las obras se exponen recién pintadas, tiernas y sin el más mínimo criterio de seriedad.



El concejal de Cultura Fernando Gómez
Este agravio por parte de Ayuntamiento y su ínclito Concejal de Cultura, el siniestro Fernando Gómez, vertido sobre numerosos artistas, clama al cielo. No ya por el mero hecho de conculcar el Reglamento de las salas de exposiciones propiedad del Ayuntamiento, de sus vecinos, sino por las esperpénticas y siniestras muestras que se cuelgan en las paredes del Arco de Santa María, que nada tienen que ver con el arte y sí con el afán de comercializar dichos engendros que no resistirían ni una frase de cualquier ducho en pintura.
No es de extrañar pues, que la mayoría de las jóvenes y los muchachos creadores de Burgos, busquen cielos más propicios para enseñar su talento, pues quien debería volcarse con ellos, sólo lo hace con los bufones y palafreneros del Alcalde y sus secuaces; ya saben: los Cristino y compañía que inundan las plazas y paseos de chatarra, dejando Burgos hecho un adefesio que clama al cielo, pues los visitantes no dan crédito a lo que ven entre lecheras, armatostes, herreros, castañeras y quincalla sin fin.

Por cierto: este capricho de las "aparecidas" que, desde el alcalde Aparicio no tiene fin, ha propiciado un feísmo en la urbe digno de formar parte del museo de los horrores. Al lado de la Real y Antigua de Gamonal, dos artefactos del concejal pesebril, Cristino Diez, un personaje carrocero metido a ferrallista ( todo mi respeto a este gremio en donde se necesita talento y mucho oficio), muy bien descritos por este medio el 5 de agosto, que hieden. Sí, esa es la impresión que da ver las deposiciones de este individuo, que ha encontrado su forma de vivir de las arcas municipales después de nutrir la mafia del Méndez con los Peña y demás defenestrados del Concejo, aunque para ello tenga que dar vuelta a la chaqueta cada dos por tres; que presume de ir a dormir a los plenos municipales. Así durante once años: lo típico de elementos sin moral ni dignidad. Esta desfachatez, avalada por el Alcalde, no es otra cosa que el exponente más claro de la podredumbre de que está impregnado el Ayuntamiento de Burgos, cuyos concejales van alimentando, legislatura tras legislatura, la democracia más miserable de España, para deshonra de los burgaleses que con los elevadísimos impuestos que pone Lacalle a sus ciudadanos, pagan a esta caterva de vagos y vividores y los caprichos del IMC.


No contentos con el ridículo y el hazmerreír de la pretensión de Capital Europea de la Cultura, que dejó al jurado epatado con las infamias de los Cuevas, Cristinos, etc, siguen año sí y otro también, insultando al pueblo de Burgos y a sus creadores con la impresionante miserabilidad, que el Arco de Santa María exhibe con el nombre de exposición de pintura, cada Navidad.



No hay acto, festejo o movida, en donde no estén estos botafumeiros con la copa en la mano, disfrazados de artistas, llenando el ambiente de boutades y simplicidades o riéndole al Alcalde sus ocurrencias, eso sí: chupando el objetivo de las cámaras para su ego y el de su filántropo, el ex-preso Méndez Pozo, a quien tanto deben y veneran. Si no teníamos suficiente con la brutal especulación de este individuo, cuyos edificios cuartelarios deslumbran por su fealdad, hiriendo de muerte el paisaje urbano, ahora la ciudad muestra por rotondas y bulevares, los engendros del concejal Cristino. Pero no se le ocurra a usted describir este horror vacui, esta inmunda basura, porque el malabarista Lacalle le tildará de Cultureta.
El concejal Cristino Díez y su "sardina nuclear"

Qué diría el gran Maese Calvo si levantara la cabeza y viera la deposición hecha en homenaje a las víctimas del Yak 42 en la rotonda de Alcampo, o el testículo de Mahamut que pretende semejarse a una gota de sangre, en el monumento a los donantes burgaleses, embutido en un demencial sagrario en la confluencia de la calle Vitoria y Eladio Perlado.Y qué me dicen del espantoso busto que pretende ser Juan XXXIII a la vera de la Barriada que lleva su nombre.

Parece venido de ultratumba, como si le asustara el pedestal en donde le han castigado, el panorama que contempla. ¡Qué bien lo describe en estas páginas Carolina R. Tenaz! Un papa que asusta a los niños y a los adultos espanta. Cristino y sus cristinadas, intitulaba el artículo. 
Por no hablar de la inmundicia depositada en la iglesia de Gamonal, en su cabecera, único estilo gótico-alemán que existe en España, en donde este individuo ha descargado un aborto de hormigón que deja a los peregrinos sin habla. ¿No hay manera de parar estos delitos y atentados contra el paisaje y la cultura ? Alguien debe tomar cartas en el asunto y prohibir a este hombre seguir atentando contra la ciudad, sus plazas y sus calles. Y a quien se lo consiente, expulsarle de inmediato de sus competencias. ¡Ya está bien! ¿Dónde están los arquitectos, paisajistas urbanos, profesores de ética y estética, la Universidad;  estamentos que tenían que haber puesto el grito en el cielo ante este espantoso costumbrismo de llenar de fetos la ciudad? ¿O están todos vendidos a la mafia municipal? ¡Qué vergüenza! No esperen nada de la Fernán González. Ya saben: otro muermario nutrido a base de talentos.


Cabe preguntarse, qué delito han cometido los burgaleses, para que se insulte de esta manera a su inteligencia, después de vaciarles los bolsillos para pagar a estos indeseables. No se extrañen si un día aparecen Podemos, Queremos o el Sursum Corda y destierra toda esta corrupción al abismo de los engendros de donde nunca deberían haber salido.
El libro sobre los abortos que irrumpen en las calles y plazas de Burgos, está por escribir. Ardua labor le espera al que lo intente y un gran éxito comercial, pues todavía no estamos curados de espanto. El numen del concejal devenido a escultor, amenaza con otra defecación en otra rotonda; y el pintor del esperpento con abrir su tienda de cuadros de nuevo en el Arco de Santa María por Navidad. Eso sí, a costa nuestra. ¡Horreur! Avisados quedan.

1 comentario:

  1. Excelente artículo.

    En Burgos , sólo los mediocres "triunfan" y encima robando. Y lo peor de todo es que esa mediocridad está demasiado arraigada , incluso diría que tiene un efecto llamada para otros mediocres del sector no burgalés.
    Es que ver las " obras " de una buena parte de estos " artistas" es de auténtica risa...o mejor dicho , deprimente. Se repiten hasta la saciedad , carecen de sentido estético y no tienen ni el más mínimo conocimiento de lo que es la belleza ni la innovación.

    La máxima aspiración es copiar, pegar ,vender 20 cuadros estilo " Aprende arte en 7 días" y posar para la foto del Diario de Burgos o de Plaza Mayor . Y lo peor es que se lo creen , el narcisismo de todos los integrantes es tal , que difícilmente verás una crítica negativa en su círculo de privilegiados , alimentan sus egos con adulaciones adornadas de palabras y colores de silicona. Vienen a ser los bufones del siglo XXI . Si ni siquiera son capaces de saber cual es la influencia de sus trabajos...algo no funciona. En definitiva , tenemos circo y hamburguesas para rato.

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